28 de Enero, 2014.

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Día 28 de Enero, 2014.

Desperté de lo que me parecía a mí que había sido un sueño demasiado largo. Y a pesar de eso no había descansado, e incluso mi cuerpo se sentía más pensado de lo que recordaba. Mi cabeza me dolía a horrores, y tenía un pequeño chichón en la parte derecha de la cabeza. Intenté una y otra vez conseguir recordar cómo es que había llegado hasta ahí, si yo sólo había ido con Lizz a recoger una planta...

Así desperté yo, en la casa de Alex. Tardé mis minutos en darme cuenta de todo, en que me había desmayado y ahora estaba en su casa. Aunque no supiera qué había pasado exactamente, agradecía mucho que no me hubiera dejado en el bosque y me hubiera traído a un sitio más "seguro". Porque sé que Alex podría haber hecho algo peor, justo en el momento en el que yo estaba inconsciente. Desorientada le busqué por las habitaciones, pero aparentemente había salido. Volví sobre mis pasos para inspeccionar su casa. Sólo por curiosidad. ¿Alguna vez has oído eso de que la curiosidad mató al gato?

Entré a lo que parecía ser un estudio, y en el centro del cuarto había un pequeño monitor con varios papeles desordenados. Me quedé boquiabierta al observarlos, ya que éstos eran idénticos a los que yo solía recoger. Eran sus notas; eran las notas de Slenderman. ¿Era posible que las notas que yo encontré fueran de Alex? Todo apuntaba a que sí, y tenía bastante sentido... Lo que no lo tenía, es que Alex se encontraba en Alabama, y donde yo antes vivía está demasiado lejos como para que él viniera y las pusiera concretamente donde yo iba. No, no era posible. Y es que Tim y el hombre de la máscara triste sí me habían seguido y me seguirían a cualquier lugar al que fuera, pero, ¿Alex?

«¿Qué tiene que ver Alex con todo esto?»

Alex estaba más entrometido en este asunto de lo que yo nunca pude pensar. Dejé los papeles en su sitio, intentando dejarlos como estaban. Abrí numerosos cajones donde había más notas con mensajes diferentes a los que había leído antes, y dibujos grotescos que jamás había visto. En un rincón estaba tirada una gran bolsa negra. La abrí; en ella había muchas cintas, similares a las de la grabación de Thomas Nealy. Al recordar aquello me dió un escalofrío. Me llevaría la bolsa para ver las cintas en mi casa, porque, si Alex estaba también metido en esto, debería saber más de él. Y sabía que nunca me hablaría de todo esto, nunca sería honesto. Quizás en las cintas habrían más grabaciones de Thomas, o algo sobre Alex y los hombres que me perseguían, algo que ayudara. Rápidamente metí las cintas en una mochila que llevaba a la espalda y la cargué en mis hombros. Por último, volví a revisar más cajones. En uno de ellos había una caja, la cual sin dudarlo abrí. Sentí que mis pelos se erizaban al ver otra cinta, como las demás, sólo que en esta ponía mi nombre."Katherine" en el centro de una X rodeada de un círculo.

Salí de la casa rápidamente y caminé sin orientación alguna hacia lo que creía que era el camino a la autopista. En breves minutos llegué allí sin problemas. Me sorprendió que no me topara con nadie, ni Alex, ni el hombre de la capucha —al cual le apodé como Hoodie, por la sudadera con capucha—. Te puede parecer un nombre cariñoso, pero mis sentimientos hacia ese hombre eran de todo menos eso. Hubo un inconveniente. No sabía cómo volver. El coche de Lizz desapareció, porque ella se fue antes que yo. Comprobé si había traído mi móvil conmigo, y así era, y tenía batería, milagrosamente. Llamé a mi hermano para explicarle lo que había pasado, mi versión de los hechos con ligeras variaciones.

—¿Kath?

—Hola... Bueno, me he quedado en el parque sola así que me preguntaba si...

—¿¡Dónde demonios estabas!? ¡Te llevo buscando todo un día!

‧‧‧

Adam no tardó demasiado en llegar. Se veía furioso pero no se comportó conmigo como tal. Me contó con todo detalle lo que había sucedido en mi ausencia. Mi hermano, para no preocupar a Victoria, le contó que me había quedado en casa de una amiga. Como sea, él la convenció. Según él, me estuvo buscando por todo el barrio, cerca de mi instituto. Conducía con nerviosismo. Me sorprendió que mi hermano se preocupara tanto por mí, y agradezco que no haya dicho nada a mi tía, porque eso me habría traído muchísimos problemas. De todas maneras, era consciente de que me podría haber pasado algo más grave. Le dije que sí, que me había quedado en casa de una amiga, así que creyó que, no había mentido del todo a Victoria.

Slender: Don't go in the woodsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora