Lujuria . (Ereri/Riren)

Trabajo

Comenzaron una especie de relación a partir de aquel día. No sabría si llamarlo si quiera relación. Era más una nube de erotismo con chispas constante. Casi cada vez que se encontraban en la casa se lanzaban a por el otro, siempre que Mikasa no estuviera. Y cuando estaba siempre se miraban de reojo.

-Buenos días...-Levi lo asaltó por la espalda pegandose a él.

-Hey...-Eren sonrió al notar su peso encima.- Te hice el té. - le acercó la taza. La noche anterior Levi había vuelto tarde.

-Oh... te adoro.-dijo tomando la taza y bebiendo. Eren había aprendido a la perfección como le gustaba el té.-Mmm... -dejó la taza y comenzó a juguetear con la goma de los pantalones de Eren.- No llevas calzoncillos eh...

-No me hacían falta... -sonrió y echó la cabeza hacia atrás apoyándola en el hombro de Levi.- Mmmm... te haré el té más a menudo...

La mano de Levi agarró su miembro y comenzó a masturbarlo lentamente. Eren cerró los ojos y disfrutó de esa mano. Se había vuelto un adicto al sexo.

-¿Una corrida mañanera? -Levi mordió su cuello.

-Por favor...-dijo sin quitar la sonrisa de su cara. Levi aceleró su mano y con la otra agarró con suavidad sus testículos, acariciándolos mientras seguía con la masturbación.- Ah... -ya jadeaba.

-Disfruta...

Los pantalones de Eren se mancharon de semen a los pocos minutos. Sabía como le gustaba, donde acariciar y que ritmo seguir.

-Bueno, me voy ya.-Levi se lavó las manos y se dirigió a la puerta.

-¿Cuándo vuelves?

-No lo sé.-le guiñó un ojo. - puede que mañana. No te toques mucho en mi ausencia. -se fue.

Eren estaba loco por aquel hombre. Pero no era una relación sana. Mikasa iba a acabar enterándose algún día, y eso sería un problema. Armin y él seguían hablando, aunque no le había contado sus ahora cotidianas prácticas con Levi. Para él se había quedado en un juego pasajero.

Levi no volvió aquel día, como había dicho. Lo echaba de menos. Echaba de menos sus miradas pícaras, sus labios en la taza morada, sus manos... sólo pensaba en cuando lo vería de nuevo.

Al día siguiente tampoco apareció. Eren trató de no preocuparse. Fue al hospital como siempre, preparaba las medicinas de los enfermos y ayudaba a los médicos. Era un trabajo reconfortante.

-¿Eren? -dijo un hombre grande con gafas de sol en el mostrador. Rápidamente supo quien era. El hombre rubio, el amante de Levi.

-¿Qué haces aquí?-prefería no verlo, la verdad. Saber que había tenido relaciones con Levi lo ponía de mal humor. Se estaba volviendo muy posesivo con él.

-No tengo mucho tiempo. Tienes que tener cuidado. -dijo mirando a su alrededor.

-¿Yo? -aquello empezaba a asustarlo. 

-Van a por Levi. No tienen mucha información sobre él. Revolvieron mi apartamento anoche, lo están buscando.

-¿Y por qué tengo que tener cuidado?- ahora estaba preocupado por Levi.

-Desde el día que viniste, Levi no ha vuelto. Ya me dijo que estabas celoso y que prefería dejar de verse conmigo.

-Oh...-frunció el ceño. Maldito Levi, podría haberse ahorrado lo que era un celoso, aunque era verdad.

-Ese día le vieron en mi casa. Y te vieron a ti. Él se las puede arreglar sólo, pero tú no.

-¿Dónde esta él ahora?

-Está a salvo, volverá a casa pronto. -se giró.- me voy ya. Ten cuidado. Y cuida de él, no le hagas mas daño del que ya le han hecho.

-No lo haré.-se sintió bien por ver como aquel hombre aceptaba su "relación" con Levi.

Se quedó algo inquieto. ¿En serio irían a por él? Era algo raro, Eren no les podía ofrecer nada. Aunque podía utilizarlo a él para llegar hasta Levi.

Además, le gustaba la idea de que Levi hubiera dejado las cosas claras con Erwin, significaba que al fin y al cabo, había algo entre ellos más allá del sexo y el placer. No podía denominarlo relación, pero si podía afirmar que no eran simples amantes. Eso le hacía sentir feliz.

-¿Qué quería ese hombre?- preguntó una de las enfermeras que trabajaba con Eren.

-Nada. Es un amigo de mi... de un amigo.

A la salida del trabajo fue con dos de las chicas del hospital. Era cómodo hablar con ellas, aunque las dos tonteaban con él. Desde que había descubierto a Levi, no había mujer que pudiera seducirlo. 

-Hasta mañana Annie.-sonrió.- Nos vemos la semana que viene Sasha.-las despidió y siguió su camino.

A sus pensamientos volvió la idea de que Levi estuviera en apuros. Sin duda un trabajo así traía consecuencias indeseadas. Aun no podía creer que fuera un asesino tan reputado, un hombre jóven y de apariencia poco corpulenta. 

Un ruido lo despertó de sus pensamientos. Se giró para ver si alguna de las chicas quería algo, pero no había nadie tras él.

-¿Hola?-dijo con un hilo de voz. Eren sentía que algo iba mal, muy mal.

Aceleró el paso. Apenas faltaban tres calles para llegar a casa. Sólo tenía que ir rápido. Miraba continuamente tras él para ver si alguien lo seguía. ¿Acaso se estaba volviendo paranoico? No. El ruido había sido real. Alguien lo había estado observando.

Llegó al portal de la casa y se apresuró en sacar las llaves. Ahora mismo sólo quería estar a salvo en el piso. Cuando colocó la llave en la cerraja, sintió de nuevo la presencia de alguien. 

Algo tiró de él hacia atrás. Fue a gritar, pero colocaron algo en su boca y le cubrieron la cabeza. 

Lo arrojaron a lo que parecía un coche o una furgoneta, y arrancaron a toda velocidad. Sus manos estaban atadas, por más que forcejeaba no había manera de deshacer aquellos nudos. Su corazón iba muy rápido. ¿A dónde lo llevaban? ¿Lo iban a matar? ¿Habrían atrapado a Levi también? ¿O le habían hecho algo a Mikasa?

No sabría decir cuanto estuvo en la furgoneta, pero no fue mucho. Alguien lo agarró con rudeza del brazo y lo arrastró dentro de algún local. Una vez allí, lo tiraron al suelo y le quitaron el saco de la cabeza. 

Al principio estaba algo cegado por una luz que apuntaba a su cara, pero poco a poco fue viendo la habitación. Había varios hombres apoyados en la pared, en la penumbra. No les veía la cara. Entonces uno se adelantó y salió a la luz.

-Penoso.-dijo Levi suspirado.