Prólogo

707 50 15
                                    

Ahí estabas tú, en la casa de tú novio Morty. Todo iba a la perfección, tus nuevos suegros eran amigables, tú cuñada era divertida y podías escuchar divertidas historias vergonzosas de tú pareja que hacían que este se sonrojara provocándote una inmensa ternura.

---Ma, por favor deja de avergonzarme. ---Suplicaba Morty pero su madre sólo hacía caso omiso.

Tomaste su mano tratando de reconfortarlo y le regalaste una sonrisa de lado causando que el color carmesí de sus mejillas aumentara ligeramente.

---Ay, pero que pinches cursis.

Y esa era la voz de Rick Sánchez, el abuelo de Morty. Un hombre de unos 60 años de edad, cabello grisáceo el cual no cubría una parte de su cabeza, usaba una camisa de manga larga color azúl, unos pantalones color cafés y una bata de laboratorio blanca. Era un poco extraño que no dejara de eructar y que cada vez que lo hiciera le saliera una especie de baba color verdosa de sus labios, no te molestaba para nada ese señor pues era un poco divertido y al fin y al cabo era familiar de Morty, y un anciano por lo cual debías guardar respeto.

---¿Pero qué dices papá? ¡Si son adorables! ---Beth, la madre y como así te había pedido que la llamaras, intentaba de convencer a su padre, el señor Sánchez de que ustedes no eran cursis.

---Pues para mí son unos estúpidos mocosos empalagosos y cursis. ---¿Era correcto dejar a un anciano de su...edad beber de esa manera? ---Si quieren seguir con sus cursilerías mejor váyanse a un hotel.

Sip, todo sería perfecto de no ser porque el abuelo de Morty por alguna extraña razón intentaba arruinar los momentos románticos que tenías con tú novio y las intensas miradas de odio que te dirigía y que al parecer, nadie más que tu notabas.

Rivales en el amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora