twenty four.

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Dos meses después...

En aquella mañana, Louis se encontraba en el cuarto – ya listo – de su hijo. Él sonreía embobado analizando todas las cositas en su debido lugar. Suspiró satisfecho mientras se acomodaba en el sillón de lactancia y acariciaba su gigante barriga de 28 semanas de gestación.

- Tu cuarto es precioso, Drew. – Murmuró hacia su barriga – Está todo, finalmente, listo. Solo estamos esperándote, amor.

Sonrió dulcemente cuando sitió una patadita en respuesta. Louis adoraba charlar con su bebé, aún más ahora que ya pateaba bastante. Andrew era un alfa, ellos lo descubrieron luego del resultado del examen sanguíneo de Louis. Y sería enorme, aún más que su padre. Harry no lograba quitar la sonrisa de su rostro desde que descubrió que Drew sería un alfa como él.

- No veo la hora de verte, mi ángel. – Louis continuaba conversando con su barriga – Estoy ansioso por saber si te pareces a mí o a tu padre. Sinceramente, espero que seas la copia de Harry. – Sonrió, soñador – Los hoyuelos, los ojos verdes, los rizos... Los dos pies izquierdos. – rió, solo.

- Así que hablas mal de mí, princesa. – Louis se asustó cuando oyó la voz de su alfa.

Direccionó su cabeza hacia el sonido de la voz y sonrió cuando encontró a Harry recostado en el marco de la puerta, completamente arreglado, mirándole fijamente con una sonrisa grande en el rostro.

Hoy era un gran día. Era el día de la coronación del príncipe Harry y también era el día en que él y la reina Johannah firmarían el documento de unificación de Inglaterra. No serían dos reinos en un único país, serían solo uno. Como debería ser.

Harry estaba con la ropa establecida: pantalón de vestir, un traje rojo lleno de insignias y condecoraciones, zapatos de vestir y los cabellos – por increíble que pareciera – estaban peinados y organizados. Louis tendría que estar de la misma manera, sin embargo su gigante barriga de siete meses no se lo permitía. Él estaba con un pantalón negro ajustado, una blusa de vestir blanca por debajo del traje negro y Vans en los pies. Cuando Harry notó los tenis en los pies de su marido, tuvo que reír alto.

- ¡No te rías! – Chilló Louis, cuando vio lo que su esposo estaba mirando – ¡Los zapatos de vestir no me entraron porque mis pies están hinchados! – hizo un puchero.

- Disculpa, princesas. – Dijo Harry, risueño – Pero es que estás tan bien arreglado que no pude contener la risa al ver los tenis en tus pies.

- ¡Bobo! – Louis bufó, cruzando los brazos.

- Disculpa, amor. – el alfa volvió a pedir.

Louis empinó la nariz y giró el rostro. Harry sonrió porque adoraba ver a su omega irritado, parecía un gatito con rabia. Él se acercó al menor y se arrodilló delante de él, tocando sus rodillas y Louis terminó mirando al alfa.

Harry tenía una sonrisa de hoyuelos y Louis terminó derritiéndose ante eso. Él sonrió levemente y el alfa tocó su barriga, sintiendo a Andrew patear varias veces.

- Él te adora tanto. – dijo Louis, contento.

- Yo también lo adoro. – respondió Harry, aun acariciando el vientre del omega y sintiendo al pequeño alfa patear.

La pareja se mantuvo en aquella burbuja particular cuando uno de los asistentes del futro rey golpeó a la puerta, pidiendo la presencia de los dos, pues la ceremonia comenzaría. Los dos acompañaron al asistente hasta el salón y la coronación inició.

El sacerdote comenzó a hablar y todos los presentes callaron. Cuarenta minutos después y Harry finalmente fue coronado: Harry Edward Styles, rey de Inglaterra. Y Louis, también necesitaba ser coronado rey, pero como los dos eran hombres, él solo cambió el título de príncipe de Doncaster por príncipe de Inglaterra. Y ahora oficialmente el país era uno solo. Los tratados fueron firmados y ahora venía la fiesta.

Royals [a/b/o l.s] (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora