Ramé • Scorbus

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Ocho días después Scorpius no noto ningún cambio, se suponía que el sábado de la semana pasada Albus había hablado con James, pero Scorpius nisiquiera lo veía en el gran comedor

—Albus, ¿Estás seguro que por lo menos dirigirse palabra con James?— Albus se quedó en silencio mirando con una admiración exagerada a las papas que estaban más cerca de él— Albus, te estoy hablando, hablaste con James, ¿Sí o no?— Albus tomó un largo trago de jugo de calabaza

Scorpius se levantó de su asiento en la mesa de Slytherin y se dirigió a la de Gryffindor, se armó de valor y le tocó el hombro a Rose, esta que tenía la mano agarrada con la del golpeador del equipo de quidittch de Gryffindor, se volteó y sonrió amablemente a Scorpius

—Hola, Scorpius, ¿Pasa algo?— al parecer el chico ese le había tranquilizado los nervios a Rose

—Ehm... sí, necesito hablar con James, y no sé dónde está, ¿Tienes idea de donde podría estar?— Rose sonrió satisfecha, y miro con ternura a Scorpius

—Claro, es muy simple, solo escúchame, tienes que ir al séptimo piso, justo en frente del cuadro de Bárnabas el Chiflado, tienes que pasar por allí tres veces y pensar en eso que necesitás— Scorpius algo confundido asintió, y le dió las gracias a Rose, cuando salía por la puerta del gran comedor vio a Albus que no probaba bocado de nada y que tenía la vista pérdida, trato de ignorarlo y subió al séptimo piso, hizo exactamente lo que le dijo Rose y frente a sus ojos se materializo una puerta, algo confundido giro el pomo y abrió la puerta

—¡CRUCIO!— escucho que alguien gritaba en la oscuridad del cuarto, una luz roja iluminó una figura flacucha y demolida que se apuntaba con la varita dejando escuchar gritos desgarradores

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