Capítulo 34

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Dipper

25 de junio

No estaba seguro de porqué estaba tan nervioso.

Pero estaba seguro de que lo estaba y bastante, sentía mis manos sudar ligeramente y el estómago alborotado, aunque no estaba seguro si era por el calor y por la extraña experiencia a la hora de la comida... tal vez se debía al chico caminando a mi lado.

Aunque para ser honestos... Will siempre me hacía sentir de esa manera.

Después del desastroso —aunque bastante educativo— almuerzo, Pacifica y Mabel se habían ido por su lado, dejándonos a Will solos.

Mi hermana tenía métodos muy extraños para conseguir lo que quería, porque ella quería que Will y yo resolviéramos las cosas, lo había dejado muy por la manera en la que había actuado en el almuerzo y la plática que tuvo conmigo en la mañana.

Y por eso, es que ahora Will y yo nos encontrábamos caminando de regreso a casa, en silencio.

Mabel se había llevado el carro en el que habíamos llegado los cuatro, alegando que tenía una emergencia que atender con Pacifica, aunque algo me decía que en realidad sólo lo había hecho para que Will y yo tuviéramos tiempo de hablar, de todos modos, no creía que nadie hubiera soportado otro minuto de nosotros cuatro juntos, ni siquiera nosotros mismos.

Iba a pedir un taxi para regresar, pero Will había dicho que preferiría caminar.

Yo no había protestado.

***

El camino a la casa de Will había sido corto y extrañamente tranquilizador, e incluso después de que pasáramos a comprar y la chica que atendía el puesto le hubiera coqueteado -descaradamente- a Will, provocando que me diera cuenta de dos cosas muy importantes. Uno, Will no sabía, ni siquiera tenía una idea, del efecto que le causaba a las personas; y dos, vaya que ese chico despertaba un sentimiento de posesividad por él, que nunca había sentido antes.

Todo eso había provocado que desperdiciara todo el camino pensando y sintiéndome extraño, el tiempo se me acababa, y ya no sabía que más podría hacer, justo acabábamos de llegar a la puerta de su casa, y Will estaba por abrir la puerta.

No sabía si tendríamos algún momento a solas una vez que entráramos, ¿qué tal si estaba Bill? ¿O su padre?

Tenía que ser ahora.

Tenía que hablar con él, ya mismo.

—Dipper... —dijo jugueteando con sus llaves.

—Will... —dije al mismo tiempo.

Lo miré, y ambos soltamos una carcajada. Al parecer habíamos tenido ideas similares.

—Habla tú primero —dijo con una pequeña sonrisa.

Abrí la boca para continuar con lo que tenía que decir, pero en ese momento la puerta se abrió repentinamente, dejando ver a un chico rubio con una sonrisa que parecía ser tan grande como su ego.

—¡Will! Gleeful... —dijo Bill, sonriéndole a su hermano y lanzándome una mirada seria—, que bueno que ya llegaron, los estaba esperando.

—¿En serio? —preguntó Will.

—Sí —contestó energéticamente—, papá me dijo que ganaron el juicio, por lo tanto... a pesar de nuestras diferencias, ¡pensé que deberíamos celebrar!

—Bill... —contestó el menor.

—Celebrar que al fin te iras de la casa —se dirigió a mí con una sonrisa—, y que al fin te mantendrás alejado de mi hermanito —Will rodó los ojos, y debo admitir que solté una pequeña risa ante eso.

Control |WillxDipperG|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora