Capitulo 9

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El salón de conferencias de la constructora Belmonte estaba repeta de reporteros de todos los lugares del país, era una rueda de prensa convocada por Constancio para aclarar de una vez por todas los rumores que Jerónimo Acosta se habia encargado de esparcir por todo el país, como nunca estuvo dispuesto a retractarse, entonces era hora de sacar la artillería pesada, no estaba dispuesto a que un periodista enlodara su nombre y pusiera en riesgo su carrera.

-Constancio, Victoria sabe de esto? – pregunto su amigo Enrique.
-No, no lo sabe y no hace falta que lo sepa – dijo Constancio bastante ofuscado – voy a estar en la rueda de prensa, si alguien se presenta diles que me esperen. – le dijo a su secretaria y salió rumbo al salón de conferencias.

Victoria había estado visitando algunos locales para iniciar nuevamente con su pastelería, había quedado con Constancio que se encontrarían en su oficina y saldrían a almorzar juntos, la vida se había convertido en una rutina, bastante tranquila y divertida, poco a poco comenzaban a generarse lazos de confianza y amistad muy fuerte entre ellos, la atracción era indescriptible y el amor se hacía mucho más grande con el pasar de los días.

-Buenas tardes señora Belmonte – saludo la secretaria con alegría.
-Buenas tardes Lía, mi marido está en la oficina? –pregunto
-No señora, el señor se encuentra en una rueda de prensa en el salón de conferencias, si desea pasar y esperarlo.

Victoria no le demoro mucho saber qué era lo que planeaba su marido, y dando gracias al cielo que ese dia había elegido usar un look profesional, le pidió a la secretaria que le indicara en donde quedaba aquel salón.

-El Licenciado Belmonte no tardara, en algunos instantes estará con ustedes respondiendo todas sus preguntas – dijo el maestro de ceremonias.

Sus ojos lo buscaron por todo el salón y no pudo encontrarlo, cuando se disponía a dar la vuelta para ingresar por la puerta trasera, se tropezó de frente con Jerónimo.

-Vicky – dijo el feliz de verla.
-Jerónimo – contesto ella con seriedad.
-Victoria! – escucho una voz gruesa que la hacía estremecerse.
-Si me disculpas – dijo Victoria con una brillante sonrisa – mi marido me espera – dándose la vuelta para encontrarse con unos ojos grises sombríos y calculadores. – Mi amor – dijo ella cuando llego a su lado dándole un beso en los labios – Confías en mí? – le pregunto a su marido al notar su molestia.
-Confió en ti, pero no en ese tipo – dijo sin dejar de mirarlo – que haces aquí?
-Constancio, cuantas veces tengo que recordarte que no estás solo en esto – dijo tomándolo de la mano.
-Yo puedo hacerlo solo Victoria, necesito aclarar este asunto de una buena vez.
-Constancio, mi cielo – tomando su rostro en sus manos – lo vamos a hacer juntos, no eres el único involucrado, te amo.
-Victoria… -advirtió.
-Te vez muy sexy cuando estás enojado – le susurro ella al oído.
-Está bien – dijo el derrotado y sonriendo por las ocurrencias de su joven esposa – se acabó- dándole un beso en los labios – hagamos esto de una buena vez – la tomo de la mano y la llevo con él a la mesa desde donde se dirigirían a los medios.

Constancio tenía preparado un comunicado, donde expreso su molestia por toda la mala información que se había dado con respecto a él y a su familia, descalifico el trabajo de algunos periodistas, entre ellos, Jerónimo Acosta, a quien se dirigió con nombre propio y llamo calumniador, Victoria sentada a su lado se pudo percatar de todo lo que Constancio tuvo que soportar en su ausencia, nunca imagino que su partida hubiere generado todo tipo de especulaciones y malos entendidos, así que en contra de la voluntad de su marido, también se pronunció, dejo en claro que si bien su matrimonio los había tomado por sorpresa a todos, ellos se querían, eran felices y su principal preocupación era estar con sus tres hijas, tomando como suyas las dos primeras hijas de Constancio.

Atada a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora