LIMERENCIA

capitulo clichè

Acacia
Era una maldita mansión! Era como una escuela; 3 pisos, una entrada preciosa, plantas y una fuente adornaban el frente de la casa.
-¿Te gusta? - bajó del auto y yo hice lo mismo
-Me gusta, ¿Vives solo?
-Así es- podía notar un poco de orgullo en su sonrisa, así que como siempre; Acacia inoportuna.
-¿Para que quieres una casa tan grande si vas a vivir solo?- Lo logré, aunque su sonrisa cambió de victoriosa a una divertida, notaba tristeza en sus ojos
-Tengo visitas a veces, no planeo vivir solo por siempre.- y un amigable güiño.
Si por fuera la casa ya era impactante, por dentro era un sueño, espaciosa y decorada a la perfección, había grandes ventanas y muchas flores por todos lados, algo muy femenino para un hombre que vive solo.
-bien, subiendo las escaleras esta el cuarto de invitados, tengo que llamar a alguien, duchate ahí
-Gracias- sonreí y subí hasta la primera habitación vacía que encontre
Cuando entré al baño había una linda y pequeña tanga con winnie the pooh en el frente. Me hacia dudar que viviera solo o tal vez solo traia a muchas personas a que se ducharan en su casa.
Comencé a bañarme, escuché unos golpes tras la puerta
-Acacia, te dejo ropa limpia aquí afuera, sobre la mesita. Es lo mas pequeño que encontré-
-Gracias! Lo devolveré en cuanto pueda!.- escuchè sus pasos alejarse de mi. Y luego; en el momento justo para eliminar mi sonrisa, otros tres golpwsy la puerta se abre. Deje salir un ligero gemido de sorpresa
-Hola, Acacia, soy Maria, la ama de llaves, te traje algo, lo pondre aquí y me llevare lo que has traido para lavarlo. ¿te parece?- Acentí, cubriendo mis pechos, solo había una pared de cristal que nos separaba y a decir verdad, era una falta de respeto enorme, aunque la verdad ni siquuera me estuviera viendo a mi; lo cual hacía que mi gesto fuera totalmente inútil.
-Si, gracias.- dije al fin, entonces recogió todo se marchó, dejando la puerta semi abierta. Joder.
Salí, y sin molestarme en cubrirme, tan solo tomé la perilla de la puerta, cuando levanté la mirada, Harry estaba del otro lado, también sosteniendo la perilla. Mierda, se quedó perplejo; mirandome unos segundos y luego cerro con fuerza.
Mierda. Mierda. Mierda. Mierda. Mierda. Mierda. Mierda. Mierda.
Cerré los ojos con fuerza, mis mejillas se ponían mas rojas con cada respiracion, entré de nuevo a la duche e intenté no pensar mas en eso.
Unos pants aguados color gris, una playera casi transparente blanca y unos boxers eran toda la ropa que Harold me había dejado, me puse prenda por prenda y cubrí mis pechos con la toalla de mi cabello, bajé con cuidado las escaleras, mi humedo cabello mojaba la playera cada vez mas, y esta a mi espalda.
Llegué al final de la escalera y entré a la cocina, Maria y Harry estaban en el dasayunador; me miraron atónitos, Maria tenía la mirada mas dulce que nadie me había dedicado jamás, Harry solo inspeccionaba cada una de las prendas, o eso quería creer.
Aclaré mi garganta, me moví algo incomoda por su mirada, entonces María habló.
-¿Quieres un té?- Harry la miró con rabia, ella le devolvió la mirada pero con una gran falsa sonrisa para disimular; algo en lo que el no era bueno.
-No gracias, María, ¿Podría hablar contigo un segundo?.- su cara se iluminó y Harry nos veía atento... ¿Que todos se estaban volviendo locos?
-por supuesto- salí de la cocina y ella me siguió,
-María; ¿tienes un sujetador? No tengo mi ropa y... Dios
-No te preocupes.- sonrió y me quitó la toalla, colocandola en mi cabello. -te traeré uno, no es de tu talla pero servirá.- me sonrió y me dió pequeños empujones para que entrara en la cocina. Lo hice.
Harry me miraba, enfocó su mirada en mis pechos y luego la bajó a mi cadera. Intenté ignorarlo; pero yo estaba parada ahí, ¿Que mas podía hacer?
-Oh, Lo Siento; Acacia, sientate.- le sonreí y me senté tres sillas alejada de el.
-Y... ¿Como te va?
-¿puedo preguntarte algo?- dije sonriendo; el afirmó y proseguí.- ¿de quién son las bragas de winnie the pooh?- comenzó a incomodarse, se puso completamente rojo
-Bueno; Acacia....