Ocho

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•|8: Llegada
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Claro que nadie se lo había esperado. La caja que los había confinado ahí nunca había vuelto a subir. Y ahora estaba allí, luego de sonar como una condenada, con suministros y un chico desmayado.
Los adolescentes habían intentado escapar con todo. Se habían metido adentro, pero la caja no bajaba hasta que no hubiera nada. Habían dejado cartas con amenazas, que obviamente no podían cumplir en su actual condición. Incluso un chico de los corredores se había ofrecido para bajar en una cuerda. Solo volvió la mitad de él.
Les había quedado bien claro que no escaparían por aquella caja, y se habían resignado a verla subir todos los meses con medicamentos y ropa.
Pero ¿Un chico?¿Acaso se les había olvidado? O... ¿Comenzarían a aparecer de esa manera?
Todos los habitantes (excepto quizás los corredores) miraban asombrados al interior del cubo metálico, donde un chico se hallaba inconciente en una esquina.

   — ¿Deberíamos sacarlo? — habló primero Winston.

   — Por supuesto que si, no vamos a dejarlo para que muera allí — comentó Newt desde el borde de la caja.

   — ¿Y qué estamos esperando? — preguntó el carnicero.

   — A que llegue Nick, obviamente — terció Will, un niño de 14 años.

   — ¡Si! ¡Busquen a Nick! — gritaron todos.

   — ¡Ya fue a buscarlo Alby! — chilló Stan.

   — ¡CALLENSE! — la voz del líder se hizo presente.

Nick caminaba rápidamente, con Alby pisandole los talones.

   — ¿Qué demonios pasó aquí? — bramó al llegar al lado del rubio.

   — Míralo por ti mismo, shank — señaló con la cabeza.

Nick miró por primera vez al muchacho tendido en el suelo.
Murmurando una sarta de maldiciones, se dirigió al habitante más cercano.

   — Traigan una soga, Einz.

   — Ya lo hicieron, creo que lo tiene Picca.

Y, apresuradamente, un chico bajo y pelirrojo se adelantó para entregarle el objeto a su líder, quien lo tomó con mal humor.

   — Ayúdame, Newt — pidió. El rubio asintió.

Siendo sostenido por su amigo, Nick bajó a ver al nuevo. Estaba acostado todo despatarrado, sudado y con la cara contraída en una mueca, respirando con dificultad. Nick no debía ser demasiado inteligente para darse cuenta que se había desmayado del susto.

   — ¡Phill, Picca, bajen a ayudarme!

Con la ayuda de los muchachos, juntó varias cajas para hacer una precaria escalera y así subir al desmayado.

   — ¡Shuck! — exclamó el pelirrojo al levantar al chico — si que está pesado.

   — Deja de quejarte y ayuda, garlopo — murmuró Nick.

   — Bien, bien.

Al final, lograron llevar al nuevito fuera de la caja. Los habitantes se arremolinaron en torno a él. Era flacucho y tenía el cabello castaño sudado, al igual que la cara. Su ceño estaba fruncido.

   — ¿Está muerto? — preguntó con curiosidad Arjan, un muchacho de piel oscura.

   — No — le contestó Clint, que había estado sentado al lado de novicio buscando signos vitales —Respira.

   — Y... ¿Cuándo despertará?

   — Yo qué se ¿Me ves cara de enfermera?

   — Una enfermera sería mucho mas util que tú — murmuró.

   —Ya verás... — amagó a levantarse, amenazante.

Pero se cayó de trasero cuando el novicio despertó de golpe. El chico se levantó con rapidez, al igual que la persona que no conocian.

   — Ey, nuevito, tranqui — intentó calmarlo al ver como comenzaba a retroceder.

   — ¿Quién...? ¿Qué...? —comenzó a hablar, atropellandose con las palabras.

   — Hola — se apresuró a hablar el lider. — Soy Nick, y estos son los habitantes. Relajate, si te asustas será peor.

Ese era el don de Nick, tranquilizar, su voz era muy serena y honesta, y nadie dudaba de su palabra. El novicio no era una excepción.
Lentamente se fue acercando al grupo, que lo recibió como uno más.

   — Hola, hermano, soy Newt — el sonriente rubio le tendió la mano.

   — Eh... hola —contestó patosamente.

   — ¿Recuerdas algo? ¿Alguna memoria? ¿Un rostro?

   — Yo... no... ni siquiera... — se agarró la cabeza frustrado.

   —Ya, ya, tranquilo — intervino Nick — todos estamos en la misma situación. Ahora — su rostro afable se dirigió al nuevo — ¿Sabes como te llamas, amigo?

El castaño pensó un momento, como si estuviera analizando su mente. Finalmente, lo miró a los ojos y abrió la boca.

   — Soy...



Luego de pasar todo el día en el laberinto, Minho regresó al Área para un muy merecido descanso. Claro que no se esperaba todo lo que había sucedido.

   — ¿¡Qué quieres decir con que hay un nuevo chico?! — le gritó/escupió a Harry.

   — Primero: pues exactamente lo que acabas de repetir. Y segundo... — se quita la saliva del rostro — iugh.

   — ¿Dónde está? — lo ignoró.

   — Creo que se había ido a dar un tipo de tour con Nick en la finca.

   — Bien — ignoró la mueca de su amigo y salió corriendo.

Luego de unos minutos de carrera, el asiático llegó al precoz edificio, donde el líder y un chico que nunca habia visto entablaban una conversación. Al verlo acercarse, Nick calló, haciendo que el otro volteara a ver.

   — Casi no le creo a los chicos, hermano — le sonrió Minho a Nick — pero helo aquí.

   — Si, es raro para todos. Amigo mío, éste es Minho, el...

   — Corredor supremo, galán de todas las señoritas, fan numero uno de las rubias, entre otros — la sonrisa petulante se hizo presente en su rostro. Nick lo miró levantando una ceja, molesto por la abrupta interrupción.

El chico nuevo rió.

   — Un gusto, supongo.

   — Obviamente. Ahora, ¿Cuál es tu nombre?

Con algo de duda, el castaño miró a Nick, que asintió en gesto tranquilizador.  Entonces volvió su vista hacia Minho y habló.

   — Soy Gally.

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》Editado finalmente el 17 de Abril. 896 palabras

MINEWT- La historia dentro de la historia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora