Poemario Un alma perdida

Miss Z

Soy la señorita Z.

Yo soy su mujer.

Aunque lo veas tomado de la mano de ella,

Él prometió amarme...

Más que a todas.

Me paseo con su ropa favorita delante de sus ojos,

Hambriento me observa,

Se queda quieto.

No hace nada.

Quiere que haga yo todo el trabajo.

Sonrío vergonzosa, él ya sabe que no puedo;

Pero no le importa. Él no hará nada al respecto.

Me trago mi orgullo y me acerco.

Le beso su cuello y me corre la boca.

Me venda los ojos y me susurra al oído:

De esto que nadie se entere nunca.

Gemidos inundan la habitación,

Estoy convencida de que él no me quiere,

Pero lo convenzo de lo contrario;

Porque adoro verlo disfrutar.

Puede llamarme a cualquier hora,

Que yo estaré lista.

Puede llamarme cualquier cosa,

Que yo lo seré para él.

Pero luego me quita la venda de los ojos,

Y él no está.

Su ser se va,

Corriendo tras ella como quisiera que lo haga conmigo.

¿No seré yo parte de sus sueños?

Son la una de la mañana y él aún no llama.

En mi imaginación tú me persigues,

Pero en la realidad te me escapas.

Dime que hacer cariño,

Mi cuerpo te extraña.

Un adiós no es aceptable para mi,

Es muy pronto para dejarme ir.

Aferrate a mi, jamás te haría sufrir.

Aunque sabemos que sea una mentira,

Tómame en tus brazos, paséame por todo tu departamento.

Hagámoslo en el living,

Déjame besarte.

No me corras la cara, déjame besarte.

Yo no soy una de esas,

Conmigo sí deberías entregarte.