Chemische Tot

98 0 0
                                    

 || Aporte,disfruten. No me pertenece esta historia


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


  —Lo llaman "chemische tot" -Decía mi compañero sentado con lagrimas en los ojos. Sostenía un periódico aleman que tomaba en la primera pagina una noticia bastante llamativa."Chemische tot" era una simple leyenda alemana en Essen, donde vivìa mi gran amigo, ya que se mudò hace 2 años aquì. Se lo notaba muy triste cuando me contò un poco sobre aquella persona, me sentè a su lado para consolarlo un poco pero se desahogaba màs que de costumbre. No le veo tanto estres a un hombre mayor que sin embargo pueda tener algún problema mental ¿que es un quìmico loco? ya eso serìa cuentos de èl. 

 —Cuentame màs.-Decìa solo para consolar a mi amigo, a pesar que no me importaba mucho el tema como especial de un hombre mayor que violò y torturò con quìmicos tòxicos a su hermanita de 10 años, me parece un cliché aùn salvaje.

 —Sòlo quiero estar en paz, pero no lo estarè por gracia de ese miserable.-Decìa mientras sollozaba apretando los puños, se le notaba ahora ira en sus ojos.—Nunca màs vuelvo a ser feliz.—Ya calmate amigo, las autoridades se encargaran.

 —¡Claro que no!-Replica mi compañero apretando la quijada, este me mira achinando los ojos.

—¿¡Sabes cuanto deseo matarlo con mis propias manos!?—¿Y que luego te desafíe y te haga todo lo que me contaste? No. -Contredecìa frunciendo el ceño, èl se levanta de golpe y golpea fuerte la mesa."Dejame contarte el por què de mi ira"....Solo que mientras tanto en la pequeña ciudad de Essen en lo màs nublado y misterioso la gente no pasaba por alguna calle lleno de pastos y una bella casa de dos pisos, solo que una mujer de cabello rubio y ojos grises caminaba con su abrigo, era una turista de Francia que situaba por la nublosa calle. La gente se asomaba por la ventana de sus casas con unos ojos en miniatura por solo querer detener a la turista, no se pudieron ni por impulso, el miedo ganaba mas que la valentìa en esas calles.

 —Por que todos estan encerrados... es un bello paìs como para andar escondidos como ratas.-Murmuraba la mujer mirando a los lados de la calle mientras caminaba, su bello acento frances parecìa un eco entre las cuadras.Una fuerte briza roza en la cabellera de la mujer cuando se nota al frente de la calle una silueta de un chico joven guardando sus manos en los bolsillos de su abrigo de pelusa en la capucha, esa silueta situaba tan tranquila que a la mujer le pareciò extraño. Por impulso se dirigìa la forma del joven mientras hacìa reojo por la nublada.

 —¡Hey! ¿usted hablar frances?-Preguntaba la mujer hasta llegar al punto màs cerca del joven, solo se escucha una ligera risa que cautivò un paro.

 El chico era de ojos azules, cabellera lacia negra hasta las orejas, su piel era pàlida y era màs alto que la chica a solo 2 centìmetros, era un chico abrigado sonriente de forma siniestra."interessant""interessant"La mujer abre los ojos en grande cuando lo ve, da pasos atras un poco tìmida pero el chico no se notaba ahora tranquilo cuando comenzò a acercarse a ella con brutalidad, ella comienza a correr con nervios y sudor frìo en su frente. La mujer llega a un rincòn de una calle quedando atrapada en paredes, màs al frente el joven con su abrigo de invierno, caminando lentamente hacia ella. No sabia que hacer que solo mirar los lados como paranoìca hasta que nota una puerta a su lado, ella patea fuerte la puerta tres veces hasta poder abrirla. Mirò por ultima vez al chico hasta encerrarse por completo en el sitio."Besucher..."Se escucha una voz de hombre a lo màs alante de un pasillo oscuro, solo se iluminaba un bombillo dorado entre el techo, la joven caminaba despacio con un temor en sus ojos, de repente se abraza asì misma jadeando, su voz exhalaba el frìo esplendor.

 —Tengo frìo...-Dice la joven hasta sentir una grave presencia detras..."Yo tambièn"....La vista de la mujer se hizo borrosa como sì comenzara a despertar de un agotado momento, la mujer despierta atada de manos y pies en una silla oxidada, tenìa en su boca una mordaza babeada que hasta tuvo pànico mirando a los lados, en un simple laboratorio de cuatro pareces pequeñas de color celeste, habìa gabetas de todo tipo de medicina e instrumentos.

 —Buenas.-Decìa una voz masculina en grave, la mujer cautivò la voz y mirò al frente, al mismo hombre de un ojo celeste y otro ciego con marca, la piel pàlida y cabello negro. El hombre rìe ligero como sì fuera divertido, la mujer grita pero para su colmo estaba amordazada, sus gritos no se escuchaban tan fuertes para este momento tan terrorìfico. El pelinegro camina de lado en lado frente a la mujer pensativo, para empezar un simple juego de la quìmica, como estaba rayado con sangre en la pared de su lado."nie lächeln Getch"Decìa el hombre, la mujer tenìa los ojos en miniatura como platos, tenìa mucho miedo que solo se quedò estartela justo frente a el.

 El tuerto como se denominarìa a ese extraño, buscaba entre las gabetas algùn que otro objeto para la preciosidad que era la mujer.

 —Me gusta tus ojos, son preciosos como joyas.-Dice el hombre con un bello acento alemàn, sonriendo ligero frente a ella, le acarìcia la mejilla suavemente hasta darle una bofetada. Ella gime del dolor por el afecto brusco de este, solo por impulso el hombre toma un bisturìn manchado por los bordes de sangre, atrayéndolo por la cara suave de la mujer, esta lagrimeaba de miedo por el acto de este hombre extraño con sonrisa distorsionada. Este comienza a rozar el filo del bisturí por los ojos de la mujer.

—Gracias.-Decìa el hombre para luego clavar por el iris de la chica escuchándola gritar de agonìa por tal dolor agudo, este con su bisturí quita su primer ojo poco a poco mientras como el globo ocular salìa rápidamente estirándose.En el segundo ojo el mismo proceso, este ignoraba los gritos peturbadores de la mujer, la sangre en los oculares comenzaron a derramar en las mejillas de la mujer, por el oxìgeno que habìa dentro del laboratorio hacìa que la sangre dejara de ser tan lìquida y solo ser marcas secas. 

 —Oh vamos, ahora ¿què vienes a llorarme encima? cuidado me ensucias zorra.-Replicaba el pelinegro entre dientes para luego tomar un palo con clavos, su ojo celeste se hizo de forma frìa en su mirada hacia la mujer, quiso aprovechar de una entrada hacia la muerte, comenzando asì a golpearla sin parar en el cráneo.Solo se escuchaba los crujidos de la difunta mujer, a caso descansara en paz....No lo creo.... 

 -Mr B.  

Creepypastas No Tan ConocidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora