Dragon Ball Is The Type Of Boyfriend...

#148.

DÍA DEL PADRE (este es un especial diferente).

Goku.

- ¡Con cuidado Goten!

Susurró el mayor de todos al de 16 años.

– Tranquilo hermano. Papá tiene el sueño pesado, ni que... – El mencionado se removió en su cama. – Ok, me callo.

– No puedo creer que ___ se comporte mejor que tú.

Negó caminando de puntillas hasta la cabecera.

– Ya cierren la boca.

Ordenó molesta la menor de todos.

– Pequeña ___ si mamá te escuchara...

Dramatizó Goten.

– Dile lo que quieras, pero sería una lástima que alguien le dijera que reprobaste por no entrar a clases...

– ¡Niña mañosa cómo lo sabes!

___ le sacó la lengua.

– ¡Ustedes dos bajen la voz! – Se dirigió a Goten. – Hermano ¿eso es verdad? Qué decepción.

Reprendió.

– Oh vamos no nos hagamos los correctos Gohan. ___, vamos a ser tíos ¿sabías? Oh, cierto. – Le desafió. – El muchacho embarazó a su novia y no le ha dicho a nadie.

– ¡Chismoso quién te dijo!

– Eres muy descuidado. – Sacó de su bolsillo una pequeña foto. – No creo que mamá dejara sus ultrasonidos en el baño.

Los hermanos Son comenzaron una pelea susurrante. ___ jalaba los cabellos de el hermano del medio y éste a la vez que intentaba quitársela de encima, discutía con Gohan.

– Díganme que lo que acabo de escuchar fue un sueño.

Suplicó Goku, despierto, con el ceño fruncido.
Los hermanos se vieron entre ellos y cómplices gritaron...

– ¡Feliz día del padre!

Vegeta.

— ¿Lo hacemos?

— ¡QUE TE CALLES LA BOCA NIÑO!

Gritaste frustrada a tu hermano menor, Trunks.
Estaba tan entusiasmado de darle su regalo a su padre que comenzaba a sacarte de tus casillas.

— Eres igual de enojona que él... — Puso sus ojos en blanco. — Y llevamos más de media hora aquí...

— Él está entrenando, se supone que esa sería una pena que debíamos correr si queríamos darle una sorpresa. Bobo.

— Tonta.

— Uh ¿disculpa? Zopenco.

— ¡Rara!

— ¡Moradito!

— ¡Payasos!

Les interrumpieron.

— ¡Oye pero qué te...! ¡PAPÁ!

Gritó tu hermano asustado escondiéndose detrás de tu pierna.

— Tarado — Susurraste — Papi. — Le sonreíste "inocente", a lo que él alzó una ceja. — ¿Puedes acompañarnos a... Un lado?

— Les dije que no vieran esa porquería. Sólo un par de tontos accederían a ver una película que lleve la palabra "Conjuro" como nombre.

— No veré a mi muñeco como antes...

Se estremeció Trunks. Tú bufaste.

— No se trata de la película, que por cierto estuvo genial. Es sobre algo más. Sólo ven.

Alentaste y jalaste por el pasillo a tu padre, arrastrando a tu hermano que seguía sujeto a tu pierna. Vegeta luchaba por zafarse de tu agarre pero no se lo permitías.

— ¡Puedo caminar por mí mismo, maldita sea!

— Lo sé.

Sonreíste burlona jalándolo con más fuerza.

— Tsk, ¿pueden mis hijos respetarme...?

Dijo para sí mismo.

Llegaron a una puerta que estaba al lado de la recámara de Trunks, la de tus padres y obviamente de la tuya.

— Adelante. — Le indicaste a tu padre. — Puedes pasar.

Insististe al ver su rostro confundido.
Dudando, giró el picaporte y dejó vista a una gran habitación rosada (detalle que no te agradó del todo, pero cómo discutir el tema). Habían colgantes y mariposas pegadas a las paredes, así como juguetes en un estante.

Vegeta claramente confundido entró a ella en busca de una explicación.
Vio cómo se mecía una silla frente a él.

— ¿Bulma?... — Se acercó. — Q-Qué es todo esto.

Bulma se levantó, dándole la cara. Le entregó una bolsa de regalo y tomó su barriga.
Mientras que Vegeta examinaba con cuidado la bolsa, Bulma les dedicaba una sonrisa.

El príncipe se decidió y sacó su contenido. Este lo dejó perplejo: Unos guantes blancos diminutos, iguales a los que él usaba. Luego un sobre que contenía la foto que haría temblar sus rodillas.

— Aún no sabemos si será niño o niña...

Dijo la peliazul tratando de hacer qe saliera de su trance. Él dirigió su mirada a sus ojos lentamente.

— Feliz día papá.

Pronunciaste junto a tu hermano para luego chocar los cinco.

Vegeta los miró con media sonrisa.

— Largo.

Les ordenó divertido. En cuanto salieron de ahí y antes de cerrar la puerta pudiste observar cómo tu padre besaba el vientre de tu madre.

— Va a ser un chico, no cabe duda.

Opinó el pequeño colocando sus brazos tras su nuca.

— Ojalá sea niña y entiendas lo fastidioso que es lidiar contigo.

Despeinaste su cabello y fuiste a tu habitación, siendo seguida por él.