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"Definitivamente esos pantalones acentúan tus curvas, you got it girl" Celebraba la rubia al otro lado de la pantalla.
"Están muy incómodos Cara. ¿De verdad debo sufrir al usar esto?" Se quejaba Louis, mientras trataba de acomodar su ropa interior; Cara lo había convencido de aceptar su ayuda para un cambio de look.
Había pasado más de una semana desde que la chica de orbes azules había reprendido a su amigo, convencer a la madre de Louis que lo dejara ir al centro comercial habia sido todo un lio pero al final, aceptó.
"La belleza cuesta Lewis, o  acaso crees que yo gané mi dinero diciéndole a los diseñadores uuh, ¿di virdid dibi sifrir il isir isti?" A Louis le molestaba mucho que Cara lo llamara con otros nombres, pero le molestaba más que siempre lo imitará con la misma voz chillona y molesta. Él no hablaba así, su voz no era tan chillona.
"No, pero pagar 75 dólares por un par de pantalones molestos es estupido"
"¿Quién va a pagar por ellos, tú o yo?"
"Tú pero..."
"Pero nada verte vestir como niño de colegio de monjas me deprime, tómalo como un acto de caridad, me estás ayudando a sumar puntos con el gran jefe. Ahora, pruebate esos tirantes." El gran jefe, osea Dios, era el sobrenombre que Cara le daba. Louis y la rubia habían tenido una gran charla sobre cómo el pequeño debía dejar que Cara lo ayudara porque así ella estaría ganándose el cielo. Al principio hubo muchas quejas por parte del oji-azul, su madre siempre le había enseñado a ganarse las cosas y a ser ahorrador, él no quería aprovecharse del estado de su amiga; se rehusaba a sentir que la estaba usando para poder tener cosas bonitas. Si bien, Cara había tenido una breve carrera de modelaje profesional, pero todo se había visto opacado por el terrible cáncer que tenía.
Después de una larga sesión de compras Louis sabía que debía regresar al Hospital para poder continuar con el segundo paso de su transformación.

Mientras caminaba por el centro comercial Louis pudo  ver a lo lejos un grupo de chicos que le resultaba familiar, la sangre del pequeño se heló al recordar la paliza que le habían metido hace menos de un mes. Trató de dar media vuelta y perderse entre la multitud, al llegar al área de los baños Louis pensó que habia perdido a sus verdugos pero no fue así, de un momento a otro se encontraba tirado en el piso.
"Ten más cuidado florecita, otro golpe como ese y podrías quedar más gay de lo normal" Mencionó el pelirrojo mientras chocaba los cinco con su séquito de seguidores o el séquito de tarados como Cara los había bautizado. Trato de levantarse tan rápido como su cuerpo le permitiese pero Trevor y sus amigos se encargaron de regresarlo al piso.
"¿A dónde vas con tanta prisa, chupa pijas. A tu clase de ballet? Con que al fin tu mami te dejó elegir tu ropa, ¿Compraste un vestido, eh?" Agregó otro chico, Louis ni siquiera se había esforzado por volver a levantarse, sólo esperaba a que la humillación pasara para poder salir de ahí intacto. Trevor tomó una de las bolsas de compras y comenzó a revisar el interior mientras tiraba todo al rededor.
"¿Para quién es la ropa Tomlinson?"
"Para... mi" Respondió en un tono bajo, casi avergonzado.
"¿Vas a cambiar de estilo? Oye no, a mi me gustas así ¿sabes? Tienes un aspecto tan femenino" Contestó el pelirrojo, mientras se acercaba peligrosamente al rostro del pequeño. "Llevenlo al baño."
Entre patadas y llanto, Louis rogaba que lo dejaran en paz. A diferencia de su padre, Trevor no lo usaba para liberar su dolor, él lo lastimaba.
"Por favor, por favor no dejen que me toque. Por favor haré lo que quieran, no de nuevo, por favor" Lloraba desesperado, un golpe en el estómago, un golpe en el pómulo, el oji-azul podía sentir como sus huesos eran rotos uno por uno, en momentos como ese, Louis solía pensar en la primera vez que vio a su gatita Gemma, el sabor de los caramelos que tanto le gustaban, la sensación de los abrazos de su madre y... en los ojos bonitos de su doctor.
"¿No tienen nada mejor que hacer que ser unos completos idiotas?" Tirado en el piso, con la mitad de los pantalones abajo, Louis alzó la mirada por primera vez y vio a un joven castaño con mirada penetrante bastante molesto, entre sus manos; un arma que apuntaba ferozmente hacia la frente de su agresor. Trevor... el pelirrojo estaba pálido, los otros dos chicos se preparaban para una pelea y Louis, él se sentía feliz de haber sido herido; al fin podría volver a ver aquéllos ojos verdes que tanto le gustaban.
"¿Saben lo que es esto?" Señalo el joven el accesorio que colgaba en el cañón de su pistola. "Esto, mis queridos niños es un silenciador. Yo podría disparar, como así" De un momento a otro, el pelirrojo comenzó a gritar de dolor, su pie había recibido un impacto de bala. Louis sabía que Trevor y sus amigos estaban locos, pero el castaño delante de él  estaba demente. "Y nadie me escucharía hacerlo, podría matarlos justo aquí y nadie se preocuparía por su patética existencia, yo creo que le haría un favor al mundo ¿ustedes que piensan?"
En aquel baño solo podían escucharse las respiraciones irregulares de Louis, los quejidos de Trevor y a los otros dos chicos pasar saliva.
"Definitivamente, no voy a hacerlo. No me mal entiendan no es como que su vida me importe, pero no voy a gastar mis recursos en asesinar a 3 adolescentes con la personalidad y carisma de un perro atropellado. Haremos esto, me dan al chico con todas sus cosas, me voy y ustedes esperan 1 hora antes de poder irse. ¿Entendieron o tengo que dispararle a cabeza de zanahoria en las bolas?"
De un momento a otro Louis se encontraba siendo cargado por el extraño mientras los otros chicos atendían la herida de su amigo. Si ese joven no hubiera llegado, el oji-azul podría haber tenido un final diferente.
"Muchas gracias, señor"
"En primer lugar, no me llames señor. En segundo, ¿qué no puedes defenderte mismo? Vaya, entiendo todo este rollo de que seas pequeño como la mierda, pero tus debilidades son tu mayor fortaleza. Deberías usar tu tamaño como ventaja."
Louis no podía dejar de admirar la valentía de su salvador, quien lo había llevado a su auto para después dirigirse al hospital a tratar sus heridas. Por lo que había podido notar, este tenía un acento gracioso
"Definitivamente no es de Doncaster" pensó, Cara le había dado algunas clases de coqueteo pero Louis no se sentía listo para ponerlas en práctica y mucho menos con alguien que no fuera su doctor de los ojos bonitos. Sin darse cuenta, se había desconectado totalmente por más de la mitad del trayecto. El joven castaño seguía dándole algunos consejos para pelear, Louis solo se dedicaba a escucharlo, el no estaba interesado en pelear.
"Entonces, te vendría bien practicar algo de box créeme que ese deporte cambio mi vida. ¿Aquí a la izquierda?" Preguntó sin dejar de mirar el camino.
"Si, luego a la derecha y en el segundo semáforo es todo derecho, gracias"
"Ese es tu problema, ¿lo ves? Estas dejando que un completo desconocido, quien le disparó a un mocoso de 16 años en el pie sin dudarlo, te lleve al hospital. Amigo, tienes demasiada fe en las personas." Dijo soltando una risa, tenía razón, Louis se sintió totalmente avergonzado al escucharlo decir eso.
"Mi mamá me enseñó que no hay personas malas, solo personas que aún no han encontrado el camino correcto."
"Es el consejo más estupido que he escuchado. ¿Qué  más te dijo tu madre? Si un hombre te ofrece dulces desde su auto súbete hijo, probablemente no ha encontrado el camino correcto y es por eso que es un puto pedófilo" el castaño trato de hacer una voz de mujer que a Louis le pareció muy chistosa soltando una enorme carcajada que indundo el auto, el pequeño sentía mucho dolor en el pecho así que no podía seguir riendo más. Al llegar al hospital el joven salvador lo ayudo a bajar junto con sus cosas, la primera en ver a Louis ingresar en ese estado fue Karen una enfermera compañera de su madre. Todo paso rápido, una camilla llegó por Louis se le puso una mascarilla de oxígeno mientras el pequeño mencionaba que estaba bien, el solo quería despedirse de su nuevo amigo. La camilla se alejó y el castaño quedó atrás, Louis solo pudo despedirse moviendo su mano de un lado a otro gesto que el joven correspondió con una sonrisa a medias.

"¿Que ha pasado?" El menor sintió su corazón latir cada vez más rápido, era él. 
"El joven que lo trajo dice que lo encontró así en el baño de un centro comercial. Presenta fractura a la altura del tórax y traumatismo en el área del pómulo"
"¿No dejas de meterte en problemas, eh? Rápido, quiero que realicen una radiografía y una tomografía, debemos asegurarnos de que todo está bien antes de tratar el trauma"

Todo pasaba rápido, Louis solo podía sentirse arrepentido de no haber agradecido de mejor manera a su salvador. Comenzaba a sentir calor, si bien, Doncaster en esta época del año era frío pero el hospital se esforzaba por hacer sentir a los pacientes como si fuera un cálido día de verano, al quitarse su sueter una tarjeta resbaló del bolsillo de Louis.

Psicólogo Niall James Horan
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Doctor Harry| l.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora