Capítulo IV: Solo te informe lo que quiero hacer

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El sol recién salía, las nubes invadían gran parte del cielo azul mientras al fondo el sol brillante apenas hacía acto de presencia. Trote con rapidez y baje mi mirada del cielo al suelo. Respire al compás de mis pasos y me concentre en las palabras de la canción que sonaba a través de los auriculares.

First things first
I'ma say all the words inside my head
I'm fired up and tired of the way that things have been, oh ooh
The way that things have been, oh ooh
Second thing 
Second, don't you tell me what you think that I can be
I'm the one at the sail, I'm the master of my sea, oh ooh
The master of my sea, oh ooh

I was broken from a young age
Taking my soul into the masses
Write down my poems for the few
That looked at me took to me, shook to me, feeling me
Singing from heart ache from the pain
Take up my message from the veins
Speaking my lesson from the brain
Seeing the beauty through the...

Con el dorso de mi mano limpie algo de sudor que caía por mí frente cerrando así por un momento mis ojos, cuando los volví a abrir observé un par de ojos verdes fijos en mí. Frunci mi seño y cerré con algo de fuerza mis puños. <<¿Qué pasaba con estos chicos?¿Acaso mi indiferencia no les demostraba nada?>>  Corrí a un lado del pelirrojo hasta arrebazarlo y seguí concentrada en lo mío creyendo que así se alejaría por el contrario el chico no se alejo, tampoco me detuvo, simplemente troto a mi lado, como si supiera que hiciera lo que hiciera no me detendría para tener una charla con él. Continué trotando por tres vueltas más, en las cuales el pelirrojo me había acompañado o al menos en su mayoría, pues por tiempos se había cansado y se detenía para tomar algo de respiración, para luego esperar a que llegará de nuevo hasta el.lugar dónde se había quedado.

Cuando al fin terminé me quite los audifonos y me detuve a estirar un poco los músculos, el pelirrojo me siguió y se colocó frente a mí e imitó mis movimientos con una sonrisa amable.

— Me llamo Stefan — habló por primera vez. Su voz era ronca, bastante varonil a decir verdad— Amo los deportes, la música pop? odio a los gatos. — deje de estirarme y lo mire fijamente a los ojos, poniendo mi total y completa atención en él. — Tengo 20 años y por si te lo preguntas no uso tinte, soy pelirrojo natural — siguió presentándose como si se lo hubiera pedido — ¿Qué me dices de ti?.

Quise contestar pero preferí no hacerlo pues eso le haría creer que estaba de acuerdo en entablar una conversación con él, cosa que no planeaba. Había una barrera imaginaria que había colocado con el paso de los años, no permitía entrar a nadie en mi vida, no necesitaba decepciones y tampoco veía necesidad de darlas.

No dije nada y me di la vuelta esperando que entendiera igual que su amigo que no quería ningún tipo de relación con ellos.

— Quiero ayudarte — habló corriendo hasta mi lado y tomándome del hombro. Volví a mirarlo y esta vez su sonrisa no estaba, ahora una línea recta en sus labios sustituia el.lugar de la curva de sus labios delgados. — Necesitas ayuda.

— ¿Qué te hace pensar que necesito tu ayuda?. — pregunté algo enfadada ante debido a su afirmación — No te conozco y tú a mi tampoco.

— No es necesario conocerte, si prestas atención cualquiera puede ver la ausencia de brillo en tus ojos, son tristes, ausentes, — Alce una ceja y reí por dentro, esto parecía sacado de algún libro cursi dónde el chico compone a la chica depresiva y él es el único capaz de ver su dolor —  tus labios parecen siempre estar fruncidos igual que tu seño — No obstante dude en creer en sus palabras, por lo que un instante me plante la idea de establecer algún tipo de relación con el pelirrojo, sin embargo recuerdos del pasado me invadieron y aleje casi al instante la idea.

— No hablas con nadie Wanda — No pude ocultar mi sorpresa al oír mi nombre salir de sus labios y alce mis cejas con algo de exageración — No sería un buen acosador si no se el nombre de mi víctima, ¿no crees? — Su sonrisa había vuelto pero esta vez con algo que la anterior no tenía. Diversión.

— No soy tu víctima y tampoco sé de dónde creíste que podías ser el super psicólogo. — Dije con la mayor seriedad que podía tener. — No quiero tu amistad ni la de nadie. — Acabe por decir mientras trataba una vez más de marcharme, mas el pelirrojo solo rió y se abrazo a mi brazo izquierdo.

— Jamás te pregunté si querías mi ayuda o amistad , solo te informe lo que quería, disculpa, lo que quiero hacer. De hoy en adelante seré tu amigo del alma.

No supe que decir exactamente, tan solo me le quede mirando por largos segundos, los cuales me.fueron suficientes para saber que no estaba bromeando. Me trague mi enojo y me safe de su agarre creyendo que de igual manera me safaria de él al pasar las horas. Eso nunca pasó.






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