¿Alma o Luz?

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Como vimos en el capítulo uno, todo se originó por la explosión de una luz.

Con el paso de los años, estas luces adquirieron formas y tamaños diversos.

Algunas de estas, hasta adquirieron la forma de desplazarse en aquellos lugares donde la luz se había apagado.

El ser humano es producto de esa  luz errante.

Pero primero comenzaremos a explicar el ciclo de la vida:

El Alma no es Humana. El Alma es aquella luz que se originó de lo que las personas llamaron Big Bang.

La gran capacidad de esta luz es la de cambiar de cuerpo o recipiente.

El Alma pasa por tres recipientes o contenedores:

1. Planta
2. Animal
3. Ser humano

Todos seres vivos.

Las luces errantes fueron atraídas por aquellas que se habían apagado y se habían convertido en materiales inertes, como por ejemplo las rocas.

Aquellos lugares que le propiciaron un ambiente grato, una vez que las luces tocaron estos suelos inertes, en vez de apagarse, originaron vida.

Y la primera «vida» que tuvieron, fue siendo plantas.

La tierra cubrió estas luces y le dieron forma. Pero estas formas no eran eternas.

Una vez que se deshacían, comenzaban a viajar al siguiente recipiente.

Dentro del mundo de los recipientes, también hay subcategorías.

Plantas
— Rastreras o pequeñas
— Medianas o arbustos
— Árboles

Cuando la pequeña luz estuvo dentro de un gigantesco árbol milenario, cambia a los  recipientes con formas de animales

Animales

Acuaticos
—Microorganismos
—Peces
— Grandes mamíferos acuáticos

Tierra
— Insectos o rastreros
— Medianos
—Grandes o imponentes

Aire
—Pequeñas aves
— Aves majestuosas o imponentes

Y finalmente, la luz cambia al cuerpo humano, pero es tan diminuta su potencia, que cambia y cambia en búsqueda de su brillo inicial: el que tenía en el big bang.

Libro Básico De La AlquimiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora