Capítulo 10.

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Me puse de pie con dificultad, pero mis piernas no respondían del todo, el pié  me dolía bastante no comprendía las cosas, quería  salir corriendo  una vez más y alejarme de todo nuevamente, no era  fuerte como yo creía  era la más miedosa y débil.

Esta vez no escapare, afrontar las cosas es lo que comenzaría hacer.

Cuando al fin mi mareo terminó  y la vista ya estaba en sí, me puse de pié, Daniel me ayudo a levantarme y le pedí que continuará con su confesión.

—perdóname Xio, estaba furioso contigo y estaba desesperado  por recuperarte, sé que estuvo mal pero la conciencia  no me deja en paz ni un segundo, tenía que ser honesto contigo, si quería empezar alguna relación de lo que fuera contigo

—gracias por tu sinceridad, pero ya es tarde, debo salir de aquí necesito aire por favor.

Alex salía de la casa hacía nosotros, camino lentamente sin quitarme la vista, me miraba con extrañeza

— ¿qué está  sucediendo Xio?

—no es nada, un mareo nada más...necesito  estar sola, portavoz Alex quiero las llaves del auto

— ¡no! Xio estas loca, a un no te recuperas del pie necesitas  descansar por favor -exclamó

—si no me las das, me iré caminando

—déjala Alex, creo que se a donde ira

Alex le miraba la cara de enfado a Daniel y luego  me miro.

— ¿a dónde vas?

— ¡quiero,  las llaves, Alex!

—es mejor que se las des, no te preocupes sólo  va a ver a su noviecito, te cuento que es lo que sucede —giró dándome la espalda y se marchó decepcionado.

Alex me había dado las llaves mientras me miraba fijamente a los ojos, suplicando entenderme, pero sin decir ni una sola palabra, después de todo ya nadie me entendería. La chica tierna que todos quisieron alguna  vez había muerto en Brasil y la nueva  Xio nació  después de la  muerte de mis padres.

Subí al auto, me daba temor  conducir por el pie lastimado, el dolor se hacía más intenso.

Sólo  pensaba lo que sufrí,  y no era nada a comparación  del pie, el dolor del alma es más fuerte que el dolor físico. Y sabía  que me esperaba mucho más  en el camino, eso hacía que aguantara el inmenso dolor.

Me dirigía a casa de  Bruno, antes de llegar a su casa  para poder  estacionar el auto, sucedió algo que me detenía el corazón.

El sujeto que había estado en el hotel de Brasil estaba saliendo de la casa de Bruno, no era posible, a él si le pude ver el rostro y era claro que eran el mismo.

Detuve el auto una tres casas atrás y me retranque  al volante como si descansará  frente al volante y con cautela observe al sujeto, detrás de él  salía Bruno, ellos se despidieron, bruno entro a su casa y cerró la puerta, el sujeto  cruzo la carretera y subió a un auto  muy lujoso de color blanco, mire  las placas sólo decía el campeón no tenía números ni letras. Qué demonios estaba pasando quizás Bruno  fue el de Brasil ahora no entendía  nada.

Di la vuelta  a casa de Lucy para hablar con ella sabía que nadie diría la verdad era hora de que conocieran a la nueva Xio y tenía que presentarse tal cual se había convertido.

Llegue a casa de Lucy, estacione  el auto, era extraño que nunca estaba su madre, cuando jamás en el pasado quiso dejarla sola, era muy sobre protectora, su padre había muerto como Policía Federal y su madre ya era viuda de hace machismos años, jamás le conocimos relación  alguna a la madre de Lucy, siempre fue dedicada a su hija.

Confusiones ( En Edición )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora