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No podía creer que después de tanto tiempo se hayan reunido, cuántas noches se quedó sin dormir buscando los posibles lugares donde podría estar y ahora el destino los juntó.

Mira su rostro con más detenimiento, antes ella era más alta, ahora él parece un gigante comparado con ella.

Sus ojos siguen siendo de color verde sólo que son más claros que cuando era un niño, se encuentra con el cabello castaño revuelto y parece hacer deporte debido a su complexión atlética.

Él no espera un minuto más y la rodea con sus brazos, se mantienen abrazados un largo tiempo hasta que se separan poco a poco.

Una gran sonrisa se encuentra en sus rostros, Nat comienza a hablar, pero cuando lo hace, su voz sale con leves sollozos, no aguanta más y suelta lágrimas de felicidad, después de tanto tiempo lo vuelve a ver.

Hablan durante un largo tiempo, los padres se habían ido desde el momento en que se abrazaron; querían darles privacidad.

Contaron todo lo que pasaron en los 7 años que no no se vieron, aventuras divertidas, otras dramáticas y algunas malas.

Dylan le dijo que se quedaría en Nueva York con sus padres, ya que tenían una nueva empresa y debían quedarse. Lo mejor fué que irían juntos a la misma escuela.

Debido a que eran nuevos en la ciudad, serían huéspedes en la casa de Nat en lo que encontraban un nuevo hogar.

Todo lo que Dylan le dijo la puso muy feliz.

No podría estar más feliz en su vida.
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Queridos padresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora