Capitulo 2

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---Dos días después---
-Que hiciste que! – grito histérica y se puso de pie – no, papá tú no puedes estar hablando enserio.
-Es muy enserio Victoria, dentro de pocos días te casaras con el licenciado Constancio Belmonte.
-No, no – dijo ella con la voz entrecortada – tú no puedes disponer así de mi vida, no lo conozco, además es muchísimo mayor que yo papá…
-Deja ya el drama Victoria – dijo Mercedes molesta – deja de ser egoísta, estamos en una situación económica muy deplorable y gracias a Constancio tu padre ha podido solventar algunos gastos, además con tu matrimonio podremos seguir teniendo la vida a la que estamos acostumbrados.
-Meme, yo no me voy a casar con Constancio Belmonte, no lo hare – dijo con los ojos llenos de lágrimas.
-Harás lo que ya te he dicho – dijo Javier – no quiero sorpresas Victoria, y vete olvidando de tus cursos de cocina en parís, te vas a casar con Constancio Belmonte y te dedicaras en cuerpo y alma a él y sus dos hijas.
-Me vendiste papá, me vendiste para no caer en la ruina – dijo con tristeza – está bien – trago con fuerza – me caso con Constancio Belmonte, pero les juro que se van a arrepentir de esto que me están haciendo – grito furiosa y salió del despacho.

Salió de su casa furiosa y llorando, lo que sentía no era tristeza, la sangre le hervía de la ira que tenía, el matrimonio de su hermana también fue arreglado, pero Fernanda había tenido la oportunidad de elegir si quería o no continuar con aquello, luego de conocer a su prometido se enamoró del perdidamente y vivía feliz, pero a ella no podía elegir, su padre le había enseñado el contrato firmado entre ellos el dia anterior, no había forma de librarse de aquel cruel destino, o tal vez si…

-Bueno? – contesto Jerónimo – Vicky que pasa?
-No me hagas preguntas, necesito que me hagas un enorme favor, te necesito en mi casa alrededor de las 10 de la noche.
-Vicky sabes que no soy santo de la devoción de tu familia, y que tengo prohibida la entrada, que pasa?
-No puedo decírtelo por teléfono, pero necesito que me esperes en el portón a las 10 en punto, te prometo que te lo explicare todo Jerónimo.
-Me asustas Vicky, pero está bien, sabes que cuentas conmigo.
-Te quiero Jerónimo, que no se te olvide.
……………………………….
Mercedes había organizado una “pequeña” cena para celebrar el compromiso de su hija con Constancio, estarían ellos, su hija Fernanda y su marido Harry, Constancio y sus dos hijas, sería algo íntimo, donde definirían los detalles de la boda y lo demás.
Alrededor de las 7pm los invitados fueron llegando y acomodándose en el salón, mientras que arriba en su habitación Victoria terminaba de arreglarse, había decidido usar una blusa de mangas largas y un cuello con un moño toda blanca con una falta en A color azul eléctrico, unos tacones altos color negro, su cabello había decidido dejarlo en una alta cola de caballo, los ojos enmarcados con delineador que le daban un aspecto felino y los labios con brillo nada más.
-Señorita, esta lista? – pregunto Carlota.
-Si – dijo ella sonriendo – Nana – volteando a mirarla – puedes bajar esto – entregándole una mochila – sin que nadie te vea y me lo dejas en la puerta trasera de la casa.
-Niña que piensas hacer?- dijo Carlota preocupada.
-No te preocupes -dijo Victoria – solo confórmate con saber que voy a ser feliz nana, nada malo puede pasar, dame tu bendición?
-Que Dios y la virgen guíen y cuiden tu camino hija.
-Amen Nana.
Constancio estaba hablando con Javier y Harry cuando sus boca quedo muda al ver a Victoria bajar por las escaleras, sin dudas era la mujer más hermosa que existía, y la recordaba perfectamente bien, fue recibirla y tomo su frágil mano entre las suyas y beso su mano, ella simplemente respondió con una débil sonrisa, luego de los saludos, Constancio le presento a sus dos hijas Milagros y Valeria.
-Eres muy joven – dijo Valeria mirándola de arriba abajo.
-Cuántos años tienes Victoria?- Pregunto Milagros sin dejar de mirarla.
-Tengo 23 – contesto con calma.
-Y quieres mucho a mi papá? – Pregunto Valeria entusiasmada.
-No digas tonterías, como lo va a querer – dijo Milagros – no vez que todo este numerito lo armo porque es una mujer joven, lo único que le interesa él es tener alguien que mostrar en los malditos eventos, pero después terminara como mamá.
-Mili… -dijo Valeria.
-Es la verdad, lo siento por ti Victoria, pero te espera una vida muy infeliz al lado del gran licenciado Belmonte – dijo Milagros dejando a Victoria de una sola pieza.
Que podía pasar por la cabeza de esa niña para que pensara así de su papá, se preguntó mientras miraba fijamente al retrato familiar, lo mismo que pasaba por la de ella al pensar en el suyo, se contestó con amargura, pero ella no iba a ser infeliz, esa misma noche se terminaría su infierno.
-En que piensas? – pregunto Constancio abrazándola por la espalda y apoyando sus manos en su cintura.
-En nada en específico – contesto ella seca y paralizada por la cercanía.
-Sabes Victoria – dijo volteándola para ponerla frente a el – me voy a encargar de hacerte la mujer más feliz del mundo, tú no tienes por qué preocuparte, lo tendrás todo, no te faltara nada – tomando su barbilla – eres hermosa- Posando suavemente sus labios sobre los de ella y besándola lentamente.
Victoria respondió aquel beso por educación podría decirse pero no era capaz de entregarse del todo, el solo hecho de que ese hombre pensar a que podía comprarlo todo, que podía comprarla y hacer con ella lo que le diera la gana la enfurecía, así que se separó de él, y le quito de los labios el brillo que había quedado impregnado en él, Constancio simplemente le beso los dedos y la tomo de la mano, pues no iba a soltarla en toda la noche.
Faltando un cuarto para las 10 pm Jerónimo le confirmo a Victoria su ubicación por mensaje de texto, la cena ya había pasado y Constancio ya le había entregado el anillo de compromiso, un anillo de plata con un diamante, un anillo sencillo pero hermoso.
Los nervios comenzaban a apoderarse de ella, se disculpó con los presentes y camino hacia la cocina, donde Carlota la esperaba con un Jean y unas botas, rápidamente se puso las prendas y le dio un beso a su nana, tomo la mochila que estaba en la puerta trasera y corrió por el jardín hasta el portón, sin darse cuenta que los hombres de seguridad de Federico estaban ahí, al llegar al portón se encontró con uno, amablemente le explico que debía entregar la mochila a su mejor amiga, mintió, el hombre no dudo en dejarla salir, dos minutos después el descapotable amarillo de Jerónimo arranco a toda velocidad llevando en su interior no solo la mochila si no a la futura señora Belmonte.
-Esa no es la manera de entrar a una casa – grito furioso Constancio al jefe de seguridad luego que este interrumpiera en la mitad del salón.
-Señor lo lamento, pero tengo que informarle…
-Informarme qué? – pregunto Constancio molesto.
-Que Victoria se fue papá – dijo Milagros con una sonrisa en el rostro – Tu prometida acaba de huir de tu lado en un coche con otro hombre – dijo riendo a carcajadas al ver la expresión de ira de su padre en el rostro.
-Es cierto? – le pregunto al hombre.
-Efectivamente señor, la señorita Santi esteban salió en un Porche 911 color amarillo hace cinco minutos.
-Pero como demonios… - dijo furiosos- Santisteban que es lo que está pasando?- le pregunto a Javier.
-No tengo ni la más mínima idea – dijo Javier consternado.
-Yo creo saber qué es lo que pasa – dijo Mercedes – Carlota! – llamo a los gritos.
-Diga doña Mercedes?
-Por casualidad tu sabias que Victoria se tenía planeado fugarse?
-Doña Mercedes…
-Contesta! –Grito Constancio – donde esta Victoria, con quien está?
-donde quieres que te lleve? – pregunto Jerónimo cuando estuvieron lo suficientemente alejados de la mansión Santisteban
-Llévame al aeropuerto – dijo ella sonriendo – quiero volar, voy a volar.
Jerónimo la miro extrañado y Victoria con calma le explico todo lo que sus padres habían planeado para ella, Jerónimo comprendió de inmediato que cual era la prisa de Victoria y previendo que no le fuere a faltar nada le dio algo de dinero para que pudiera pasar algunos días mientras se ubicaba.
Tres días, tres días en los que ni los Santisteban y Constancio Belmonte tenían noticias de Victoria, estaba furioso, nadie se había atrevido nunca a ir en contra de lo que deseaba, estaba histérico, pero Victoria había olvidado un pequeño detalle, un pequeño y simple detalle, que Constancio tenía el poder suficiente para poner el mundo de su parte, y que no tardaría mucho en encontrarla.
-Así que Paris – dijo contemplando el informe de migración – te encontré Victoria, te encontré.

Atada a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora