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Narra Ruggero
-¿No pensaste en hablar con ella? -Pregunta Agus-.

-No -Contestó yo- Me dejo bien en claro que no quiere volver a verme.

-¿Y no la extrañas?

-Si -Digo mirándola como baila con sus amigas en el colegio- Mírala, extraño eso, que no le importe lo que la gente diga de ella. Extraño su locura, su transparencia. Extraño que me diga que todo va a estar bien, extraño sus ojos, su sonrisa, extraño todo por lo que me enamore de ella.

-¿Y tus padres?

-Mis padres, si fuera necesario, me llevan de vuelta a Italia dentro de una valija -Añado- Intente confrontarlos, pero esta vez no van a cambiar su opinión.

-¿Siguieron discutiendo?

-Ni te imaginas, aparte parece que hasta me cuestionan como prendo el televisor.

-Yo creo -Opina Agus- Que debes hablar con ellos, con tus padres y con Ro.

-Todos tenemos a alguien por lo que haríamos todo, incluso alejarnos para que no sufra; y ese alguien es Ro. No quiere ni oír mi nombre, y creo que es mejor así -Explicó Yo- Y mis padres son un caso perdido.

-Este año cumples dieciocho años, a partir de ese día ya podrás hacer lo que quieras ¿Por qué no quedarte?

-Porque es preferible estar a favor que en contra de mis padres, harán lo imposible para que me vaya.

Narra Rocío
Unas semanas después
Veo a Ruggero prácticamente durmiendo en las escaleras de la escuela.

-Hey -Le digo yo- Está bien que esté enojada contigo, pero se que algo te pasa y no quiero verte así.

-¿Algo como qué? -Pregunta Ruggero-.

-Estás más flaco. Te veo débil y sin ganas de nada.

-Estoy bien -Contesta Ruggero- Solo es cansancio.

-No. Te estuve viendo así desde hace unas semanas.

Suena el timbre y Ruggero se levanta con ayuda de las barandas, baja los escalones necesarios para llegar al piso y al bajar completamente la escalera se desploma en el suelo.

-Ruggero -Le pego en la cara- Está broma de nuevo no. Arriba vamos.

Ruggero abre los ojos segundos después.

-Te dije -Lo ayudo a sentarse- O me dices que te sucede o se lo dices a la enfermera.

-No me pasa nada, ve a clases -Dice Ruggero aún mareado-.

-Tenemos hora libre -Conteste yo- Dime que sucede ahora mismo.

-Está bien... No he estado comiendo bien, es eso nada más.

-Ruggero, la verdad.

-Ruggero rueda los ojos- Tengo tantas peleas con mis padres que me fui de casa.

-¿De nuevo? ¿Y donde te quedas?

-En un cuarto de hotel que me presta el padre de un amigo.

-Bueno, ahora dime porque te desvaneciste.

-No lo sé, seguro es porque no estoy comiendo mucho y estoy durmiendo muy poco -Confiesa Ruggero- Conseguí un trabajo de noche.

-¿Y por qué no me dijiste nada? -Me enfado- O a Agus por lo menos.

-Tú estabas enfadada conmigo, y no los quería preocupar.

-Sigo enfadada contigo, pero no significa que no te ayude en estos casos. Ven, tienes que comer algo.

Ya en el Cheese Burger
-Vi la foto con Nico en tu Instagram...

-¿A si? -Pregunto incomoda- ¿Y? ¿Qué tiene?

-Nada... -Contesta Ruggero- ¿Ustedes dos están saliendo? Igual no tendría nada de malo...

-¿Qué? No. Solo somos amigos, y te quiero recordar, que tu quisiste que termináramos.

-Si, sí. Lo se -Ruggero intenta pagar su hamburguesa-.

-No, la pagaré yo.

-No tienes porqué.

-No, pero quiero.

Pago la cuenta

-Entonces... ¿Estamos bien? -Pregunta Ruggero-.

-No, sigo enfadada contigo, pero si esto sigue pasando o vuelve a suceder, no dudes en pedirme ayuda. A pesar de todo te sigo queriendo...

Le tocó la mano a Ruggero, me levanto y me voy.

Quiero estar a tu lado (Ruggero) [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora