El Retroceso

Juventud

Ahora vivo con mi madre en su casa, el lugar se mantiene limpio y es espacioso para que la luz penetre por todos los rincones oscuros.

Los árboles golpean con sus ramas la ventana que amo ver, los sentimientos me atormentan por razones que no comprendo.

Estudio una carrera por ahora, conozco a muchas personas, voy entendiendo por fin mi vida y lo que sucede en ella, estoy en un continuo retroceso hasta encontrar mi fin.

-Ven aquí- le dije a esa chica y se fue.
Sus ojos mostraban el odio más profundo que pude ver en los años que ya había vivido, me aborrecia.

Me quede absorto ante esto, pero cada vez se iba acercando a mi, conocía lentamente lo que era el amor. Años atrás no lo sentí así. Y parece que morí sin sentirlo de nuevo.

Cada día desconozco más cosas de mi, de golpe sentimientos extraños de odio enfurecido se acumulan en mi pecho sin razón, son tan etéreos que no puedo alcanzar a borrarlos por que ya se han ido.

A medida que retrocedo entiendo mi manera de actuar, una profunda soledad en embriago por años y en soledad descubrí ese corazón imbatible lleno de remiendos que buscaría con urgencia quien fuese capaz de sanarlo.

Ella no se alejaba, me hacia creer que había algo más por lo que luchar, que podía hacer todo por ella y viceversa. Ocupó una parte bastante grande de mi vida, quizá en el momento más crudo e insulso se metió a la fuerza para hacerme reir como loco, odiaba reír pero ella lo hacia de una manera tan natural.

Un día, mientras estábamos de viaje la vi por última vez, nos separamos sin ningún rencor tan solo todo lo que había hecho por mi.

Cada día, me sumergia en sentimientos más obscuros, más amargos y tontos, cada día con pensamientos más infames más misantropos sin entender a que se debería acciónes como esta.

Cada dia un nuevo amanecer me deleitaba en la ventana, ahora era un niño sin preocupación alguna.