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Ding Dong~

Suena el timbre de casa.

¿Quién llama a las 10:00 a.m?
No me apresuro a bajar, que espere un poco.

-¿Mamá, que haces tú aquí?
-¿No puedo ir a visitar a mi único hijo favorito?
-¿Te vas a volver a quedar "otra temporada", no?
-Ay, ¿Por qué dices eso?
-Traes maletas. ¿Has vuelto a discutir con papá?
-Suspiró.-No es eso. Estas maletas no son mías.
-¿Y de quién son?
-¿Recuerdas que te pagué más dinero del alquiler que te debía? Bueno, pues me lo vas a devolver. Por eso trajé a una chica, será tu compañera de piso. Ella te dará 10.000 won's al mes. Y me quedaré la mitad de lo que te dé. Tranquilo, no te va a molestar, no habla.
-¿Por qué no me pediste permiso?
-Tú tampoco lo haces.
-Agh, ¿Cuándo viene?
-Está a tu lado.
-Giro la cabeza encontrándome con una chica rubia, algo bajita de tamaño y ojos castaños.-¡Ahh, fantasma!
La chica hizo una reverencia en forma de saludo.
-No la digas así. Bueno mm..-La madre se quedó pensando unos segundos el nombre de aquella muchacha.-Jiwoo, subiré tus maletas al cuarto de invitados.-La chica asintió.-Matthew, ayudame anda.

Subimos las maletas a la habitación de invitados. Mi madre se despidió y se fue. El silencio era realmente incómodo, y decidí cortarlo.

-Bueno.. Si quieres puedes decorar la habitación a tu gusto.-Jiwoo afirmó con la cabeza. Empezó a colocar marcos de fotos en la mesilla de noche.-Si necesitas algo dímelo, estaré en la cocina.
Ah, cierto, no me va a hablar. Rascó mi nuca y bajo a la cocina.

-Qué chica tan extra--¡Ahh!, por favor no seas tan silenciosa, me asusta.-La rubia se encogió de hombros y señaló la nevera.-¿Tienes hambre?-Asintió. Abrí la nevera.-¿Qué quieres comer?-Se acercó y cogió un trozo de pastel. Mierda, es el último.-¿No prefieres otra cosa mejor?-Negó. Genial, adiós a mi último trozo de pastel de chocolate con chispitas.
Cogió con sus manos y se lo comió en mi cara. ¿No me da siquiera un trozo?
Estaba adentrado en mis pensamientos cuándo la pequeña me agarra de la manga.
-¿Mmh, quieres algo?-La chica señaló a su boca.-¿Papel?, ¿Quieres limpiarte la boca?-Afirmó.-Ten.-Se limpió y me lo devolvió.-Ah.. ¿Lo tiro?

(..)

2 meses después.

-¡Jiwoo!, has vuelto a dejar tu ropa interior tirada.-Señalé unas braguitas que sostenía en la mano, ella se limitó a mirar y se encongió de hombros.-Suspiré.- Te dejé una cesta en tu cuarto para que echaras ahí tu ropa.-De repente comenzó a sonar un rugido, el estómago de Jiwoo sonaba.-Tenemos que ir por comida.-La cara de la muchacha se iluminó por completo. La encanta salir y ver las cosas de la ciudad.

Caminábamos por la tienda, Jiwoo admiraba las luces resplandecientes del lugar. Se quedó pasmada frente a unos chocolates.

-¿Pasa algo?-La rubia señaló aquellos dulces.-¿Quieres uno?-Daba pequeños saltos de felicidad mientras sus ojos se empequeñecían, como si estuviera sonriendo. No pude evitar soltar una carcajada al verla tan emocionada. Ella al instante paró y se puso sus manos sobre el cubrebocas que llevaba, mientras acachaba su cabeza evitando a que la viera sonrojada.-Agárralos.-En un veloz movimiento la pequeña agarró los chocolates y los puso en el carro de la compra. Se la veía tan tierna y feliz con solo unos chocolates. Me golpeé la cara al pensar eso, la rubia me miraba con algo de desconcierto.-Vamos a pagar, y vamos a casa.-Asintió.

[ Esa fue la primera vez, que la ví sonreír. ]

Closed Mouth #1 『❁』 ; bwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora