Requiem

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Registro: No. MCMXCV del onceavo libro.
Alma: Yuuri Katsuki

Día IV

Hago constancia del registro de Yuuri Katsuki de 23 años de edad, que empieza el conteo para su final, dentro del tiempo estipulado de los 4 días.

Inicié las labores de reconocimiento con la salida del sol. Habita en una casa de aguas termales con varias personas, posibles familiares. Un alma más que he de recolectar junto con sus últimos recuerdos.

Firmante: Shinigami de Asia del Este

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Día III

Este humano duerme mucho, se despertó por la llamada insistente de una mujer. Se puso en pie y empezó con sus actividades, le seguí el día entero como su sombra, sin gran interés. Hacía lo típico, arreglar su habitación, comer, limpiar la calle, ir por las compras de la casa, comer, etc.

Esto era lo común y lo aburrido de seguir a las personas, se dedican a cosas de poca relevancia, a mi parecer, sin aprovechar lo poco que les queda de tiempo. En fin, no era asunto mío, sólo debo registrar, recoger el alma y seguir con el siguiente.

Pero una vez que terminó sus labores salió de prisa de su casa, y a paso rápido se encaminó al otro extremo del poblado, levitando sin problemas le seguí. Después de un largo trayecto, llegó a lo que parecía un edificio. Habló un par de palabras con una chica que parecía la encargada, (no sé, ya me encargaré de su registro después), nuevamente ignoré lo que pasaba y sólo me limité a seguir el alma que me correspondía tener.

La mujer le proporcionó unos zapatos con navajas, por un momento me alteré pensando que se adelantaría al tiempo estipulado, (los suicidas abundan, lo que eso ocasiona doble trabajo y es muy engorroso) pero no, se los puso y caminó con cuidado hasta otro piso donde empezó a deslizarse.

Se movía de forma tan suave y al mismo tiempo con fuerza, tomo ritmo y empezó a ir más rápido, dando vueltas en ese piso tan extraño... No puedo negar que me cautivó, no podía dejar de mirarlo, fue un espectáculo hermoso, con un brillo que le confería tanta vida, algo tan ajeno a mi y por un momento pensé en querer estar haciendo lo mismo y tomarle de aquella mano tan frágil... Fue muy cautivador, no lo olvidaría, definitivamente. Cuando terminó, se quitó los zapatos-navaja y los devolvió.

Regresó a su casa en medio de la noche, con unos aparatos en los oídos, se le veía algo cabizbajo, algo que no había notado por no prestar atención. Al llegar continuó la monotonía de su día, comer y a dormir.

Firmante: Shinigami de Asia del Este

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Día II

El tiempo sigue corriendo y mis observaciones también, Yuuri es tranquilo en apariencia, aunque muy nervioso y triste en soledad, desconozco que es todo eso, pero no deja de llamarme la atención.

He seguido sus pasos registrando sus actividades, pero ahora que he puesto atención, miro sus maneras de hablar con la gente, simple pero sin dejar de ser cortés, aún con su familia.

Al finalizar sus actividades, de nuevo se dirigió a ese sitio extraño de la colina y nuevamente, mientras se deslizaba en esa superficie volví a quedar embelesado por sus movimientos, una rutina igual al del día anterior, pero no dejaba de robarme la atención, causándome una profunda admiración. Con esa impresión lo acompañé de vuelta a su casa.

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