Día 1 'Festival de las Estrellas'

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Confesiones

Sus ojos se desviaban a cualquier otro punto cuando los intentaba atrapar en la búsqueda de como comenzar, no se le ocurría que más hacer, la había cagado en grande y no exageraba.

Yuri temblaba enfurecido ¿o quizás era frio?, sus manos, que estaban hechas puños, parecían estar listos para golpearlo, el ceño fruncido con fuerza indicaba que en cualquier momento se lanzaría a regañarle o gritarle como siempre, pero esta vez solo se mantenía ahí, dejando al japonés al margen sin permitirle saber que ocurría exactamente en su cabeza, no le daría el lujo de saber por qué esperó más de dos horas.

El moreno, quien estaba frente a él, sentía que la presión lo asfixiaba, ojeó por milésima vez el celular mientras culpaba a Viktor de detenerlo por tanto tiempo, pero la verdad es que el platinado no tenía culpa alguna de lo que sucedía, quien había aceptado hablar había sido él y nadie más. Suspiró exasperado y enfadado consigo mismo y aquello no era lo único que su mente le recriminaba, había algo más de lo cual era consciente y que hacerse el tonto solo acabaría arruinando el ambiente. Más de lo que estaba.

Ignorando el hecho de que el japonés se había levantado del sillón y acababa de desaparecer por el pasillo del departamento, Plisetsky pensaba a una velocidad agotadora todo lo que debía decirle sin que nada saliese de lo que planeaba guardarse, el orgullo provocaba que no se comportara de la manera explosiva de siempre, no iba a permitirse decir algo de más, si lo hacía probablemente sería su fin.

Llegó un punto en que no supo determinar si el temblor en su cuerpo era por la rabia, el miedo o el frío que le ocasionaba el estar empapado, dos horas bajo la lluvia probablemente le cobrarían la cuenta con alguna gripe, su enojo aumentó aún más al pensar en ello y cuando estaba a punto de gritarle 'cobarde' a quien parecía haber huido, una toalla cayó sobre su cabello dejándolo mudo, se lo estaba secando, confundiéndolo y enfadándose más si es que eso era posible a esas alturas.

-Primero dúchate.- Tragó saliva en un intento de mantener su actitud al hacer algo tan idiota como secar su cabello a pesar de sus palabras- Insúltame y dime todo lo que quieras después, no- Cortó sus palabras intentando medirlas y no empeorar todo. -Yacov se enfadara (aún más) cuando se entere de que te enfermaste por mi culpa.

Obedeció, ignorando el dolor abdominal que le causaba aguantarse todo lo quería escupir, fue a la ducha sin más e intentó aclarar sus pensamientos de paso. No era nada del japonés si es que se ponía a pensar las cosas, lo único que le llevaba a cometer opciones estúpidas por él eran esos malditos sentimientos.

¡Sí! ¡Era cierto! ¡El tigre ruso estaba enamorado de un cerdo!

Apretó sus puños, pues, aunque estaba enamorado y todo, no estaba demás decir que se sentía pasado a llevar, seguramente el katsudon había estado coqueteando con Viktor toda la tarde olvidando su compromiso y con tan solo recordarlo se enervaba más, pero debía calmarse, si salía en ese estado probablemente acabaría imponiendo con ira todo lo que sentía y pensaba.

Y esa no era la forma para olvidarle.

Era consciente de lo que sentía Yurio, esa tarde lo había confirmado y aquello lo hacía sentir peor, el remordimiento no le iba a dejar respirar con tranquilidad un buen rato ni tampoco la indecisión de sus acciones, por lo que debía buscar una decisión rápida por el bien de los dos. Rechazarlo de buenas a primeras no era lo correcto, primero que nada porque el rubio aún no había mencionado él tema y además estaba el asunto que había platicado con su entrenador aquella tarde, irónicamente, la razón de aquella situación tan tensa.

-Un golpe más sobre el hielo se sumó a la cantidad de frustraciones de aquella tarde e iba a continuar en un vano intento de enmendar su bajo desempeño antes de irse con Yurio, ya que la hora acordada se acercaba, sin embargo, su entrenador le llamó para hablar sobre aquello que le distraía en la pista, pensaba que el tiempo que le llevaría la pequeña reprimenda sería corto debido que esperaba un discurso sobre 'Lo que sea que te está distrayendo tienes que arreglarlo pronto', pero Nikiforov no era tan distraído, comenzó yendo al grano, desarmando el discurso del japonés.

Oneshots | YuruuriWeek2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora