9.Inesperadamente

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Aquel violín sonaba en la habitación tocándole esa sinfonía tan melancolíca que podría destruir en gramos el corazón de cualquiera.

—Con su permiso me retiro.

Despúes de la reverencía de aquel mayordomo anciano y el cierre de la puerta ella se acerca lentamente a la canasta.

"Hubó un error y es para bien siempre si te veré antes de tiempo querida espero y estés más guapa que nunca".

"Atte: M&H."

Sus ojos se rompen en llanto silencioso y entré sus dedos esa delicada tarjeta la rabia de aquella chica la rompe.

Tan solo no se podía negar, no podía cambiar las cosas.

Los pasos de alguien se acercan a la habitación.

La puerta se abre con un poco de agresión, entra una bella mujer de ojos verdes y cabello color chocolate mientras en sus finos labios cala un cigarrillo e mira a la joven con un ceño fruncido.

—Todavía desprecias el regalo, eres una idiota.

La joven no dice nada y no podría si así fuera.

—Es el bien familiar y bien sabes de esto Anette.

La joven hace una mueca cuando mencionan su segundo nombre y no se dispone a contestar. La mujer tomá su barbilla entré sus manos y la aprieta con fuerza.

—Me importa un bledo si hablas o no.¿Entiendes?, para mí es mejor aunque se que un día lo haras. No puedes durar toda la vida así, porque recuerda que fue tú culpa que el se fuera.

La chica la mira desafíante, pero, las últimas palabras la han herido y sus mejillas se inundan de lágrimas que la brisa no podría secar tan facílmente.

La mujer se separa de ella, entierra aquel cigarrillo en la mesa y camina al marco de la puerta.

—Y apúrate a bajar, Robert a hecho la cena.

******

Si Pudiera elegir el peor día de todos elegiría este.

La cena familiar de cada mes, mi padre haciendo cálculos. Mi madre en su celular y por último ese estúpido de Logan viéndome con su estúpida sonrisa de lado.

—Y bien mocoso, ¿Dondé están tus Barbies?.

Fruncí el ceño y me limite a contestar.

—Están alado de tú homosexualidad.

—Eres un hijo de....

—¡Bastá los dos!.

Dijo mi madre que al fin estaba metida en la "cena familiar", sus ojos azules nos miraban con enojo y sus rizos negros sobre sus hombros se movían por el golpe que había dado a la costosa mesa.

—Logan, compórtate tienes 19 y cumplirás 20 y tú Alex no sueltes comentarios inapropiados sobre la mesa.

—Da igual.

Soltó Logan pasándose una mano por su liso cabello negro y mirándome con esos ojos color azul cielo.

—Alex, ¿Qué tal la escuela?.

—Bien, supongo.

—Eh oído por parte del director que llevan ganada la mayoría de las jornadas.

—Cuando yo estaba de corredor nunca perdimos ningúna.

Y como siempre metiendo su cuchara sin que nadie le hable.

—Lo se Logan, era emocionante ir a verte y más cuando ganaron el campeonato. ¿Lo recuerdas, Miles?.

Dijo mi madre dándole un codazo a mí padre y saliéndose del hiló de la conversación como siempre para alabar a Logan.

Enamorado de la Muda...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora