Dulce presentación

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Estaba muy nervioso con aquella mudanza. Mikasa se había decidido a sacarlo del lugar para menores en el que vivía desde que sus padres habían muerto años atrás. Era muy considerado por su parte, pero irse a vivir con su novia tan pronto le parecía extraño. 

Todo había pasado realmente muy rápido.

Eren había sabido siempre que Mikasa lo amaba. Pero no fue hasta que ella se le declaró hacía dos meses que había empezado a salir con ella. Además, ella y Armin eran sus únicos amigos. No tenía del todo claro si le gustaba Mikasa como para tener una relación amorosa pero... la quería de alguna manera. 

-Bien, deja aquí tus cosas.-dijo ella tras abrir la puerta del piso. - Tu cuarto estará al lado del mío.-sonrió emocionada.- Ya no tendrás todas esas terribles restricciones de tu antiguo hogar.-lo abrazó.

-Gracias por todo-sonrió él. 

-Aquí vas a estar mucho mejor... -le dio un beso.- Sólo una cosa... vivo con mi hermano. Se llama Levi y... bueno. No suele salir de su cuarto, pero tiene normas muy estrictas sobre la limpieza del piso.

-La verdad es que esta impoluto.-dijo Eren observando todo. - ¿Tienes un hermano? 

-Si... hermano mayor. En realidad no lo aguanto.-dijo ella.- Tiene un caracter horrible... pero... en cuanto termine este año me pondré a trabajar y tendremos nuestro propio piso, ¿vale?

-Claro...-Eren trataba de sonreír, pero no estaba del todo seguro de si aquello saldría bien. Ni siquiera entendía aquella relación. - Bueno, iré a acondicionar mi cuarto.

Colocó todas su cosas (que no eran muchas) en un par de horas. En realidad, estaba mucho mejor que su antiguo hogar. Era acogedor, y sin duda estaría mejor. 

Había estado hablando con Armin sobre todo aquello. La mudanza, el futuro... ninguno sabía muy bien que sucedería. El rubio le había dejado caer que tal vez sólo salía con Mikasa por miedo a romper su amistad... pero... ¿qué podía hacer? Tampoco estaba tan mal.

-¡Eren! Ya esta la cena.- aunque Mikasa no cocinaba demasiado bien, se esforzaba al máximo por hacer algo bueno para Eren. 

-Voy.-salió a la cocina. -Tiene buena pinta.-sonrió. 

-Es el segundo intento. El primero... bueno, he comido algo y hasta me ha revuelto el estómago, así que mejor esto.-ella se sentó junto a él. Mirándolo sonriente. En verdad era una chica muy guapa. 

-Muchas gracias.-le dio un pequeño beso en la mejilla. 

Tras acabar de cenar, ella empezó a tocarle el pelo tonteando un poco con él. Los dos chicos eran vírgenes, y nunca habían tenido la oportunidad de hacer nada. Pero ahora eso iba a cambiar. Ella se sentó sobre Eren, y le desabrochó la camisa lentamente.

-Estoy lista...-susurró. 

Le hubiera gustado saber si él estaba listo, pero simplemente se dejó llevar por ella. No quería decepcionarla. Le devolvía los besos, le acariciaba las piernas y la cadera...

-Vamos a mi cuarto...-le cogió de la mano y lo llevó con ella.

Al entrar, ella se quitó la camiseta. Eren se sonrojó un poco al verle los pechos, nunca había visto unos y era algo incómodo. ¿Qué debía hacer? ¿Debía tocarlos? ¿Acaso le sentaría mal si lo hacía? Tenía demasiadas dudas.

Mikasa por el contario parecía muy decidida. Lo empujó a la cama y le quitó los pantalones. Entonces se quedó quieta y se llevó la mano a la tripa.

-Creo... que el primer intento de cena... no me ha sentado muy bien...-dijo corriendo al baño para comenzar a vomitar.

Eren suspiró de alivio. Definitivamente no estaba preparado para tener sexo. Jamás había hecho nada, ni siquiera le habían tocado o hecho orales. Aunque le había causado una notoria erección, con tanta torpeza en su ser no sabía si habría podido hacer algo.

-Mikasa... ¿estás bien?

-S...sí. Sólo déjame aquí...-dijo desde el baño.- Tienes otro baño en el piso de arriba... primera puerta...

Eren subió lentamente por las escaleras. Entró al baño y se apoyó en el lavabo.

-Joder...-estaba algo avergonzado. No quería decepcionar a Mikasa la próxima vez. Se miró en el espejo y lentamente comenzó a masturbarse. No iba a desperdiciar aquella erección.- Ah...-suspiró suavemente. Aceleró el ritmo de la masturbación.

Entonces la puerta del baño se abrió. Eren se quedó helado al ver a un chico de baja estatura, pelo negro y rasgos fríos mirándolo desde la puerta. 

El chico entró y cerró la puerta tras él. Eren no sabía donde meterse. Se subió los calzoncillos y trató de taparse el bulto en ellos con las manos. 

El moreno se acercó a Eren, y entonces ocurrió algo... que cambiaría todo.


El moreno lo agarró de las muñecas con una sola mano y lo empujó hasta tenerlo pegado a la pared.

-¿¡Qué demonios hac...!?- gritó Eren, pero antes de poder terminar, el chico había metido sus dedos en la boca de Eren, moviéndolos lentamente.

-Shhh....-susurró de un modo seductor. Eren no entendía que sucedía. 

El chico coló su mano libre en el calzoncillo de Eren y acarició su pene lentamente. Pasó la yema de su dedo pulgar por el glande lentamente, haciendo que Eren se estremeciese. En realidad... le estaba poniendo mucho. El chico  apretó aun más las manos de Eren sobre la cabeza de este en la pared, inmovilizándolo, y comenzó a masturbarlo. Eren forcejeó al principio, pero aquella mano cada vez se sentía mejor.

-Ahh...ah...ahh...-empezó a gemir en cada movimiento que le hacía. Su mano estaba húmeda por la saliva de Eren, lo que hacía que al tocarle subiera y bajase mejor la mano por su miembro. 

-Shh... despacio... -susurró el chico de pelo negro a Eren al ver como se aceleraba cada vez más. Él parecía muy tranquilo, incluso parecía que no estuviera haciendo nada malo allí. Eren intentó controlarse, pero se lo estaba haciendo tan bien...

Estaba sudando por la agitación y el erotismo del momento. Ni siquiera pensaba en lo que ocurría. Sólo se dejaba llevar por aquel inmenso placer que le estaban produciendo. 

-Más....más...-dejó escapar Eren por su boca al notar que el ritmo de la masturbación aumentaba.- Más...-suplicaba entre gemidos. 

-Disfruta...-dijo el chico lamiéndole la oreja y  subiendo y bajando más rápido su mano. Eren no pudo más y se corrió con un inmenso placer y un gemido.-Vaya... eso fue rápido...-susurró el chico.

-Mmmh...- Eren disfrutó de los últimos roces que le hizo en el miembro. 

-Buenas noches.-dijo el chico antes de salir del baño, limpiándose la corrida de Eren de la mano con un pañuelo.


Entonces Eren recapacitó sobre lo que acababa de pasar. Sus ojos se abrieron como platos y se llevó las manos a la cabeza. ¿Qué acababa de suceder? 


Lujuria . (Ereri/Riren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora