AYER LLORASTE, HOY RIE

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Este salmo es una acción de gracias al Rey David por haber sido librado de la muerte. Voltea atrás un momento y recuerda todo lo bueno que ha sido Dios contigo. Recuerda de donde te sacó una y otra vez. Recuerda todas las ocasiones en las que extendió Su misericordia y por gracia saliste en victoria.

“Porque un momento será su ira, Pero su favor dura toda la vida. Por la noche durará el lloro, y a la mañana vendrá la alegría”. Salmos 30:5

En diversas ocasiones nos enojamos con Dios por las pruebas que enfrentamos, nos enojamos y reclamamos (tal vez inconscientemente y en silencio) el por qué seguimos luchando. Esperamos ver la bondad de Dios todo el tiempo porque Él es bueno, Su misericordia es nueva cada mañana pero, olvidamos que es un Dios justo, y que si bien Cristo nos ha justificado, hay consecuencias de nuestros errores y eso es para los que creemos en Dios y también para quienes aún no creen en Él.
Lo que sembramos, cosechamos.
Eso debe ser un motivo de alegría, de regocijo, porque cuando cruzamos las pruebas y salimos en victoria con Dios, todo aquello que nos hacía llorar se transforma en alegría. Cada prueba superada, es un aprendizaje más, mayor madurez, más sabiduría y más acercamiento a Dios.

En medio de las pruebas tal vez no entendamos, pero cuando sales triunfante es una alegría inexplicable. ¿Cómo se sentirá una persona que después de años de luchar contra el cáncer, por fin es declarada sana?

¿Cómo se sentirá un padre de familia, al ver a su hijo rebelde regresar a casa? ¿Cómo nos sentimos todos al ser traídas de muerte a vida espiritual?

Aunque el dolor dure una noche entera, siempre habrá un amanecer brillante…
“Bienaventurados los que lloran porque ellos recibirán consolación.” Mateo 5:4
Canta, baila, ríe, goza de la presencia de Dios en las pruebas; ora confiando en que:
“Misericordioso y clemente es Jehová; Lento para la ira, y grande en misericordia. No contenderá para siempre, ni para siempre guardará el enojo. No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados. Porque como la altura de los cielos sobre la tierra, engrandeció su misericordia sobre los que le temen. Cuanto está lejos el oriente del occidente, hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones. Como el padre se compadece de los hijos, se compadece Jehová de los que le temen”. Salmos 103:8-13

Por eso clama a gran voz: “Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser Su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias; El que rescata del hoyo tu vida, El que te corona de favores y misericordias; El que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila”. Salmos 103:1-5

¡Estamos vivos! Llora todo lo que tengas que llorar y déjalo en el ayer, que en un momento, en un momento tu lamento se convertirá en baile para la gloria de Dios.
Comencemos este nuevo mes llenos de alegría, bendiciones.



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