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Ámbar pov's

Faltaba poco para que me fuera a la universidad en Paris, la verdad es que no quería irme, no después que todo pasó. Nunca quise irme, pero lo hacía por Sharon pero ahora, no somos nada, y no me importa más lo que ella piense de mi, quiero hacer lo que quiero, quiero ser libre.

Ya había pasado dos días de toda aquella pesadilla, y lo que más odiaba eran las miradas de lástima que era cómo los empleados me miraban, ya que no había salido de mi habitación, no me sentía cómoda para enfrentar el mundo todavía. Pero hoy iba al Blake, ya estaba lista, solo esperaba que Simón me viniera buscar, sí, Simón. No estamos en nada, no aclaramos lo que sentimos, pero él me está apoyando y le dije que no quería ir en el mismo auto que Luna, él me entendió y dijo que me llevaría, andando, pero por lo menos no iría con Luna.

Después que ella supo que era Sol Benson dijo a Sharon que iría volver a Cancún con sus papás para la mansión en donde ella siempre vivió. Sharon, obviamente aceptó pero, con la condición de que la herencia quedase con ella. Luna aceptó, pero Miguel dijo que todo mes ella tenía que dar un dinero para mantener a Luna.

En una semana ella se va. Estoy feliz que finalmente esa chiquita se va de nuestras vidas y nos va a dejar en paz.

Abuelo está un poco triste porque quería pasar un tiempo con su nieta, pero Luna le dijo que él la podía visitar siempre. Patético. Alfredo también está dándome mucho apoyo con todo, y ahora voy a empezar la búsqueda de mi mamá. Sharon me dijo que su nombre era Rosie no sabía su apellido y mucho menos el nombre de mi padre – lo que dudo un poco, o sea, ella me adoptó tiene mucha información, simplemente no me quiere contar –, también dijo que mi mamá es aquella señora que ella varías veces me dijo para no hablar con ella. Sharon siempre tuvo todo muy manipulado y por culpa de ella no pude conocer a mi mamá, por culpa de ella no dejé que aquella señora me dijera la verdad, simplemente la odio.

Miré al frente, intentado salir un poco de mis pensamientos, y vi cómo Simón me sonreía abiertamente.

— ¿Cómo estás, rubia? — me preguntó con una sonrisa y vino hacía mi, y me abrazó.

— Bien, pero duele mi mano — le mostré lo que hice en el día que todo sucedió. Mi mano fue lastimada profundamente, y ahora me encontraba con un yeso en la mano.

— Esto va a mejorar — dió un beso en la misma. Escuchamos alguien carraspear detrás nuestro.

— Se veen lindos juntos, pero mi nieta tiene que ir al colegio, y ya es un poco tarde — dijo con diversión en la voz mirando su reloj. Reímos.

— Ya nos vamos, abuelo — reí, le di un beso en la mejilla — adiós, nos vemos después.

— Chau, señor Alfredo — dijo Simón y salimos caminando hacia el colegio.

Todo el camino fuimos riendo de pavadas que Simón me decía, porque según él, yo estaba muy triste, y una reina no puede estar triste.

Nos encontrábamos en frente del Blake, algunos me miraban y susurraban, era obvio que ya sabían de todo. Por primera vez en mi vida estaba nerviosa por lo que la gente pensaba de mí, por primera vez me importé con que la gente hablase de mí, si fuera antes adoraría que hablen de mi pero ahora quiero paz.

— ¿Ámbar quieres volver? — preguntó Simón percibiendo que yo estaba incomoda. Negué con la cabeza — bueno, entonces... Chau, cuídate, y cualquier cosa llámame que vengo corriendo — me dió un beso en la frente y se giró para ir, pero yo no dejé.

— Simón, quédate — lo miré suplicante. El frunció el ceño.

— Ámbar, no puedo, ya terminé el colegio — mis ojos se aguaron. Sé que él no podía quedar, pero lo necesitaba.

Esto Es Lo Que Soy |Simbar| [Pausada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora