Aventura

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La casa en la que vivían era muy grande, atravesaron la sala y el comedor para llegar a la cocina, la cual era amplia y bien ambientada

— ¿Donde deberíamos ver primero?— dijo Teo emocionado

— el mensaje dijo que la vitamina c ayudaría... vtamina, vitamina...— estaba pensativa

— ¡Las naranjas! las naranjas tienen vitamina c, ¿hay alguna?— Gisel buscó entre las frutas, pero no habia ninguna

— ¿Qué hacemos?— preguntó ella, abriendo el refrigerador en busca de algo que les ayudara

— ¡Eso!— señaló rapidamente una jarra de jugo que había ahí — mira la jarra, hay una nota pegada en ella—

— ¡Es cierto!— la tomó rapidamente y la leyó

..."La pista regalada estaba, la siguiente será mas complicada, el lugar donde los arqueólogos empezaban, con sus primeras excavaciones la siguiente pista aguarda"...

— ¿Excavaciones?— exclamó el ojiverde ante la nueva nota

— Arqueólogos, ¿recuerdas que de pequeños jugamos a los excavadores?—

— Ah si, cuando le sacamos los huesos al perro— sonrió con el recuerdo

— Si, vayamos atrás, en el jardín— ambos salieron corriendo al jardín, vieron que en la tierra estaba ensartada una pala pequeña con una notita

... "Busquen la equis, donde la pista espera ver la luz"...

— ¿Dónde está la equis?— cuestionó Gisel volteando a todos lados. En el suelo no habia ninguna equis puesta, Teo se sentó debajo de uno de los árboles, miró hacia arriba y vió unas marcas en las ramas, llamó a Gisel y empezaron a ver los troncos con varias marcas, hasta que hallaron uno que tenia una equis grabada, Gisel empezó a excavar. Encontró una cajita con una nota que tenía una flecha hacia arriba. Ambos cruzaron una mirada y voltearon a ver hacia arriba.

— ¿Eso es una pista?— preguntó Teo, había algo enrrollado en una de las ramas

— Eso parece...— terminó de decir eso cuando el menor estaba trepando hacia la rama. — ¡Te vas a caer!— replicó la chica,

— Relajate, no me voy a...— se tambaleó un poco y se agarró al tronco

— Te lo dije, baja de ahí

— ... Solo un poco más...— se estiró para alcanzarlo

— ¡Cuidado!— se cayó de la rama con aquella pista en mano, — ¿Te hiciste daño?— le preguntó preocupada

— Estoy bien, mira— le mostró lo que había tomado

— Eso es... ¿un mantel individual?— ambos curvearon un poco la cabeza, era obvio que tenian que ir al comedor.

— Aquí no hay nada— dijo Gisel confundida

Teo se agachó y miró por debajo de ella, encontrando una caja atada con cinta — ¡Mira esto!— le dijo poniéndolo en frente de ambos.

Al abrirlo Gisel empezó a llorar...

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