»Continuación de Soldier.
❝-Ya no te quiero aquí.❞
Tomó una decisión que repercutió en su vida, su relación y todo lo que creía que lo hacía feliz. Había vuelto, había pasado un infierno, pero todo sacrificio tenía su precio.
Iniciada: 1O/Junio...
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No es sencillo tener que fingir una sonrisa cuando por dentro quieres encerrarte a llorar. Y mucho menos cuando tienes al causante a pocos metros de distancia. ¿Quién es esa? Se preguntaba una y otra vez con indignación en su mente. Primero, se habían abrazado y ahora resulta que aquella mujer se sentía en completa confianza para sentarse en la misma mesa que él y encima la observa, como si estuviera examinándola o criticándola. ____ sabía que eran celos los que sentía, pero tendría que olvidarse de ellos. No era justo para ella ni para Xavier, ya que su relación reciente lo había puesto tan feliz y ___ se sentía una completa desgraciada por seguir amando a otro.
Nunca la había visto antes por el campo. No eran muchas mujeres y sin duda ella destacaba. Comenzó a criticarla en silencio. El negro de su cabello definitivamente no era natural, estaba muy largo y se convenció a ella misma que estaba descuidado. El uniforme de militar le quedaba muy grande para su complexión que era incluso más delgada que la suya y arrugó la nariz; ser madre te cambiaba el cuerpo y ____ lo sabía, pero nunca se había preocupado por ello hasta ahora.
Comió lo poco que le quedaba en su plato con sus ánimos abajo y salió sigilosa de la cafetería, caminando entre las mesas más alejadas de él. Pasó por la tierra y anduvo con paso lento hasta su oficina y se sentó a perder el tiempo pensando.
¡Qué difícil era no estar con él! Se decía en secreto y con dolor todos los días. A veces dudaba si no había sido muy precipitada la decisión que había tomado sobre no saber de su vida nunca más, pero tenía razón en cuanto a ser feliz. ____ sabía que se lo merecía, había hecho muchos sacrificios por otras personas que ya era hora que hiciera uno por ella misma y por su bienestar. Lo extrañaba cada segundo, minuto y hora del día; su risa, sus abrazos, su beso y su inigualable forma de hacerla reír o perder la cabeza. Justin Bieber siempre iba a estar en su corazón y aquello no lo podría negar nunca.
Pasaron dos horas para que el grupo de soldados entrarán y ____ casi dejar caer su quijada al ver entrar a la misma mujer que se la pasó con Justin en la hora de la comida. De cerca, era incluso más bonita. ___ notó que tenía pecas en su nariz y mejillas, pero que le pegaban y acentuaban más su piel. Leyó en la ficha clínica su nombre: Amanda.
—Muy bien —dijo ____ mientras se acercaba a la camilla—, remanga tu blusa lo más que puedas por arriba de tus hombros, tomaré tu presión.
Amanda sonrió de lado y le hizo caso. ____ se colocó los guantes y tomó el aparato para después rodear el brazo de Amanda. Bombeó y se concentró en su reloj porque sabía que ella la estaba mirando desde la camilla. A ___ no le cayó bien. Continuó el examen en silencio y sin mirar a Amanda directo a los ojos. Quienquiera que ella sea para Justin, no tendría que ser más su problema.
—Todo en orden... Amanda —anotó en la ficha los resultado y le sonrió solamente por obligación.
