Uno

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Les dijeron que era una locura, pero no les importó.

Kim Minseok y Kim Joonmyun estaban decididos a comprar esa mansión para poder alojar a toda su familia; a pesar de todas las advertencias.

ㅡEl fantasma es real, mucho me temoㅡ. Había sido la advertencia de Wu Yifan, el dueño de la enorme mansión construida con una hermosa mezcla de las dinastías Ming y Qing; de sus altos muros, con los dorados tejados de aleros doblados, grandes ventanas de madera y detalles de mármol. ㅡMi familia y yo decidimos abandonar ese maldito lugar gracias a las fechorías del fantasma, tal vez no debería contarles esto; pero mi abuela perdió la razón luego de encontrar al fantasma sentado como si nada en el salón principal justo a la hora en la que ella bajaba al té ㅡMinseok intercambió una mirada de escepticismo con Joonmyun, pero dejaron al chino terminar con su relatoㅡ, ella tuvo que ser internada y se suicidó no mucho tiempo después.

ㅡMucho me temo, señor Wu, que nuestra familia no le teme a los fantasmas ㅡFue Minseok quien intervino en la negociación; sentía los argumentos de Yifan como un pretexto para no venderles la casa a ellos y que seguro había alguien ofreciendo una suma mayor. -Somos racionalistas, así que no nos importará.

ㅡEl dinero no supone un problema, podemos pagar en este momentoㅡ. El tono de Joonmyun había sido firme y claro, dejando claro que no aceptarían un no como respuesta.

ㅡSi están decididos, no tengo nada más qué decirles; pero que quede claro que se los advertí, no aceptaré reclamaciones futuras.

ㅡSe lo prometo, señor Wu, que no las tendráㅡ. Concluyó Minseok y cerraron el trato con apretones de manos, unas firmas y la promesa de un pago durante ese mismo día.

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Era un precioso día de abril cuando la peculiar familia Kim abandonó Corea y arribaron a Qianyang en la provincia de Hunan. Todos lucían bastante emocionados y se subieron de buen ánimo a la limosina que había pasado por ellos al aeropuerto.

La familia Kim era uno de esos curiosos casos en los que la familia se agranda sin querer. Había cuatro hermanos de sangre: Kim Joonmyun, Kim Minseok, Kim Jongdae y Kim JongIn. Los padres de éstos eran los dueños de un chaebol y sus hijos crecieron rodeados de lujos; sin embargo, ambos habían fallecido en un terrible accidente de avión cuando los mayores, Minseok y Joonmyun estaban en la Universidad. Ambos fueron nombrados tutores de sus dos hermanos menores y se vieron obligados a administrar la empresa de sus padres y a asegurarse de que Jongdae y JongIn terminaran la preparatoria. Pero fue durante este tiempo, cuando su familia comenzó a agrandarse. El primero en agregarse fue su primo Oh Sehun; era el hijo del hermano mayor de su difunta madre, desafortunadamente, su padre se había suicidado luego de la pérdida de su hermana y su madre se había fugado de Corea con su cincuenta por ciento de la herencia y él tuvo que buscar refugio con los Kim.

El siguiente fue Do KyungSoo, se trataba del novio de JongIn y lo habían recibido en su casa cuando éste había tomado el valor de contarle a sus padres de su relación y fue prácticamente lanzado a la calle, favor de la homofobia. Los siguientes (y los últimos) fueron Park Chanyeol y Byun Baekhyun, amigos de la infancia de Jongdae; ambos hijos únicos en cada una de sus familias y condenados a ser los próximos herederos de grandes empresas; fue durante una conversación en la que JongDae les habló de lo difícil que se había tornado todo para sus hermanos mayores, cuando entraron en pánico y decidieron escapar de sus casas. Minseok y Joonmyun no parecían muy convencidos al principio porque "Qué horror, dos bocas más que alimentar y que lío si sus padres vienen a buscarlos", pero todo resultó bien. Joonmyun y Minseok mantenían a la empresa de su familia con prosperidad y, en cuanto Park y Byun tuvieron edad, vendieron sus acciones a los hermanos y ya está, eran libres.

El Fantasma de QianyangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora