Solo un golpe más y estaremos juntos

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Chris emitió un gemido cuando el autobús se detuvo. La radio estaba tocando a los Rolling Stones y había una barrita energética en su mochila que estaba guardando para cuando tuviera hambre de verdad, no el pequeño dolorcito en su estómago que apenas y se le olvidaba.

-Gracias -Se acomodó la gorra y bajó del autobús con el resto de la gente. No había nadie conocido a su alrededor o por lo menos nadie a quien pudiera reconocer.

Por un momento consideró el hecho de que Peter se hubiera olvidado de él y luego que tal vez fue capturado por su padre, iba a ser torturado y él seguía pensando en su hambre mientras veía al otro lado de la calle esperando que algo mágico sucediera frente a sus ojos.

-¿A dónde vas, guapo? -Chris le frunció el ceño al dueño del auto antes de reconocer el rostro detrás de las gafas. Peter estaba conduciendo un Camaro del 73 y estaba usando unas gafas nuevas. No se veía en nada descuidado, incluso llevaba ropa limpia y su cabello se veía limpio. Chris lo odió un poquito -Sube -Peter le apuntó a la otra puerta con la cabeza.

El cazador lanzó su maleta al asiento trasero antes de subirse.

-Mozzarella, jamón de pavo, lechuga romana y apenas un toque de sal y pimienta -Enumeró el adolescente mientras le entregaba un sándwich y una botella de agua -Supuse que tendrías hambre.

-No he comido desde ayer -Chris retiró la envoltura con cuidado -Que rico huele esto.

-Y sabe mejor -Peter entró a la carretera como sin nada, simplemente se acomodó las gafas, prendió la música y comenzó a corear sus canciones favoritas.

Parecía un viaje de excursión y no uno de huida.

-¿Puedes explicarme lo del bebé? -Preguntó Chris cuando se dio cuenta que no había nadie más que ellos en la autopista.

-Derek lo habría hecho mejor -Peter apretó los labios -Él fue el que lo leyó ¿Sabes? De hecho, me lo advirtió, me dijo que en algunas ocasiones muy remotas el cuerpo cambia porque al destino se le ocurre que a veces dos personas deberían tener un hijo. No que esté muy de acuerdo, la verdad, pero es lo que hay -Peter carraspeó -Así que en alguna de esas veces donde te negaste a usar condón fue una de esas ocasiones donde a mi cerebro le apeteció modificar ciertas cosas, o no-lo-sé, que finalmente acabé con un hijo tuyo formándose aquí -Peter apuntó a su vientre del lado derecho -Me ha movido todos los órganos para hacerse un espacio.

-¿Entonces realmente vamos a ser papás? -Chris hizo bola la envoltura y abrió su botella de agua. -Como que va a haber una personita que va a depender de nosotros y al que tendremos que darle nombre y comprarle ropita y...

-No te emociones, Christopher, ni siquiera sabemos si va a sobrevivir -El rostro del cazador cambió radicalmente. -Nadie ha escuchado de algo así en siglos así que tal vez nadie pueda ayudarme y si lo hacen tal vez salga mal. Tal vez el bebé muera o tal vez lo haga yo.

-¿Por eso decidiste venir? -Chris lo miró -Por si no sobrevivías que alguien más lo cuidara.

-En realidad creo que lo voy a hacer -Peter tragó duro -Y en caso de que no lo hiciera se lo dejaría a mi hermana, no a ti.

-¿Entonces porque viniste? -Peter aceleró y Chris cerró la botella de agua.

-Porque de alguna manera tengo confianza en nosotros.

Chris casi pudo sentir como de pronto el aire se podía cortar con un cuchillo. Sintió que se estaba perdiendo de algo importante mientras el adolescente conducía con la música en alto y una de sus manos recargada en la ventana.

El cielo todavía no ha visto lo mejor de nosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora