El transcurrir del tiempo.

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Qué bello es perderse en las horas del silencio mientras contemplo el mundo girar a través de la ventana. La mente evoluciona tras la contemplación y con un simple parpadeo parece que todo cambia. Lo importante es que nuestro particular libro se vaya llenando con lo que cada uno de nosotros escribimos para ir haciendo nuestra historia. Ha pasado ya más de la mitad de Octubre y las horas de luz, que van acortándose poco a poco, provocan en mí una leve melancolía. Han empezado a encenderse más pronto las farolas de la calle y la gente apura los últimos coletazos de la luz del sol mientras brillan intermitentemente las luces de la caravana de coches que se acerca a la ciudad, como luciérnagas que estuviesen escondidas entre el ramaje. Así lo contemplo desde la ventana y resulta sumamente curioso ver desde lejos semejantes ráfagas de luz.


Sólo el amor nos humaniza y sólo gracias a él logramos vencer muchos miedos. Una mirada desde la ternura nos puede salvar la vida. Una mirada desde el amor, convertida en ritual cotidiano, es la que nos humaniza y nos hace aceptar que no somos dioses de nada. Cada uno de nosotros somos ejemplares únicos, preciosos y originales y tenemos derecho a elegir siempre la manera de vivir, piensen lo que piensen los demás. Mientras vivimos, amamos con amor la vida y como dice alguien muy amigo mío, "que suene la canción aunque no se haya ensayado nunca".






Pedacitos de mi vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora