We Fucking End It (Frerard)

[2]

¿Frank Iero?

Frank se ponía celoso. Se encelaba y se maravillaba. 

El y todos sabíamos que los fans nos deseaban. En una manera mas que sentimental, muchas veces solamente sexual y por mi estaba bien. Por eso mismo se acercaba en pleno concierto a tocarme, besarme, ponerse en mi entrepierna o viceversa.

El y yo ya teníamos demasiadas cosas fuera de la vista de todos, ¿Entonces por qué en pleno concierto? Pienso y pienso, llegó a la misma conclusión.

Además de todo, estábamos frustrados, enojados y tristes. Es casi imposible encontrar a alguien con quien le confíes tus secretos y que al mismo tiempo te permita coger. Muchas veces llegue a pensar que mientras mas triste estaba, más promiscuo me volvía. Pero estaba tan ocupado en no dejarme morir que no buscaba a alguien más. Masturbarme estaba bien, después de tal acto era natural sentirse patético. Y él llegó. Ocupándose de mis necesidades básicas y yo las de él. Pues no teníamos nadie en quien confiar y así nos encontramos en gemidos ahogados en una habitación.
Los sollozos se convertían rápidamente en respiraciones agitadas y después volvían a ser suspiros tristes. Pero con el toque del otro todo podía rápidamente desaparecer. Cuando mas parecíamos encariñarnos con el otro era mas necesario separarnos, hacer cosas por nuestros propios y únicos caminos. No queríamos que doliera, supongo.
Además, ambos somos hombres, ambos entonces torpemente jóvenes como para saber que hacer con los sentimientos. Es mucho mas fácil evadirlos.

Sabíamos que pasaba pero no había necesidad de hablar de ello.  No sé si te das cuenta, pero, cuando sabes que algo va muy mal no lo quieres decir a nadie, porque una vez que lo expresas con tu boca eso ya lo hace un hecho real, y tu lo único que quieres es pensar que no lo es.
Es sólo cuestión de reflexionar.

[…]

Para Frank y yo eramos suficientes, nos sabíamos besar como tanto necesitábamos. Eramos algo menos aprisionado que una relación y eramos algo mucho mas allá de una amistad. Era simplemente perfecto que dada la media noche yo pudiera decirle las cosas que me pasaban por la cabeza, con voz rota y lágrimas apunto de salir; era un niño bastante llorón. Y cuando estaba apunto de oprimir lo que sentía el se acercaba a mi, y yo sabía bien para que pero no quería detenerlo. ¿ Cómo podría detenerlo? Una gran parte de mi rogaba por él.
Se acercaba lento e inseguro, tratando de no ser violento. Y finalmente en un movimiento efímero, tomaba mis mejillas y me besaba y, oh, dios, yo lo besaba con desesperación. Porque quería darle a entender que lo quería y que yo estaba mas que bien con eso, pero sabíamos que no podía ser.

"Tranquilo, despacio. Aquí estoy."

Después de tan torpe beso se recostaba a un lado mio, abrazandome con la dulzura que tanto añoraba; me daba cuenta que el amor que creía conocer era una mentira. En esos momentos yo me sentía tan querido que ahora duele y siempre lo hará. Pero esta bien, sé que no tiene mucho sentido recordarlo ahora.
Me gusta recordar momentos así, que en mi corazón permanecen como horas de calidez, aunque mi mente sabe bien que fueron solo algunos minutos.
...
..
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¿Podemos hablar de algo más?