Es el día.

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Temblar.
Ya es normal que mi estado natural pase a una ligera niebla de querer reír y solo temblar.
No se controlarlo del todo.

Estoy parada en esta puerta por la que crucé muchas veces y no soy capaz de moverme un poco. ¿Debo hacerlo?

Sí. Yo debo hacerlo.
Te lo haz prometido, tenerlo aún es seguir cargando daño innecesario.

Entonces entró por esa puerta y me acomodo en mi sillón.

Brenda pone al frente mío la caja y todo se queda en silencio.
¿Qué sigue?

Me dice que comience a romper cada parte que me rompió en llanto.
Entonces comienzo.
Y es curioso; mientras arrancó una y otra hoja, mientras rompo mis hojas en partes muy chicas comienzo a cantar "tu no vales más que yo".
Me pongo en un estado de concentración que hace mucho no tengo y se rompen.
Se rompen miles de hojas.

Se rompe mi diario, se rompe mis primeros escritos, se rompen mis cartas, se rompen mis dibujos, se rompen mis regalos.

Todo se rompe. Como yo.

Mi Cajón de Desastres.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora