Él

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"Y de repente por si solo, me abrazó con fuerza y me besó la mejilla diciéndome que todo estaría bien.

Me tomó de las manos, y no me soltó por un buen rato.

Y me besó.

Era mi culpa, era culpable en todo sentido.

Sus manos permanecieron quietas en mi cintura pero deseé con todo mi corazón que viajara mucho más allá,
que explorara nuevos territorios.

Aún tengo su perfume impregnado en mi piel.

Y él me dijo que le encantaba mi aroma, que es distinto al de las demás.

Que cuando lo siente, se muere por ganas de besarme.

Y cuando con la yema de sus dedos acarició mi cuello y fue viajando por dentro de la remera.

Hizo que suspirara como nunca antes lo había hecho.

Me volvía más que loca.

Piel con piel, un volcán de emociones"

Poemario Un alma perdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora