Simón Pov's
Estaba en la plaza esperando a que Ámbar viniera, sé que tiene una probabilidad enorme de que ella no venga pero no perdería las esperanzas, yo sé que un día ella viene. Lo que más quiero es aclarar todo lo que está pasando en mi cabeza, en mi corazón. Todo. Yo estoy sintiendo cosas fuertes por ella, y quiero decirle todo.
Lo más extraño es que hoy ella no me respondió cómo todo los días. Hoy fue diferente. Ella simplemente visualizó y no dijo nada. Luna también no me contestaba. Yo le estaba llamando para saber si la rubia estaba en la mansión, pero tampoco.
Ya me empezaba a preocupar las dos no contestarme. No era una buena señal. Por lo menos no para mí. Sentía que no lo era.
Llamé a Ámbar. Si le llamase no tenía cómo no contestar ¿no?
— ¿Hola? — Ámbar lo dijo en un susurro. Se podía escuchar la señora Sharon hablando en el fundo, y alguien ¿llorando?
— ¡Ámbar! — suspiré — ¿vas a venir?
— No — dijo firme y con la voz apagada.
— ¿Te sentís bien? Escuché alguien llorando... — ella me interrumpió.
— No es momento de hablar. Llámame en otro momento... ¡Mejor! En otra vida, por favor — y colgó.
¿Qué le pasaba? ¿Por qué sentía que algo malo le pasaba a ella? ¿Por qué su voz estaba tan débil cómo aquella vez...? ¿Porqué en éste exacto momento me encontraba corriendo hacia la mansión?
Eran tantas preguntas que tenían que ser contestadas, y solamente una persona me podría dar las respuestas. Ámbar. Era eso que estaba haciendo, yendo a ver ella, porque sé que ella no se encuentra bien y tengo la necesidad de cuidarla. Quizá todo con ella empezó incorrectamente, pero todavía tenía cómo arreglar todo esto, y iba a hacer eso.
Corría cómo si mi vida dependiera de eso.
Cuando llegué a la mansión no tenía más respiración, digamos que la plaza no está nada cerca.
Estaba listo para apretar la campaña pero la puerta estaba abierta. Entré con pasos silenciosos, no quería que la señora Sharon me descubriera.
Escuché los gritos de Ámbar.
—¡... Lo puedo creer! — ella gritó con lágrimas en los ojos. La miraba de lejos, no quería nadie me viera. Visualicé a Luna sentada al lado de Sharon ¿Qué hacía Luna ahí llorando? — esto es una maldita broma ¿no? Porque es una de muy mal gusto, déjame decirte... ¿Cómo pudiste hacerme eso? ¿Pensaste que yo no tenía corazón? Porque es esto que parece — ella gritaba en la cara de Sharon que no se movía para nada. ¿Qué estaba pasando acá?
— Ámbar... Mi hermosa, cálmate — éste fue el señor Alfredo quien agarro a Ámbar por los hombros.
— Abu... Digo, Alfredo — ¿qué? — ¡esa mujer está loca! Ella es capaz de hacer todo con tal de proteger su herencia. Sos un monstruo — Ámbar lo dijo con tanto odio y asco que me causo miedo.
Yo no era capaz de entender nada es esa discusión, pero me dolía ver cómo Ámbar y Luna lloraban, partía mi corazón en mil pedazos.
— Y vos — Ámbar se dirigió a Luna — te aplaudo, lograste quitar todo lo que es mío, hasta un pasado que creí ser mío, una historia... Lograste dejarme sin nada, hasta sin una historia, un pasado — ¿por qué Ámbar decía eso? ¿Cómo podría Luna robar su pasado? — sólo espero que no me quites lo único que me queda ahora — ¿qué es lo único que le resta ahora?