Atada a ti

Capitulo 6

Dicen que después de la tormenta viene la calma, y puede que la relación entre Milagros y Constancio ya no fuera tan distante, aun habían cosas que superar, por lo menos ya no habían malos tratos.

Esa mañana mientras Constancio salía a hacer algunas actividades con sus hijas, Victoria decidió quedarse en la playa tomando el sol.

-Pero mira que nos trajo la corriente – dijo aquel hombre.
-Jerónimo? – dijo Victoria al reconocer a su amigo a través de los lentes de sol.
-Que haces aquí Vicky?
-De luna de miel – dijo ella sonriendo.
-Que?
-Sí, me case, o más bien me casaron – contesto ella.
-Te casaste con Belmonte?
-Así es.
-Pero como, si yo te lleve hasta el aeropuerto.
-Pues me encontró, sabes nada se le escapa a ese hombre, ni siquiera yo.

Victoria y Jerónimo siguieron platicando, cuando la mirada de Constancio los encontró en la playa, los celos se apoderaron de él, pero la furia se volvería incontrolable cuando Milagros quien lo había visto el dia que Victoria se había fugado lo reconociera.

-Estas segura Mili?- pregunto Valeria.
-Sí, estoy segura es el, él es el hombre que ayudo a escapar a Victoria.

Victoria levanto la mirada y encontró a su marido y no dudo un solo instante en llamarlo, para hacerle saber a Jerónimo que estaba bien, que estaban bien y que están disfrutando del escaso mes y medio que llevaban de casados.

-Mi amor te presento a Jerónimo Acosta, Jero él es mi marido Constancio Belmonte y ellas son sus hermosas hijas, Milagros y Valeria.
-Licenciado Belmonte, un placer saludarlo.
-Acosta, es usted el del New York Times? – pregunto molesto.
-El mismo señor.
-Victoria si ya terminaste de exivirte con tu amante…
-Con mí qué? – pregunto ella asustada – Constancio…
-Nos vamos ahora mismo – dijo furioso tomándola del brazo con fuerza.
-Constancio me lastimas – se quejó ella tratando de soltarse.
-Suéltela – grito Jerónimo.
-Usted no se meta - dijo furioso – no lo quiero volver a ver cerca de mi mujer, y si se atreve a acercarse nuevamente me asegurare de vetarlo de todos los medios – amenazo -muévete Victoria.

Constancio saco a Victoria de la playa tomándola con fuerza, al llegar a su habitación de hotel, lo único que trato fue explicarle y tratar de entender que era lo que le había pasado a Constancio, se sorprendió cuando Constancio dio por terminado el viaje y ese mismo dia en la noche regresaban a la mansión.

-Se puede saber qué demonios te pasa Constancio – grito ella furiosa ya en la habitación matrimonial.
-Que me pasa? Y todavía te atreves a preguntármelo, ese fue el hombre con el que decidiste fugarte el dia que anunciamos nuestro compromiso.
-y tu como sabes? – pregunto confundida.
-Que como lo sé, Milagros lo vio esa noche, te vio subir a su coche, ese es tu amante no?, por eso insistías tanto en volver a tener tu celular para poder comunicarte con ese hombre y con la tipa esa con la que vivías en parís, pero que crees – grito y la tomo con fuerza de los brazos – nunca, entiéndelo bien, nunca vas a poner un pie fuera de esta casa, eres mi esposa Victoria, mi mujer y no voy a permitir que me sigas viendo la cara.
-Estás perdiendo la cabeza – grito ella – no tengo nada con Jerónimo, si fuimos algo hace unos años y si lo quiero y siempre lo voy a querer, pero es un hombre casado, con una familia.
-Lo quieres? – pregunto tratando de contener los celos.
-Sí, lo quiero, pero ya te lo explique Constancio…
-Eres una maldita mujerzuela – grito y acto seguido la golpeo con fuerza en el rostro.
-Como te atreves – dijo ella furiosa tocándose la mejilla adolorida – esta es la última vez Constancio Belmonte que te permito que me levantes la mano, no volverás a ponerme un solo dedo encima, estás loco!

Victoria intento soltarse, pero Constancio cegado por la rabia volvió a golpearla en el rostro una y otra vez, los gritos de Victoria despertaron a las niñas quienes entraron al cuarto e impidieron que Constancio continuara golpeándola, Constancio salió de la recamara y de la casa, furioso busco consuelo en lo único que sabía que podía controlar, la voluntad de su amante.