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Era una noche calurosa, tanto que Yuuri busco un ventilador y lo puso tan cerca de su cuerpo como pudo, la única luz era la de la pantalla de su computadora y es que, con el ánimo por los suelos, la oscuridad era necesaria.

No sabía en qué momento del día los recuerdos de lo que nunca pudo ser le inundaron su cerebro. Había sido un día como cualquiera, incluso tomó algo de su tiempo para sentarse y escribir, pues era un hobby que amaba y que, si fuera por él, nunca lo dejaría, pero pensándolo bien se dio cuenta que la canción que escuchaba había sido la culpable.

Puso su frente en sus manos, obligándose a no volver a esos tiempos y no clavarse un puñal que ya le era tan familiar, se decía a sí mismo que era una tortura, pero no quitaba la canción. Lo único que le vino a la mente fue el escribirlo, sacar todo lo que llevaba guardado bajo llave después de tantos años y permitirse sentirlo de una vez por todas.

Víctor no volvería.

Así, con la mente rebosando de dolor, hurgó en sus memorias y decidió plasmarlas. Hoy, un día cualquiera, Yuuri estaba decidido a cerrar el ciclo, a pesar de que se había mudado de país y vivía una vida tranquila, el fantasma del amor de Victor lo seguía a donde fuera.

Enviaría un mail cada día a una dirección que ya no existía, pero necesitaba hacerlo. No importa si su bandeja se llenaba de correos donde el sistema le advertía que el remitente no podía ser alcanzado, él ya lo sabía. Victor se fue a un lugar donde Yuuri no lo podía seguir.

Sus palabras nadie las leería y de nuevo no le importaba, necesitaba darse cuenta y abrir los ojos de una vez por todas. Este amor era de uno solo, en este mundo ya no estaba aquel al que iba dirigido, la vida hizo de las suyas y se llevó a alguien tan joven y querido. El japonés se sofocaba de tan solo pensarlo y de igual manera, abrió su correo para empezar.

Todas las risas, las peleas, los detalles, los abandonos y las llamadas sin contestar eran hilos sin aparente final, Yuuri no creía poder organizarlo todo y hacerlo sonar agradable como una historia de amor a la que muchos estaban acostumbrados, sin embargo, esto era para él.

Ya casi se acercaba el aniversario de la muerte de Victor, eso también podía estar jugándole una mala pasada al joven escritor, pero eso no lo detuvo, al contrario, lo motivo más. Lo haría en su memoria, lo haría a pesar de las lágrimas y el dolor que le pudiera causar tener que revivirlo todo.

Tomó un respiro, un poco de agua y puso de nuevo la canción que lo llevo a pensar en toda esta estúpida idea.

Victor no volvería.

Para: Victor Nikiforov *

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Para: Victor Nikiforov *

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Asunto: El día que te conocí

No puede ser que a pesar de que ya no estás, aún te pienso como si pudiera tomar mi celular y marcarte, para nada y para todo. Pláticas que parecían tan importantes, ahora solo quedan en el viento, sin quien las escuche, ni quien me de consuelo.

Mi recuerdo de ti (Victuuri AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora