Capítulo 07: Las pistas me llevan ¿a ti?

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Sentir la brisa nocturna rozar sus mejillas era lo mejor que le había pasado, deslizarse con su yoyo entre farolas y saltar de edificio a edificio era una gozo que sólo ella extrañaba tanto.

Habían pasado dos meses desde que regresó a la escuela y era la primera vez desde el accidente que salía a patrullar. Le envió un mensaje a su compañero para quedarse de ver en la cima de la Torre Eiffel, ¡Oh, la Torre! Extrañaba esa parte de su vida, extrañaba sus misiones, extrañaba ser Ladybug.

Su responsabilidad como heroína la mantenía distraída de los problemas que sufría como adolescente. Le costó trabajo ponerse al corriente con las materias, lejos de los trabajos extras; el aprendizaje de las lecciones era más complicado. De por si dormirse en clase por ser Ladybug en las noches y distraerse con cualquier movimiento hecho por Adrien no le había dejado buenas notas... con su accidente todo parecía un barco a punto de naufragar. Sin embargo, con el apoyo de Alya y Claude, había logrado ponerse al corriente. Las notas de Alya y las explicaciones de Claude la habían renovado para ser una buena estudiante otra vez.

Lo único que aún no tenía respuesta era el culpable, "el admirador secreto". Todas las mañanas había un nuevo ramo de flores y una nueva parte de alguna canción. Todos los mensajes estaban impresos, algunos en tarjetas blancas, otras en tarjetas con algún diseño. Iban desde el amor hasta el deseo, acorde a lo que las flores en turno mostraban.

Ella había llegado a la opción de tomarle una fotografía al ramo, buscar qué eran en internet para después sacar su libro y saber qué mensaje querían decirle. Las camelias se habían convertido en sus favoritas, su significado era similar aunque el color variara: cariño. En segundo lugar los lirios: era una forma de expresar el amor un poco más seductor y aunque sólo había tenido uno... el tulipán, significando amor en su máxima expresión.

Quizá se engañaba y los ramos eran al azar, nadie en esos tiempos conocía ese lenguaje. Tal vez si era Chloé quien quería hacerle perder el tiempo. Aunque esos detalles en verdad parecían hechos por Claude. El libro estaba en su casa, tal vez lo encontró y le enviaba los mensajes para tener algo con ella, pero ahora ella tenía el libro. ¿Cómo podía saber de memoria el significado de cada una? Aunque si era alguien más, ¿cómo hacia que aparecieran en su escritorio antes de clases?

Había hecho todo lo que estuviera en su mano para averiguar quién era. Desde ingresar al Colegio en cuanto abrían las puertas, hasta quedarse hasta que cerraban. Todo era inútil. Sin importar la hora, el ramo ya estaba ahí antes de comenzar las clases.

Pensando en su rehabilitación dejó todo aquello a un lado o al menos lo intentó. Los días que se sentía bien, aceptaba la invitación de Claude, en las que siempre la llevaba a lugares tranquilos: el cine, un restaurante, librerías u obras de teatro. Casi en todas las actividades eran exclusivas para hacerlas sentados, Marinette agradecía el gesto: él se preocupaba por ella.

Las visitas a su casa también eran asiduas. Albert tenía ideas tan interesantes que la chica de orbes lapislázuli siempre tenía algo que opinar. De hecho, el señor Burgeois le ofreció convertirse en su lectora Beta. A veces como escritores hay algunos cabos que se dejan sueltos por estar tan inmersos en el avance de la historia, ahí es donde entraría Marinette y trataría de encontrarlos para que Albert pudiera crear una situación donde se diera respuesta. Ejemplo: Una pareja que ha se odia por muchos años y en el siguiente capítulo están besándose, debe haber una explicación de cómo llegaron a eso.

Marinette estaba encantada, nada le hacía más feliz que ayudar a su escritor favorito, en su pasatiempo favorito.

Gracias a su "nuevo trabajo", Claude y ella siempre estaban juntos. Las risas por temas absurdos, la discusión en temas serios, compartir puntos de vista y las clases de regularización eran lo mejor y un gran aliciente para Marinette. La pareja Dupain-Cheng, habían aceptado al castaño dentro del hogar. Había días que se quedaba con ella, ayudándole en sus deberes mientras él estudiaba para sus exámenes de ingreso a la universidad.

Acaso... ¿eres tú? [AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora