Capítulo 17

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Narra Harold:

Cuando Anne y yo llegamos a casa vimos a unas cuantas personas poniendo un pequeño bufete alrededor de la mesa.

—¿Enserio? -Dijo Anne... —¿Tan importante es?.—Dijo con una chispa de alegría.

Yo solo rodé los ojos y me dispuse a ir a mi habitación para cambiarme.

Revisé mi teléfono y tenía varios mensajes de Stephania.

Ahora no Stephania -pensé y me fui a duchar.

Dieron las 8 yo fui por Anne a su habitación, pues ella me había mensajeado para que bajaramos juntos por como están los ánimos en la casa.

—Solo espero que sea algo importante.—Dije metiendo mis manos dentro de los bolsillos traseros de mis vaqueros.

—Tal vez lo es, porque papá mandó a poner un pequeño bufete es porque la cosa que tiene que decir es buena, tonto.—Dijo Anne.

Llegamos a la mesa y ahí estaba Margareth quien a mi parecer lucia muy elegante y exagerada, esta fijó su mirada en Anne y en mí.

—Anne cariño debiste de recogerte el pelo para lucir más elegante.—Dijo Margaret sin ningún rastro de dulzura en sus palabras.

Anne solo rodó los ojos y se dispuso a sentarse al igual que yo.

—Harold ¿piensas cenar así? Digo ¿con esa ropa?.—Dijo Margareth con una mirada de asco.

Yo tenía puesto unos vaqueros negros, una camiseta negra y unos converse blancos​ y negros.

—¿Qué tiene de malo?.—Pregunté arqueando las cejas.

—Que es algo formal con elegancia y tú no estás​ ni cerca de presentable.—Dijo esta señalandome... —Así que por favor sube a tu habitación y arréglate.—Dijo Margaret elevando un poco la voz.

—Margareth no... —Empecé a elevar la voz pero mi padre me interrumpió.

—¿Qué pasa familia?.—Preguntó mi padre con una sonrisa que irradiaba felicidad.

Esta muy feliz -pensé feliz.

—Harold, no se quiere vestir de acuerdo a la cena, lo mandé a cambiar y no quiere amor.—Dijo Margareth haciéndose la víctima.

—Pero si se ve bien.—Dijo mi padre mirándome.

—¿Podemos hablar un segundo?.—Le preguntó Margareth a mi padre.

—Parece que lo está manipulando.—Me susurró Anne

—Harold, hijo por lo menos vístete formal, te esperaremos aquí.—Dijo mi padre con un tono autoritario.

Rodé los ojos, fui a mi habitación por tomé una camisa blanca me la subí hasta los codos y me fuí a cenar.

—A la próxima no cenaré.—Dije y me senté.

Empezamos a cenar, llegó el postre y papá empezó a hablar.

—Desde ahora las cosas van a cambiar.—Dijo mi padre mirando a Margareth... —Cosas nuevas van a venir.—Dijo mi padre... —He decidido rehacer mi vida...

Ya sé por donde va la cosa, se va a divorciar de la bruja ponzoñosa de Margareth, ella se irá y papá va a rehacer su vida con alguien más. Solo espero que esa persona lo haga feliz -pensé con una gran sonrisa.

—Veo que te gustó la noticia.—Dijo mi padre sacándome de mis pensamientos, miré a Anne y estaba en shock.

—Perdón padre, podrías repetirlo, es que no te puse atención.—Dije sonriendo.

—Oh, sí claro, Margareth y yo vamos a rehacer nuestra vida juntos y seremos la familia feliz de antes.—Dijo mi padre.

Esta noticia fue como una patada en el culo para mí, un baño de agua helada con todo el hielo de Alaska, como si me hubiese atropellado un tractor.

Tomé un sorbo de agua, miré a mi padre quien estaba sonriendo.

Dos sorbos de agua y Margareth también estaba sonriendo.

Tres sorbo de agua y a Anne le temblaba el labio inferior a punto de llorar.

—¿Hablas enserio?.—Pregunté con calma mirando a mi papá.

—Sí, nos amamos.—Dijo acariciando a Margareth

—Esa señora no sabe lo que es el amor.—Dije riendo... —Papá, no seas tonto.—Dije negando con la cabeza.

—No le faltes el respeto a tu madre Harold.—Dijo mi padre tensando su mandíbula.

Reí más fuerte.

—Que mal concepto tienes sobre lo que es una madre papá. —Dije

—Te sugiero que hagas silencio.—Siseó mi padre.

—Una madre es aquella mujer que siempre está ahí para sus hijos, una mujer que los comprende, una mujer que los apoya, una mujer que no los desprecia. Papá eres un imbécil si crees que esa señora es una madre.—Dije mirando a Margareth quien también tenia tensa la mandíbula y apretaba con fuerza los tenedores.

—Harold basta.—Me susurró Anne.

—Piensa bien en cuanto a tus decisiones papá. —Dije y mi papá se levantó de la mesa.

—¡Esta es mi casa, tienes que acatar y apoyar mis decisiones te guste o no, no voy a estar aguantando tus berrinches y ahora vete a tu habitación Harold Colleman!.—Gritó mi padre

—Espero que no se quivoque con lo que hace señor Althur.—Dije y me fui a mi habitación enojado.

Entré a mi habitación y me quité la camisa.

—Familia feliz, solo Margareth será feliz haciendo daño.—Dije enojado y luego me senté en mi cama.

Escuché dos golpes en la puerta

—¿Puedo entrar?.—Preguntó Anne al otro lado.

—Sí.—Dije cortante.

—No estoy de acuerdo con toda esta farsa.—Dijo Anne mientras caminaba hasta mi cama.

—Lo sé. —Dije.

—Pero creo que superaste los límites en cuanto a la forma en la cual le hablaste a papá Harold.—Dijo Anne negando con la cabeza.

—Solo dije la verdad.—Dije mirándola.

—Pero lo hiciste de una manera muy dura.—Dijo Anne

—Si lo hubiera hecho de otra manera tampoco me hubiese hecho caso.—Grité y Anne dio un paso hacia atrás... —Perdón Anne, es que toda esta situación me ofusca.—Dije pasando mis manos por mi rostro.

—No me tienes que pedir perdón a mí, pero si a papá. —Dijo Anne saliendo de mi habitación y cerrando de portazo.

Tomé mi celular y pensé en llamar a Sam para hablar de todo esto, pero recordé su beso con Mike y preferí no hablarle.

—Todo esto es tan jodido.—Susurré para mí mismo.

Odio Amarte Mejor AmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora