31 de enero de 2017

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9:05 am

La clase de la maestra Wu había terminado. Luhan tomó sus cosas dispuesto a salir sin llamar la atención de la mujer, esperaba que se le hubiera olvidado lo de la cena, no quería ver a aquellos hombres, especialmente a Oh Sehun.

Faltó un paso para que estuviera fuera del aula, pero como era de esperarse, a la maestra Wu nunca se le iba una.

— Luhan. — Llamó al rubio. — No olvide la cena. — Sonrió la mujer.

— Verá maestra Wu-

— Sin excusas, joven Lu. — Tomó su bolso y caminó hasta el rubio. — Está es la oportunidad que puedes estar esperando y no voy a dejarte que la arruines. — Suspiró cuando lo tuvo de codo a codo. — Eres un buen alumno, créeme Luhan y mereces un poco de tiempo para ti, vivir un poco y dejar de preocuparte por quien pagará tus gastos. Estoy segura que tus padres también estarán felices de que descanses un poco mas.

— Gracias maestra Wu, pero estoy bien con mis trabajos. — Luhan intentó dibujar una sonrisa. — No quiero ser una molestia y ya suficiente trabajo le doy en clase.

— Patrañas, joven Lu. — Levantó la mano y la agitó en el aire como si le restara importancia. — La conferencia fue una excusa, lo que quería era que conocieras a mi hijo y bueno, al parecer le agradaste. Así que ponte tan guapo como siempre y acepta trabajar con el cuando te lo pida.

— Maestra Wu...

— Mandaré por ti a las siete, te esperaran en la entrada de la residencia. Nos vemos Luhan. — La mujer se alejó.

Luhan sentía un nudo en la garganta, todo eso que estaba haciendo la maestra era demasiado y él no lo merecía, no después de saber que su sobrino mantenía un romance con el prometido de su hijo.

6:58 pm

Faltaban dos minutos para que pasaran a recogerlo y apenas estaba saliendo de su habitación. Quizá si no lo veían a la hora acordada podría dar por cancelada la cena e inventaria alguna excusa para disculparse con la maestra Wu. Sin embargo, ahí iba, a paso lento y con los nervios a flor de piel.

Llegó a la entrada de la residencia de estudiantes y un Volvo V40 gris estaba aparcado a unos metros

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Llegó a la entrada de la residencia de estudiantes y un Volvo V40 gris estaba aparcado a unos metros. Era el único auto lujoso estacionado en el lugar debía ser ese su transporte.

Bajó la cabeza y caminó lentamente, sin que apartara su mirada del suelo, escuchó una puerta abrirse y su nombre flotar en el aire.

— Luhan. — El chico Kim, con su amable sonrisa lo saludó. — Por aquí. — Llamó mientras acomodaba su cabello. 

Luhan siguió caminando hasta quedar al lado de la puerta de copiloto.

— Hola señor Kim. — Saludó.

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