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Narra Ruggero
Eran como las seis de la tarde de un día lluvioso y me encontraba en mi departamento con Agus.

-¿No pensas en ir a decirle algo? -Pregunta Agus-.

-¿Decirle qué? ¿Qué se quede por mi y deje al amor de su vida?

-Los dos sabemos muy bien que entre ustedes dos pasa algo.

-Si, pero ya pude estar separado de ella, y lo podré volver a hacer -Aclaro-.

-Se muy bien que aunque estuvieras con Candelaria siempre la extrañaste -Asegura Agus- Y estoy seguro, por lo que hable estos últimos años con Ro, que ella también.

-Pero no sé ¿Que le digo?

-Lo que sientes genio -Agus hace notar su sarcasmo- Ve ahora, su vuelo se adelantó, se va al aeropuerto en una hora.

-¡¿En una hora?! ¿Y como voy? Mi auto está averiado.

-Corre ¡Ya! ¡Ya! -Me empuja afuera de la puerta-.

-¡Gracias amigo! -Le gritó mientras bajo las escaleras-.

Comencé a correr, la poca gente que había caminando me veía raro, al minuto toda mi ropa ya estaba mojada, pero yo seguía corriendo, ahora lo único que quería era llegar al departamento de Ro a tiempo.
Corrí lo más rápido que pude y llegue, subí las escaleras y toque la puerta de Ro deseando que Federico no se encuentre ahí.

Narra Rocío

-¿Ruggero? -Pregunto al abrir la puerta- ¿Qué haces aquí?

-No te vayas, no vayas a España, quédate aquí -Dice Ruggero empapado y agitado-.

-¿Qué?

-No quiero volverte a perder, se que nos alejamos por lo que yo dije, pero también te aclare que te amaba y que te iba a extrañar como nunca. Y tenía razón, todos estos años espere que llegara nuestro reencuentro, quise ir a buscarte mil veces pero no podía, no se porque, pero no podía. Bastó que nos besáramos para olvidar todo, para olvidar todos esos años que estuvimos separados. Y sé que estás con Federico y yo con Candelaria, pero estoy dispuesto a terminar con ella, ya sea que te quedes o no.
Todos los caminos me conducen a ti...
Todas las cosas me recuerdan a ti...
Todos los olores, los sabores y todas las palabras hacen que vuelva a ti. Siempre a ti.
Cuando nuestras miradas se cruzan se que algo pasa entre nosotros, lo sé. Por favor, cancela ese viaje, hazlo por mí, por nosotros...

-Ruggero...

-Ro... Por favor no me digas que no -Ruega-.

-Perdón... No puedo...

-¿Por qué?

-Porque si todos estos años me sirvieron para algo, fueron para que me de cuenta de que no debo esperar a que pase algo así para estar con alguien -Digo desanimada- Si siempre será así, si siempre esperarás a cuando estés a punto de perderme para ir a buscarme, déjame decirte Ruggero, no quiero estar contigo.

-Es que uno aprende a valorar las cosas cuando las pierde, y quiero valorarte antes de que si te pierda para siempre...

-No Ruggero, no...

Voy cerrando la puerta de a poco, hasta que ya no vea ninguna fracción del cuerpo de Ruggero.

Narra Ruggero
Me cerro la puerta en la cara. Sentía como se rompía mi corazón poco a poco, contuve las lágrimas y baje hasta llegar al suelo del edificio. Salí por la puerta principal y seguí caminando, no tenía ánimos para otra cosa, lo único que hacía era patear las latitas que la gente tira en la calle y pensar en todo lo que he vivido con Ro, repasaba una y otra vez la imagen de su puerta cerrándose.

Narra Rocío
-¿Qué acabas de hacer Rocío? -Se enfada Mica- Si tu no vas tras el, voy yo.

-Lo deje ir Mica, lo deje ir -Digo apuntó de llorar-.

-¿Con todo lo que te dijo? ¡¿Qué mierda acabas de hacer Rocío?!

-Ya es tarde -Sollozo-.

-¿¡Todos estos años esperándolo al pedo!? ¡Anda a buscarlo! ¡Ya!

-¿Vos decís?

-¡Si! ¡Ve ahora!

Baje apurada la escalera y seguí corriendo hasta ver a Ruggero caminando con la cabeza baja.

-¡Ruggero! -Gritó con todas mis fuerzas-

-¿Rocío? -Veo mover sus labios al darse vuelta-.

Comencé a correr más rápido que antes hacia el.

-Creí que no querías quedarte conmigo, que te irías a España -Dice Ruggero-.

-Me arrepentí -Admito- Te amo como antes. Nunca deje de hacerlo. Perdóname por hacer esto, pero sé que no voy a poder vivir sin ti, aunque este con Federico o con otros hombres, te amo a ti, solo a ti.

-¿No te arrepentirás?

-Nunca -Sonrió- Nunca me arrepentiré de ti, de estar haciendo esto.

Luego de que a Ruggero se le dibuje una sonrisa en la cara me besa. Bajo la lluvia, una tarde de otoño cuando la calle ya estaba prácticamente vacía y la poca luz que había iba desapareciendo. Fue el beso más apasionado que alguna vez tuvimos. Nos olvidamos de las gotas de lluvia, del frío y de lo que pensaran los demás; solo sentíamos dos masas de calor besándose ...nosotros... Solo nosotros dos. Creo que con ese beso pudimos tocar el cielo con las manos, estando tan pegados al suelo, a la tierra.

-Todavía la tienes -Señala la cadenita sobre mi pecho-.

-Te dije que nunca me olvidaría de ti.

Quiero estar a tu lado (Ruggero) [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora