THE LIST ❀ YOONMIN

𝑑𝑎𝑑'𝑠 𝑙𝑖𝑠𝑡

Papá no había podido visitarme por su trabajo. Pero después de una semana pudo estar libre y llegar. Le presenté a Yoongi, hablaron y simpatizaron. Después de que él avisara que debía irse por su turno, le conté a papá que me gustaba un poco. Llevábamos una semana hablando y viendo series por sus turnos nocturnos. Daba la casualidad de que la recepción del piso estaba al lado de mi habitación. Por la noche dejábamos mi puerta abierta y por si alguien iba de urgencia lo veíamos llegar.

Me hacía reír bastante. Un par de noches me ayudó a dormir. Cuando me sentía muy enfermo simplemente se quedó a mi lado y acarició mi cabello hasta que dormí.

Me deprimía enormemente no conocerlo antes, no conocerlo sin estar el cáncer como parte de mi vida.

—Hijo —habló mi padre tocando su nuca. Estaba nervioso por algo, lo conocía— Hoy llamaron de la funeraria. Para dejar las cosas listas, tú sabes.

Asentí.

—Necesitamos hablar de eso —le dije.

—Dime.

Intenté sentarme un poco más en la camilla.

—No quiero gente de sobra, sólo amigos y tú y mi abuela. No quiero religiosos dando bendiciones cuando ni siquiera me conocen. Sólo mis cercanos.

Asintió.

—Está bien, pero la abuela no se acuerda ni de su nombre.

Suspiré apenado.

—Lo sé, papá —suspiré, memorando los mejores recuerdos con ella—. Pero la quiero ahí de todas formas.

Acarició mi mano evitando las agujas enterradas. Suspiré, con mis ojos llenos de lágrimas. Sabía que quería hablar. Siempre creí que yo lloraría su muerte. Yo lo vería bajar en la tierra. Él era el hombre con la peor suerte del mundo.

—Te amo mucho, hijo —besó mi sien.

Él estaba llorando.

—Yo a ti, papá. No llores —le dije apenado, secando sus lágrimas. 

Me ahogué las lágrimas. No lloraría.

En la noche, Yoongi volvió. Trajo la cena del hospital y comimos juntos. Me permitió comer algo de su sushi con la promesa de que no le dijera nada ni a mi padre. Ese día, esa noche, me besó cortamente en los labios.

Me sentí diferente. Nunca había dado un beso, esperé tanto la sensación y se sentía tan malditamente genial. Me dijo que no pensara cosas estúpidas como que él sentía lástima y por eso pasaba sus turnos nocturnos conmigo.

—Mañana tengo libre pero intentaré venir.

Negué.

—Descansa, Yoon —pedí su mano y la apreté—. Estaré bien.

Besó mi frente y me sentí único.

—No veas la serie sin mí, cariño.

Era primera vez, luego de dos semanas de vernos, que me decía así. Mis mejillas intentaron tomar color, era un calor tan suave pero que me hacía sentir tan bien.

Al otro día hablé con papá. Le pedí que arrendara un piano y que Yoongi tocara algo en mi funeral. Es lo que más quería ahora.