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Su primera cita sería

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Su primera cita sería...

¿Dulce?

No.

¿Atrevida?

No.

¿Entonces?

Sería...

¡Un total desastre!

(O tal vez estoy exagerando).

¿Por qué?

Porque Otabek no sabría como comportarse con un chico como Yuuri, tiene la impresión de que es demasiado frágil y teme dar un paso en falso. Por eso, la mayor parte del tiempo se la pasaría preguntándose si debería aquello o el otro: si debería pagar la cena por los dos o repartir la cuenta, si debería proponerle subir a los juegos más “emocionantes” o a los más “tranquilos”, si debería comprarle algún dulce o será que Yuuri sea demasiado estricto con su dieta. Se haría tantas preguntas, que al final no le prestaría la atención necesaria a Yuuri.

Este, por su parte, no sabría como iniciar una conversación con Otabek, lo que conllevaría a un largo silencio donde el kazajo estaría cuestionándose cada movimiento y el japones estaría encerrado en su faceta tímida.

Pero todo se solucionará al final, cuando se estén despidiendo o deteniéndose en algún lugar vacío de gente, donde ellos se mirarían a los ojos por accidente y encontrarían las respuestas que tanto buscaban en los ojos del otro.

Y existe la mínima posibilidad de que se den un beso.

Otayuuri ShipperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora