—¡Paul!El chico, sintiendo que lo zarandeaban con fuerza, abrió los ojos y en seguida una luz brillante lo cegó.
—¡Creí que estaba muerto!
—¿Qué? —Paul se talló los ojos y sintió como todo el cuerpo se le invadía de un terrible dolor —¡Ah! ¡Stuart! ¿Qué ha pasado?
—¿Stuart? —John sonrió torcidamente y miró a Ringo, quién estaba al otro lado de la cama —Soy John, tonto.
—Ah, John... Espera... ¡¿Qué?! —Paul se levantó de golpe y se pegó a la pared. Era cierto, ahí estaban sus dos amigos —¡Imposible!
—Paulie, ¿te encuentras bien? —Ringo rodeó la cama y se paró a su lado —Estás muy alterado.
—¡Stuart!
—Y dale con Stuart, Paul —John se colocó frente a él y empujó a Ringo —¡Creo que estabas soñando!
—¿Estoy aquí? ¿Soy Paul? ¿Soy un Beatle? —Paul lo miró incrédulo aún —¡Bastardos! ¡Me hicieron la vida imposible!
—¡¿Qué?! —John lo tomó de los hombros y resopló —Me estás asustando, ¿okay? No sé de qué demonios hablas, pero no es divertido. Nos tenías preocupados, has dormido casi todo el día y Brian quiere hablar contigo en dos horas. Será mejor que te quites el traje de la entrevista y te des un baño.
—¿Entrevista? —Paul miró alrededor de su habitación y vio su guitarra echa pedazos en el suelo, tal y cómo había pasado antes de que todo cambiara —Entonces... ¿sólo dormí?
—Sí —respondió Ringo, sentándose en la cama —Después de que explotaste en la entrevista y te fuiste, condujiste a casa y te encerraste en tu habitación. Eso sí, dejaste un alboroto en el set —rió un poco —Aunque amigo... eso fue genial. Van a despedir al pobre hombre.
—Entonces... ¡Todo está como antes! ¡Gracias al cielo! —Paul se tiró a los brazos de John y lo abrazó con fuerza, casi desgarrando su camisa.
—¡Hey! ¡Paul! —John rió confundido y lo abrazó de vuelta —También te quiero.
Paul lo soltó y se tiró sobre Ringo.
—¡Eras un desgraciado! —Paul lo asfixio en el abrazo y le dio un beso sonoro en la frente —¡¿Y George?!
En ese momento la puerta de la habitación se abrió y George entró, comiendo un sándwich de atún.
—¿Ya despertó la bella durmiente? —Preguntó mirando la extraña escena mientras le daba una mordida al sándwich —¿Qué rayos?
—¡George! —Paul se levantó corriendo de la cama y estampó al pobre chico en la pared, abrazándolo con euforia —¡Están aquí! ¡Joder!
George lo aventó y miró a sus otros dos amigos en busca de una explicación, pero éstos se alzaron de hombros.
—¡Jamás me olviden, por favor! —gritó Paul sentándose a un lado de Ringo —No puedo vivir sin ustedes.
—Hablas como si hubieras estado fuera de este mundo —comentó George con el ceño fruncido —¿De cuál fumaste?
Pero el semblante de felicidad de Paul en seguida decayó.
—Oh no... —susurró, tapándose el rostro con ambas manos —No puede ser...
—¿Qué pasa ahora? —John se acercó e hizo a Ringo a un lado de un manotazo para sentarse junto a él —¿Qué tienes?
Paul suspiró y se quitó las manos de la cara.
—¿Por qué lloras? —cuestionó nuevamente John, mostrándose preocupado. Ringo y George igual se acercaron a él para ver qué pasaba y se acuclillaron frente a él.
—Stu...
—¿Qué hay con él?
Pero Paul no respondió. Había tenido la dicha de haber pasado un día con él (aunque fuera en un sueño) y ahora sentía que lo había desperdiciado. ¿Y si aquél sueño tan real no había sido más que un extraño suceso de la vida? ¿Y si había sido la oportunidad perfecta para que se diera cuenta que todo el tiempo que lo detestó no fue más que una estupidez por parte suya?
—Lo vi... él... —miró a sus amigos con los ojos llorosos y extendió los brazos para abrazarlos —No quiero perderlos nunca... perdonenme por todo lo malo que les he dicho o hecho. Los amo... a los tres por igual.
John, George y Ringo lo abrazaron de vuelta, aún sin entender ni un demonio, pero sonrieron por sus palabras.
—También te queremos —dijo George.
—No, te amamos —agregó Ringo.
—Me das miedo —terminó John, pero al sentir un jalón en su cabello, carraspeó —Eres nuestra princesa.
—¡John! —Paul rió por su tonto comentario y los soltó —Iré a bañarme para ir con Brian.
—Será mejor que te apures, que parece que no te va a dejar tranquilo en un tiempo —dijo George con una sonrisa mientras se levantaba. Ringo lo imitó y John permaneció sentado en la cama.
—Creo que tu guitarra explotó...
Paul le sonrió a John y se levantó.
—Fuera chicos, que voy a desnudarme.
Los tres Beatles restantes salieron de la habitación entre risas, dejando a Paul solo en la tranquilidad de su habitación. Cuando éste se hubo percatado de que estaban lejos, cerró la puerta con pestillo y caminó hacia su armario; buscó entre los cajones del mueble y, debajo de un bañador que jamás había usado, encontró una foto.
Ahí estaban John, George y Stuart.
Paul había tomado la foto, lo recordaba muy bien, pero jamás había querido sacarla por los tontos celos que le tenía a Stuart.
—Prometo ir a visitarte pronto, Stu. Tal y cómo tú lo has hecho conmigo —susurró, echándole una última mirada a la foto antes de ponerla sobre su cama.
Terminando de asearse, buscaría un bonito portarretratos para ella.
~°~°~°~°~
Bueno... no sé, éste final me ha nacido hoy por el cumpleaños de Stuart :(
Espero les haya gustado y divertido un poco. Además, gracias por tomarse el tiempo de leerla <3.
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I'm not a Beatle!
Fanfiction¿Les ha pasado que de la nada tienen ganas de explotar? ¿Que la gente menosprecia su trabajo y lo comparan con el de otra persona? Pues Paul McCartney, un chico de apenas 25 años de edad que es miembro de la banda más importante del momento, ha lleg...