Traicionadas

13 1 0
                                    


Seguimos corriendo, mientras que escuchamos los camiones aún más cerca. No lo conseguiremos, pero necesitamos tratar de escapar. Mis esperanzas se van acabando conforme que se acercan más y más, lo peor de todo escucho disparos a lo lejos. No estamos acostumbrados a correr tanto, pero necesitamos hacerlo, pero mis piernas se sienten más pesadas, la garganta me arde, no sé cuánto resistiremos. Veo cómo poco a poco nos vamos rindiendo, vamos bajando la velocidad a la que corremos, hasta que es un ligero trote.

Los camiones están atrás de nosotros a unos cincuenta metros, siento un dolor agudo en el brazo y como un líquido rojo caliente sale de este. Reprimo un grito,  pero al parecer no soy a la única que resultó herida de alguna bala. En eso suena un grito desgarrador, volteo y veo a mi madre cayendo de rodillas, con una mancha roja en el estómago. Corro hacia ella igual que los demás. Observo la herida, esa no es una de las que se pueden curar en la calle, se ve bastante profunda, las lágrimas se acumulan en mis ojos.

Ella me ve alarga la mano para acariciar mi mejilla, en sus ojos se refleja el dolor que siente, las lágrimas también la delatan. No pienso perderla.

-Madre -las lágrimas se escapan de mis ojos al decir esas palabras.- Perdón, lo siento muchisímo ¿Podrías perdonarme?

-Hija mía, de mi corazón, ya lo he hecho.

No lo soporto más la abrazo como nunca la abracé.

-Bit. Escúchame, es tú deber protegerlos, pase lo que pase, no los abandones, nadie puede cambiar quien eres y lucha por lo que quieres y ama con todo tu corazón, como yo lo he hecho -dice apretando mi mano para darme fuerzas.- Ahora, váyanse.

-Bitania, váyanse, les conseguiré tiempo, pero necesitan irse ya -dice mi padre abrazando a abuela, Bony y después a mí con mucha fuerza.- Eres valiente, no permitas que el miedo te domine, las amo, pero váyanse.

-No pienso dejarlos a ambos -digo tratando de reprimir las lágrimas.

Siento una manita jalando mi brazo, para que me mueva.

-Bit. Vamos -dicen Abuela y Bony al mismo tiempo. Maldita guerra. Maldito mundo. Malditos todos. Me están arrebatando todo lo que amo.

Me alejo de mis padres y corro detrás de abuela y Bony, miro hacia atrás mientras corro. Veo a mi padre corriendo y gritando hacia los soldados de la SS, pero estos no pierden tiempo, levantan las armas y acribillan a mi padre con las balas. Ahogo un grito. Pero trato de seguir corriendo. Pasamos por un callejón hasta que escucho la voz de una mujer:

-Psst.

-¿Quién anda ahí? -pregunta abuela jadeando.

-Psst- Se asoma la cabeza de una mujer por una ventana.-Entren.

Busco la mirada de abuela para saber si entramos o no, ella asiente, no tenemos otra oportunidad.

Entramos por la ventana. Estoy completamente agotada.

-¿Cómo sabemos que nos podemos fiar de usted? -suelta abuela.

-Entiendo su nerviosismo, pero se pueden fiar de mí, porque si no ya las hubiera delatado o ¿Estoy equivocada?

-Tiene razón -le digo a abuela, para hacerla entrar en razón.

-Vengan, tenemos un escondite, no van a tardar en llegar los camiones.

-¿Tienen? -Pregunta Bony confundida.

-Ah, claro. Lo olvidé por completo, vivmos mi esposo y yo, él se llama Edwin y yo me llamo Agnes, somos los Folker.

I would die for you Donde viven las historias. Descúbrelo ahora