Slender: Don't go in the woods

Finales de Junio, 2014. [II]

Finales de Junio, 2014.

Estaba muy sorprendida, pero resoplé. Creí que podría haber sido Alex o el mismo Slenderman, y entonces sí habría estado en problemas. Incluso tenía miedo del hombre encapuchado que acababa de ver cerca de mi instituto, había dejado esa nota para que la tomara.

Sin embargo, era Tim.

—¿Cuántas veces tengo que decirte que no me agarres así? —le pregunté intentando zafarme de su agarre, pero él me pidió que me callara y que mirara detrás de mí.

Hoodie estaba huyendo rápidamente, terminó de bajar la cuesta y dobló en una esquina. Así le perdimos de vista, y Tim no había hecho nada.

—¡Hey! —grité para llamar su atención, pero se había ido y no iba a volver—. ¿Por qué no has hecho nada?

—¿Crees que éste es el lugar adecuado? —la respuesta obviamente era que no. Dejó de agarrar mi brazo, y yo guardé mi daga de nuevo en su sitio.

—Así que mientras yo estaba lidiando con este tipo y él, tú estabas esperando a "el lugar adecuado"...

—Es muy difícil contactar con alguien mientras tienes visitas a tu doctor constantemente e intentas mantener todo bajo control. —Dijo encendiendo un cigarrillo, después lo llevó a su boca.

—¿Durante tres meses?

Pero Tim tenía razón. No le podía echar nada más en cara. Me estaba explicando algo más, pero no pude escucharle porque estaba ensimismada mirando la marca de mi muñeca. Tenía un aspecto horrible... como si en cualquier momento fuera a estallar de mi piel. Con solo pensar en esa idea tan grotesca, me ericé.

—Tim, tú tienes... ¿algo así? —le acerqué mi muñeca izquierda para que la viera de cerca, y aunque estuvo un tiempo mirándola no supo de qué se trataba.

—Nunca he visto algo así.

—Ya... —miré fijamente sus ojos, como si estuviera ocultándome algo, o solo me daba esa sensación, y me acaricié la herida. Como probablemente no sacaría más información (al menos de él), decidí seguir con mis preguntas—. Y bueno, ¿cuál es tu plan, qué vamos a hacer?

—Ahora la única pista que tenemos es Rosswood, así que deberíamos ir allí-

—No.

—¡Por la mañana, esta vez!

—¡Da igual a la hora que sea, ya he estado allí y nunca pasa nada bueno cuando voy! —levanté la voz, negándome en rotundo.

—¿Es el bosque lo que lo causa o eres tú?

Me mantuve en silencio, fulminándole con la mirada por unos segundos.

—No soy yo. No deberíamos ir, y no voy a ir por mi cuenta .

—Me di cuenta de eso. He visto lo que pasa cuando vas por tu cuenta —dijo dando otra calada a su cigarro. Me crucé de hombros y resoplé—. Por eso quiero que vayas conmigo.

Fruncí el ceño y le miré de vuelta. Sí, lo estaba diciendo completamente en serio. Pero, ¿cómo iba a volver yo allí después de lo que me pasó? Es cierto que fue hace mucho, mucho tiempo, pero nunca volví a pisar ese bosque más. Y lo cierto es que necesitaba pistas... Rosswood Park tenía mucho que ver conmigo, y no podía sólo esperar sentada a que las respuestas vinieran a mí.