Capítulo 5:

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JAMES:
Cuando Ruby salió corriendo intenté seguirla pero Lily me cogió del brazo y me lo impidió.
- Ahora no necesita que tú vayas a por ella - me dijo.
- ¿Y a él si? - pregunté señalando a Severus que iba a en dirección a Ruby.
- Necesita a cualquiera que no seas tú y yo estoy aquí explicándote esto tan obvio así que el que queda es Sev.
- Suéltame - respondí tirando de mi brazo.
- Ya me acuerdo porque no me caes bien - dijo antes de darse la vuelta e irse.
- Espera. ¿A qué viene eso?
Intenté detenerla pero sin mucho éxito así que caminé a su lado.
- El otro día, en la sala común no me pareciste tan idiota como siempre. Parecías incluso otra persona.
- ¿Por eso te has estado juntando con nosotros?
- Sí. Ruby siempre habla de como en el fondo eres un chico inteligente y no eres tan capullo como pareces.
- Pues a mí me dice lo contrario.
- Porque quiere que seas mejor.
Me paré en seco y vi como Lily desaparecía entre el cúmulo de estudiantes. Por alguna razón con Ruby no podía pensar y darme cuenta de esas cosas. Pero Lily me calmaba y me ayudaba a razonar. Volví a mi cuarto. Necesitaba pensar. Quería a Ruby pero tal vez lo nuestro no funcionaría mucho más. Sin embargo, no quería perderla. Era una merodeadora y era una parte importante de mi vida. Lily me había hecho darme cuenta de que había sido un gilipollas. Tal vez si tuviera celos de Snape pero no porque Ruby fuera mi novia, sino porque era mi amiga. Quería hablar con Ruby y arreglarlo. Pedirle perdón y averiguar que opinaba ella del tema. Debía controlarme. Tal vez podría pedirle a Lily que viniera a las pruebas de Quidditch y sabiendo que ella estaba cerca sabría calmarme y solucionarlo. Cuando terminó la clase de Herbología me puse en pie y salí del cuarto para ir a clase de Historia de la magia. Por el camino les comenté a mis amigos la conclusión a la que había llegado. Lunático aseguró que lo nuestro no tenía futuro desde el inicio porque eramos muy parecidos y acabaríamos chocando, Canuto bromeó sobre salir con ella y Colagusano me dijo que hiciera lo que creyera conveniente. Vi entrar a Ruby junto con Lily y Severus. No pude evitar quitarle el ojo de encima durante toda la clase y en cunto terminó me levnaté corriendo.
- Ruby - la llamé.
- ¿Ahora qué? - me reprochó.
- Solo quería pedirte que me esperaras en el campo de Quidditch. He estado pensando y necesito hablar contigo de una cosa.
- Vale.
No respondió nada más y se dio media vuelta.
- Evans - llamé a la pelirroja.
- ¿Sí?
- ¿Podrías ir tú también?
- ¿Yo? ¿Por qué?
- No sé... Es una tontería. No sé porque te lo he pedido. Olvídalo.
- Iré, Potter - me respondió con un guiño antes de seguir a Ruby.
- ¿De qué iba todo eso? - preguntó Sirius.
- Nada. ¿Vamos a por nuestras cosas o que?
Canuto me sonrió y me pasó un brazo por el cuello. Le imité y aproveché que era más alto que él para intentar tirarle al suelo. Sirius se apartó de un empujón entre risas y me dio un codazo en las costillas.

RUBY:
Cuando James me llamó, me di la vuelta malhumorada pero cuando me pidió que hablara con él antes de las pruebas de Quidditch, me sorprendió que lo dijera tan serio.
- ¿Que te ha dicho? - le pregunté a Lily cuando se acercó a mi lado.
- Nada. Solo quería que fuera a las pruebas para veros.
El año pasado, las cosas entre James y yo parecían ir muy bien. Sin embargo, con el tiempo parecía que nuestras igualdades nos habían confrontado. Le quería mucho pero tal vez no del modo en que creía. Era una merodeadora y los Merodeadores eran mi familia. Quería aclarar las cosas con él y tal vez hablarlo antes del entrenamiento sería lo mejor. Además, últimamente me había dado cuenta de que entre James y Lily empezaba a haber algo. No quería estar en medio de aquello ya que veía que podía ser algo muy bueno para James. Tal vez Lily fuera quien finalmente conseguiría que sentara la cabeza, algo que claramente yo no había logrado ni como amiga ni como novia. Cogí el equipo de Quidditch y la escoba, y Lily y Sev me acompañaron hasta la pista. Me cambié y cuando salí me crucé con Marcus.
- Snitch. Te veo mejor - me dijo chocando su puño contra el mío.
- Lista para ganarme mi puesto otro año más.
- Esa es la actitud - dijo alzando la voz mientras se alejaba hacia el vestuario.
Una vez en el campo me encontré a James y a Sirius. En cuanto me acerqué, Sirius se alejó en su escoba hasta las gradas donde esperaban Remus y Peter.
- ¿Y bien?
- Yo... no sé cómo decir esto. No se me dan muy bien las palabras... - miró a su alrededor.
Primero pensé que estaba nervioso y luego me di cuenta de que buscaba a alguien. A Lily.
- Yo también necesito hablar contigo. Te quiero mucho, James. Pero no como creía. Eres mi mejor amigo pero siento que esta relación no va a ningún lado.
Me miró sorprendido y no supe por qué hasta que respondió.
- Es un alivio porque estos últimos días he estado sintiendo lo mismo. Tal vez seamos demasiado parecidos.
- ¿Entonces eso es todo? ¿Amigos? - le dije tendiéndole la mano.
Él la estrecho con una sonrisa.
- No quiero que el hecho de haber discutido estos días pueda afectarnos. No sabía si mantener esta comversación porque no sé si puedo perderte. Antes que mi novia siempre has sido mi amiga.
- Lo sé, James, lo sé. Pero te prometo que no tienes de que preocuparte. Siempre seremos amigos y que como pareja seamos más desastre que un Niffler en una joyería no va a cambir eso.
James sonrió ante mi comparación y suspiró aliviado.
- Una cosa más, Potter. Que ahora no sea tu novia no significa que no tengamos una conversación pendiente sobre nuestra discusión de antes.
- Yo... Lo siento. Es solo que estaba celoso de Snape - dijo tan bajo que a penas pude escucharlo.
- ¿Por qué? Sabes que es solo un amigo - al pronunciar aquellas palabras sentí por primera vez que tal vez no fueran del todo ciertas.
- Por eso... Sentía que hacía mejor el papel de amigo que yo.
- Tú eres tú y Sev es Sev. Sois distintos y punto. Tú siempre serás parte de mi familia - dije dándole un abrazo.
- Gracias, Ruby.
- Pero nada de volver a meteros con él - le pedí.
- De acuerdo, está bien.
- Y a Lily le gustan las rosas blancas - dije alejándome con un guiño.
Me miró sorprendido y luego sonrió con suficiencia. Aquello me confirmó lo que yo ya creía. Estaba surgiendo algo y tenía la sensación de que era en ambos sentidos. Me acerqué en mi escoba a Lily y Severus que esperaban en las gradas.
- James y yo lo hemos dejado - les conté.
- Lo lamento mucho, Ruby - me dijo Lily.
- No, no. Todo está bien. Los dos coincidíamos en que no ibamos a llegar a mucho más. Estamos mejor siendo amigos y es mejor pararlo antes de cargarnos eso.
- Me alegro de que todo haya acabado bien - dijo cogiendo mi mano.
- ¿Y te alegras de que Potter esté libre? - le pregunté con una sonrisa malvada.
- ¡Ruby! - me regañó.
Me heché a reír y fui junto a los Merodeadores. James les había contado todo.
- Entonces es mi momento - dijo Sirius -. ¿Quieres ser mi novia?
Sabía que Sirius no lo había dicho en serio por lo que le seguí la broma.
- Las snitchs hay que atrapalas, Canuto - le dije con un guiño mientras volvía al campo.
- Todos aquí, por favor - gritó Marcus.
James y Sirius también se acercaron junto con muchos miembros de Gryffindor.
- Como todos los años, el primer día de entreanmiento es el día de las pruebas. En el equipo de Gryffindor no hay puestos asegurados. Por muchos años que llevéis aquí, no tenéis más posibilidades. Como este es mi tercer y último año de capitán, elegiré a los mejores. Dadlo todo en este entrenamiento porque voy a ser de lo más exigente. Aquellos que se presenten a buscadores que se separen del grupo y se pongan aquí - dijo señalando a su izquierda.
Tres chicos que estarían entre tercero y cuarto se movieron rapidamente para colocarse a su lado. James y otros dos chicos de nuestro curso se lo tomaron con más calma.
- Voy a soltar estas dos snitchs. Cada vez que uno de vosotros la atrape me la traerá.
Dejó volar las dos snitchs que se perdieron como un rayo. Todos salieron volando en sus escobas menos James que se quedó en el suelo.
- ¿Este año también vas a darles ventaja? - preguntó Marcus.
- Ya sabes que me gustan los retos, capitán - dijo con una sonrisa torcida.
Marcus negó con la cabeza como si sus ojos no dieran crédito y se volvió hacie el resto.
- Aquellos que quieran ser cazadores a mi derecha y los guardianes a mi izquierda.
A guardianes se presentaban tres chicos de cuarto, cinco chicos de quinto y cuatro chicos de sexto o séptimo. A cazadores se presentaban unos diez chicos de entre tercero y cuarto, otros diez de entre quinto y sexto, y cuatro de séptimo. Entre los chicos de sexto, vi a Alan. Él había sido uno de los cazadores el año pasado junto con Rick y Martha que ya habían terminado sus estudios en Hogwarts. Con su varita Marcus hizo un hechizo que hizo aparecer una luz alrededor de sus escobas de modo que supieran cada uno en que equipo estaban dependiendo de la luz.
- Haremos un partido. Azul contra verde. Los doce que os presentáis a guardianes defenderéis los aros dependiendo del color de vuestra escoba. Os turnaréis, diez minutos cada uno. Los que os presentáis a cazadores se irá iluminando la escoba según os toque salir.
Cogió la quaffle y se dirigió al centro del campo.
- ¡Vamos! Colocaos en vuestras posiciones y preparaos que en cualquier momento mando a los golpeadores.
Cuando la quaffle estuvo en el aire, comenzó el "partido" de prueba. Marcus volvió con nosotros cuando James volvió del cielo seguido por lo demás buscadores.
- Capitán, te traigo un regalo.
Enseñó el puño donde tenía no una sino las dos snitchs.
- No te has podido resistir, ¿eh? - le dije dándole un codazo.
Sin previo aviso me cogió en brazos.
- Capitán, en realidad tengo tres snitchs - bromeó causando la risa de los presentes.
- Pues la tercera snitch te va a convertir en rata como no la sueltes - le amenacé.
Me dejo caer al suelo y le entregó las dos snitchs a Marcus.
- Aun tenéis tiempo. Hasta que no acabe el partido no termina vuestra prueba - dijo Marcus soltando las snitchs que James le había entregado.
Todos los buscadores salieron disparados hacia el cielo. Todos menos James que se quedó sentado en su escoba observándonos.
- Hasta que uno de esos no atrape la snitch no me voy a molestar en moverme - le explicó a Marcus cuando este le miró interrogante.
- Siempre bajo la Ley del mínimo esfuerzo, Potter - resopló.
- A los golpeadores no se os ha iluminado la escoba. No habrá grupos. Solo turnos.
Quedábamos un grupo de veinte personas: diez de tercero y cuarto, siete de quinto y séptimo, y tres de sexto (Sirius, un chico llamado Jack y yo).
- Vosotros cinco saldréis ahora al campo. Tenéis quince minutos para impresionarme.
Dos chicos de tercero, dos de quinto y el otro de sexto, subieron a sus escobas agarrando el bate y se elevaron esperando las bladgers. Sirius y yo nos mofamos junto con James de algunos de los patéticos intentos de los que estaban haciendo las pruebas. A los diez minutos, una bladger había golpeado a un cazador en la cabeza haciéndole caer de la escoba y uno de los guardianes perdió el equilibrio intentando parar la quaffle imitando una de las técnicas de Marcus. Marcus mandó dos camillas a por los dos chicos y los sustituyó rapidamente. Estaba preparado para este tipo de catástrofes. En esos minutos, un golpeador perdió el bate que acabó en la cabeza de otro golpeador. Uno acabó en la enfermería y el otro fue echado del campo. También echó a un cazador que estaba más perdido que un muggle en el Callejón Diagón.
- Black, Snitch. Al campo - nos ordenó Marcus.
Justo en ese momento llegó uno de los buscadores y le entregó una de las snitchs a Marcus. Este la volvió a soltar.
- Bueno chicos. El deber nos llama - dijo James colocándose en su escoba.
Nos despedimos y Sirius y yo nos montamos en nuestras escobas.
- No os paséis - nos pidió Marcus.
- Claro que no, capitán - le contestó Sirius sarcástico.
Me reí y me elevé en la escoba.
- ¿Preparada, Hawk? - me preguntó usando mi nombre de merodeadora.
- Como nunca, Canuto - le respondí.
Oí el silbido de una bladger y casi sin mirarla moví mi bate de modo que salió dispara contra uno de los golpeadores que acababa de tomar su puesto. Sirius y yo nos reímos y chocamos los puños. Le vi derribar a dos cazadores de un solo tiro y mientras uno de los gurdianes perdía el equilibrio y caía. Volé cera de un cazador para simular una defensa y cuando vi que la bladger se acercaba, salté de la escoba que pasó por debajo del cazador mientras yo pasaba por encima. Aterricé de puntillas en mi escoba y con un golpe certero desvié la bladger a otro cazador que la esquivó a duras penas y perdió el equilibrio quedándose medio colgado de su escoba. No pude evitar reírme.
- Ven aquí Garroway - me llamó Marcus.
Bajé hasta donde estaba imaginándome que me pediría que no tirara a todos de la escoba tan rápido por lo que cuando llegué hasta él me extrañó su propuesta.
- Quiero que pruebes a ser cazadora. Siempre has hecho buenos trucos con la escoba. El primer año yo no era capitán así que no me correspondía darte el puesto. Y el año siguiente te vi contenta como golpeadora así que te dejé ahí. Pero me parece que ya es el momento de que cambies de posición.
- ¿Cazadora? No sé si eso será lo mío.
- Quiero que pruebes ahora. Si ves que no es lo tuyo te doy tu puesto de siempre.
- Está bien.
Mi escoba se iluminó de color azul y subí junto con los otros cinco cazadores. En mi breve charla con Marcus, otro guardián había sido sustituido al pasar sus diez minutos y un golpeador patoso había sido derribado por Sirius. Al principio me sentí deslocalizada pero en cuanto una chica de cuarto me pasó el quaffle, salí disparada a los aros del equipo contrario. Hice un giro brusco para esquivar a uno del equipo verde y le pasé el quaffle a Alan. Este me miró sorprendido por mi cambio de posición y yo le lancé una mirada que supo interpretar. Ambos nos lanzamos hacia los aros y en el último momento yo me separé hacia arriba. Instantes antes de lanzar el quaffle al aro, Alan lo lanzó hacia mí y con la cola de la escoba lo devolví a los aros. El guardián intentó pararlo pero de la potencia acabó atravesando el aro con el quaffle. Otro guardián de prueba salió a defender. Incluso siendo un chico de sexto estaba asustado ya que acababamos de derribar a uno de séptimo. Oí el conocido silbido de la bladger y di un salto sobre mi escoba. Giré la cabeza y vi a Sirius guiñándome un ojo. El muy traicionero me había intentado derribar. Continuó el partido a pesar de que la bladger que yo había esquivado le había dado a un cazador de mi equipo. Al ser más personas de las normales jugando y con más bladgers y snitchs de las normales era común que sucedieran más incidentes que en un partido normal. Era casi más un todos contra todos con pequeñas alianzas entre cazadores. Supomgo que ese caos era necesario para que Marcua pudiera observar el mayor potemcial de cada jugador y ver sus reacciones si eran sometido a presión.
Un chico moreno montó en su escoba y subió a nuestro encuentro. En los siguientes quince minutos, Marcus había cambiado a tres cazadores y dos golpeadores, y James había atrapado otras dos snitchs junto con otro chico que había atrapado su primera. Marcus también había cambiado a otros dos guardianes que ya llevaban diez minutos y ahora ponía a uno nuevo en nuestro equipo porque el que estaba no paraba ni una. El partido continuó a pesar de que dos cazadores fueron eliminados y sustituidos por los últimos de prueba. Los guardianes fueron cambiados algo antes de tiempo ya que estaba siendo muy fácil meter puntos pero los siguientes no lo hicieron mejor.  Sirius derribó a tres cazadores y Marcus lo mandó "descansar" junto con dos golpeadores que no tenían puntería. La chica que le sustituyó derribó a un cazador y dos golpeadores en sus primeros minutos. Marcus sorprendido hizo volver a todos menos la chica y puso a jugar a los tres que quedaban de prueba. Esquibé un par de bladgers de milagro y metí otro punto. Los guardianes que iban saliendo eran cada vez más penosos. Los únicos buenos que habían ya estaban descansando o se habían caído intentando imitar los movimientos de Marcus. Cuando eliminaron a otros tres cazadores y otro fue derribado, Marcus nos detuvo.
- Bien. He visto suficiente por este año. Aquellos a los que se le ilumine la escoba pueden quedarse.
James, Sirius y yo nos miramos sonrientes ya que los tres seguimos en el equipo.
- James Potter, buscador.
- Creo que todos lo veíamos venir - dijo fingiendo limpiarse las uñas.
- Sirius Black y Mary Anne Adkins, golpeadores.
La chica que tanto había sorprendido a Marcus sonrió emocionada y miró a un chico cercano al que se parecía bastante.
- Snitch, Parker Adkins y Alan Barlow, cazadores.
Parker debía ser el hermano mellizo de Mary Anne. Menuda suerte tenían de hber entrado los dos juntos.
- Supongo que tú serás guardián - dijo uno de los chicos de quinto que se había presentado a ese puesto.
- Efectivamente - contestó él.
- Si yo fuera capitán también elegiría mi puesto - se quejó otro chico descontento con no ser el guardián.
- Todos aquellos guardianes que no estén contentos que se acerquen.
Cinco chicos se pusieron frente a Marcus.
- Los tres cazadores pensaréis la jugada e intentaréis marcar. Si entra el quaffle el guardián queda eliminado.
Alan, Parker y yo nos juntamos.
- Parker, tu eres el más rápido y tu Alan tienes la mejor puntería. Apeovechemos eso - dije en voz baja.
- Tú deberías hacer uno de tus trucos con la escoba - me dijo Parker.
Elegimos la primera jugada, llamada Ojo de Halcón y nos pusimos los tres a la misma altura. Cuando el chico que primero se había quejado estaba listo, Alan y yo volamos en dirección al aro. Yo llevaba la quaffle por lo que el guardián centró su atención en mí. Se lo pasé a Alan y rápidamente pasé por debajo suyo y me puse a su otro lado. Él me devolvió la quaffle y aquello desconcertó al guardián que no se dio cuenta de que Parker se había acercado por el lateral. Le pasé la queaffle a Alan y este se la lanzó a Parker que la metió por un aro antes de que el gurdián se diera cuenta de su presencia.
- El siguiente - gritó Marcus.
Disimuladamente un par de chicos de cuarto que se habían quedado a intentar reclamar el puesto se fueron sin hacer ruido ni decir nada. Posiblemente se hubiera echado para atrás. El segundo chico que había reclamado se colocó.
- ¿Repetimos? - dijo Alan emocionado.
- Yo creo que intentará vigilarnos a los tres - dijo Parker.
- Aprovechemos eso - dije yo.
- ¿Cómo? - me preguntó Parker.
- Parker tu llevarás la quaffle e irás en medio. Te seguiremos a los lados con algo de espacio. Cuando vayamos a llegar a los aros le pasarás la quaffle a Alan. Yo mientras me pondré de pie. ¿Habéis visto el futbol muggle? Intentaré golpear la quaffle para que entre.
- ¿Crees que funcionará? - me preguntó Alan.
- Creo que podemos despistarle si Parker lleva la quaffle al principio y te la pasa a ti pero yo doy el golpe. También se que puedo ponerme de pie y aguantar en movimiento. Pero no sé si mi golpe será certero.
- Hay que intentarlo. Además no tenemos otra opción.
- ¿Y la jugada del último mundial? - propuso Alan.
- ¿Doble Quaffle? - pregunté.
- Podría salir bien - contesté.
- ¿Y si esa mejor la dejamos para Marcus? - propuso Parker.
- Mejor - contestó Alan.
- ¿Vamos con mi idea entonces? - pregunté.
- Vamos - contestaron a la vez.
Parker se colocó en medio con la quaffle y salió disparada. Alan y yo le dejamos un margen. Como habíamos predicho, el chico estuvo antento de los tres. Cuando Parker llegó hizo el amago de lanzar la quaffle pero se la pasó a Alan. Yo ya estaba de pie y apuntando a uno de los aros. Alan me pasó la quaffle a la altura de la cabeza y con una voltereta la golpeé. Entro por los pelos en uno de lo aros laterales. El chico que al ver a Alan lanzarme la quaffle se había desplazado a cubrir mi lado, no se esperó que yo la lanzara hacia el contrario.
- Siguiente - dijo Marcus.
Un chico de cuarto subió a la posición de guardián.
- Este chico parece lento - dijo Alan.
- Usemos la Táctica Roja - propuso Parker.
- Has hecho los deberes renacuajo - dijo Alan.
- Por mí bien. Yo ire en el centro. Alan tu colócate debajo mío para el pase.
- ¿Qué?
- Confía en mí.
- Vamos entonces.
Me coloqué en el centro y cogí la quaffle. Salimos los tres en fila y Parker se adelantó. Yo le lancé la quaffle y entonces Alan se colocó debajo mío. Parker me devolvió la quaffle. Rápidamente me di vuelta en la escoba y dejé caer la quaffle sobre Alan que desde allí marcó el punto. El niño no tuvo tiempo de reaccionar y fue incapaz de parar la quaffle. De hecho intentándolo estuvo a punto de caer.
- Es tu turno - dijo uno de los chicos al capitán.
Marcus se colocó y esperó. Nosotros nos miramos y asentimos. Parker se colocó en el centro con la quaffle y yo intercambié mirada con Alan. Yo cogería la quaffle. Salió Parker delante sin sacarnos mucha ventaja y a mitad de campo, Alan y yo hicimos un semicírculo con las escobas de modo que intercambiamos puestos pasando por emcima de Parker. Aprovechamos el momento en que ambos estábamos arriba y bocabajo para tocar la quaffle. De ese modo, Marcus no sabría quien la cogía ya que el cazador que la robaba la escondía en la espalda. Una vez en nuestras nuevas posiciones, Alan y yo continuamos hacia delante con las manos en la espalda y nos juntamos un poco. En el último momento nos separamos cada uno hacia un aro. Yo que llevaba la quaffle intenté meter punto pero en el último momento Marcus se abalanzó sobre la quaffle desviándola e impidiéndome marcar el punto.
- Muy buena imitación chicos. Alan casi entras en el área de anotación - dijo Marcus.
- Maldito Stooning - maldijo Alan. El año pasado también había tenido que aprender a respetar esa falta.
- Esa jugada es muy conocida - se quejó el primer chico.
- Hay gente que no se cansa nunca - suspiró Marcus -. Intentadlo de nuevo si queréis.
El primer chico se colocó y nosotros repetimos la jugada exactamente igual aunque esta vez fue Alan quien intentó meter el punto. Lo consiguió. El segundo también lo intentó pero Alan le marcó otro punto.
- ¿Alguna otra queja? - gritó Marcus molesto.
No hubo respuesta.
- En tal caso, espero veros en el próximo entrenamiento. Y vosotros deberíais conocer vuestros límites. Son necesarios muchos reflejos. La Doble Quaffle está pensada para que el gurdián no sepa quien tiene la quaffle hasta que uno de los dos cazadores se queda fuera del área de anotación.
Nos fuimos a los vestuarios. Yo volví con Mary Anne. Éramos las únicas chicas del equipo. Comfirmó mis sospechas de que Parker era su hermano mellizo. Ambos estaban en cuarto. Era una chica muy simpática pero demasiado habladora para mi gusto. Cuando salí, Lily se lanzó a mis brazos.
- Increíble. Te han cogido como cazadora - me felicitó.
- Yo tampoco me lo esperaba - le contesté.
- Tus trucos con la escoba siempre han sido más de cazadora. No sé como no te han dado antes ese puesto - afirmó Sev.
- Me muero de hambre. Vamos a cenar - les pedí.
Cogí a Lily de un brazo y a Sev del otro y nos dirigimos al Gran Comedor. La mayoría de alumnos ya había cenado por lo que prácticamente éramos los únicos. Aprovechamos aquella ocasion para que Sev se sentara con nosotras. Vi entrar a los Merodeadores en el comedor pero se lo pensaron dos veces y se sentaron en el otro extremo de  la mesa.

JAMES:
Nos sentamos lejos de Lily y Ruby que estaban con Severus. Seguía sin gustarme ni un pelo que se juntaran con él. Era un Slytherin y como le había dicho a Ruby estaba seguro de que acabaría uniéndose al Que No Debe Ser Nombrado.
- ¿Habéis visto lo increíble cazadora que es Ruby? - preguntó Colagusano.
- Claro que sí, descerebrado. Tenemos ojos en la cara - le dijo Sirius revolviéndole el pelo.
- Chicos, creo que mejor me voy a tomar el aire - dijo Lúnatico poniéndose en pie.
Miré hacia Ruby y vi como seguía a aquel chico larguirucho con cara de preocupación. Murmuró algo a sus amigos y se puso en pie.
- Es el momento - nos dijo.
Salimos del comedor casi a la carrera. Una vez fuera buscamos a Lunático. Le vimos ir en dirección al sauce boxeador y le seguimos bajo mi capa de invisibilidad que había atraído con un simple accio. Cuando llegó, el director estaba tranquilamente esperando.
- ¿Preparado, señor Lupin? - le preguntó.
- Sí, señor - contestó.
El pobre cada vez estaba más pálido y la frente se le cubrió de sudor. Entró al agujero bajo el sauce boxeador y desapareció en la oscuridad. El director se dio la vuelta para regresar al castillo y cuando estaba cerca nuestro murmuró:
- Una buena noche para un paseo nocturno.
Si no hubieramos llevado la capa habría pensado que hablaba con nosotros. Aún no era el toque de queda pero no era conveniente que estuvieramos fuera y mucho menos que fueramos a la casa de los gritos.
- ¿Soy yo o esto ha sido raro? - dijo Canuto.
- Ha sido raro - confirmé.
- Sabe nuestro pequeño secretito - explicó Ruby.
- ¿Cómo va a saberlo? - le pregunté.
- Ayer cuando en clase de pociones pedí ir a la enfermería, intenté escaparme a mi habitación. Filch me pilló y me llevó a hablar con el director. Me dijo que tal vez debería haberle esquivado con el mapa.
- ¿Qué? ¿Cómo lo sabe? - exclamó Sirius mientras se agachaba para entrar en el agujero.
- Yo le pregunté eso mismo y me dijo que no pasa nada sin que él se entere - respondió Ruby.
- ¿Nada? Pues lo llevamos claro - dije apartando los mechones de pelo que me caían en la frente.
- ¿Sabe que somos animagos? - preguntó Peter.
- Sí. También sabe todas nuestras bromas y escapadas nocturnas - dijo Ruby.
- ¿Y por qué no hace nada? - pregunté.
- Estaba demasiado impactada por el hecho de que lo supiera como para preguntarle - refunfuñó Ruby.
Llegamos a la casa de los gritos y oímos los jadeos de Lupin. Siempre lo pasaba muy mal. Ruby salió corriendo a su encuentro y se arrodilló junto a él.
- Venga Remus, respira hondo - le dijo.
Él gruñó y arañó el suelo de madera. Ruby cogió sus manos y levantó su barbilla para que le mirara a los ojos.
- Sé que duele. Sé que no te gusta. Pero tienes que ser fuerte. Estamos todos aquí. Estamos a tu lado y no nos iremos. Está James, Sirius y Peter. Los cuatro vamos a quedarnos toda la noche. Y la siguiente. Y la siguiente. Y todas las noches de luna llena. Ahora aguanta. No te resistas o sera más difícil. Tú puedes hacerlo.
Todas las veces le repetía lo mismo como una oración que se le reza a un niño pequeño. En estos momentos Ruby parecía nuestra madre. Siempre que alguno se ponía enfermo o que necesitaba ayuda, sacaba esa parte de ella. A Lupin le había ayudado a que la transformación no fuera tan dura y una vez transformado ella le cantaba una nana. El lobo se tranquilizaba y había llegado a cogerla cariño. Era a la única que no atacaba estando en forma humana. El año pasado, cuando Peter se acercó sin querer, el lobo protegió a Ruby. Colagusano supo reaccionar y se transformó en rata pero fue impactante ver como la apartaba y se ponía delante de ella.
Como era costumbre, nosotros nos transformamos antes que Remus. Una vez surgió el lobo, Ruby cantó su nana. Todos la escuchamos embelesados. Tenía una voz muy dulce y aquella nana de tono melancólico producía un efecto sedante en los cuatro. Acarió a Remus y se sentó junto a él. Nosotros nos acercamos y nos pusimos a su alrededor. Muchas veces solo dormíamos o escuchábamos a Ruby cantar. Cuando Lunático estaba más energético salíamos a dar vueltas y correr por los jardines. Pero hoy no. Hoy todos estábamos cansados y nos quedamos dormidos escuchando la melodiosa voz de Ruby.

La Quinta Merodeadora [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora