Se termino

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Al otro día estamos perfecto, parecía que él día anterior no paso y somos los mismos de siempre, decido olvidar todo lo sucedido, no tirare por la borda la relación que tenemos por un error que ambos cometimos.

Cuando llegamos a Acapulco comenzamos con las locas vacaciones, las de verdad tenemos un día relajado y por la noche decidimos irnos de fiesta, las noches de fiesta con Carlos y Roberto son un poco locas, llegamos al antro y hacemos nuestra la pista de baile.

-Esta noche la recordaremos siempre - dice Rogelio y nos dan una píldora –Pónganla debajo de su lengua – sé que son drogas pero ¿Qué más daba? Y si esto me pone más feliz de lo que al parecer estoy ahora seguro es bueno ¿no?

La mejor noche que he pasado desde hace un tiempo, las píldoras maravilla de Rogelio son de lo mejor te hacen volar.

La noche paso de lo mejor, hacia tanto tiempo que no me sentía tan libre y lo disfrute, simplemente olvide todo y disfrute la noche.

-Wow mujer eres toda una loca – dice Rogelio cuando llego a la cocina, me duele a cabeza –Bébelo – dice pasándome un vaso con un líquido rojo extraño

-No quiero beber

-Es jugo de tomate, es bueno para la resaca – lo tomo y lo bebo entero -¿Mejor?

-Mejor gracias

-También toma una aspirina – dice él –Es bueno después de la primera vez tomando la pastilla milagrosa

-No recuerdo nada – le digo

-Eso es bueno – dice –Solo diré que cuando subiste a la barra para ganar esa botella de vodka fue épico

-Y Carlos ¿Vio eso?

-No, murió después de la segunda botella, eres buena con la bebida, supongo que eso de tener familia en el negocio nos hace inmunes

-Podrías no decirle a Carlos lo que paso

-Ustedes están bien ¿cierto? Sé que mi amigo a veces es muy celoso, pero no es malo

-Lo sé, es solo que no quiero tener una pelea con él por algo que no recuerdo y además algo que hice la primera vez que me drogue

-No te preocupes, no le diré nada

-Gracias

-Mi vida – Carlos me rodeo por la espalda y me puse nerviosa y Rodrigo dijo acaba de llegar solo moviendo los labios y me tranquilice

-¿Cómo estás? – le pregunto

-Supero podrido – dice él y Rogelio le da el mismo jugo o licuado o lo que fuera

-Amigo se supone que es una semana podrida y con tu resistencia te perderás toda la diversión

-Necesito agua – dijo Andrea apareciendo en la cocina

-Ustedes son los peores bebedores del mundo – le sirve también de la bebida roja milagrosa

-Qué bueno que conoces este tipo de bebidas levanta muertos - le digo

El día pasa en un suspiro y así el resto de la semana, es nuestro último día y decidimos tener la última fiesta de playa, preparamos todo y ruego porque esta noche Carlos de nuevo se emborrache pronto para que lo llevemos a la casa y así poder sentirme aliviada de que algo que haga mal lo moleste

-Hermano deberías bajar el ritmo – le dice Rogelio

-Esta será la última borrachera que me pondré en un tiempo, no me la arruines, mi padre está molestando en sacar bien la carrera, ya tengo mucho con que me dejara estudiar esta basura y no lo que él quería, ahora solo necesito terminar y los próximos meses serán los peores

-Quizás deberías tomarlo con calma – le digo

-Tú no sabes nada, deberías servirme otra en lugar de decirme que pare

-Hermano cálmate no le hables así

-Está bien – le digo me levanto y le sirvo otra copa

Después de una botella cae como mueble y Rogelio me ayuda a meterlo a la habitación

-Gracias – le digo abrazándolo, esta semana me ha ayudado mucho hablar con él, es muy maduro

-Vamos la fiesta aún no termina - me dice pero no quiero que Carlos despierte y no me vea

-Y si despierta

-Estarás conmigo – dice él

Realmente me estoy divirtiendo me he tomado otra pastilla de esas que me hacen volar, de nuevo estoy completamente drogada pero me gusta sentirme así, me gusta esa sensación de vuelo que me provoca la droga, estoy bailando y riendo y Rogelio en verdad es un buen compañero, pocos son los cuerpos que siguen en píe y más pocos aun somos los que aún estamos lucidos.

Siento la música y el ritmo de esta por tomo mi cuerpo, la cerveza fría hace su trabajo de refrescarme aunque me molesta que necesito ir al baño cada cinco minutos, por lo que opto por margaritas, aunque no me provoquen una borrachera.

-No entiendo como Carlos te trata como lo hace – dice Rogelio a mi oído

-Es solo su forma de decirme cuanto me quiere – le digo

-Pues es un imbécil – dice él

No digo nada al respecto y sigo moviéndome al compás de la música y de pronto siento unas manos apretujando mi brazo, sé que es él y cuando me gira me voltea una cachetada que me hace ir a parar al suelo ¿Qué rayos estoy haciendo con mi vida en estos momentos? Rogelio está preguntando si estoy bien y Carlos me coge de la mano y me jala a la casa, siento el sabor de la sangre en mi boca, después del dolor que me ha provocado mi padre, pensé que no volvería a pasar, que no vendría nadie peor que él y estoy segura que esto no es amor, no lo es pero ¿Por qué no puedo dejarlo? ¿Por qué me da pavor perderlo? Ya no puedo más estos últimos tres meses han sido un infierno, mi vida no puede seguir así.

Cuando llegamos al cuarto me avienta sobre la cama y comienza a besarme, no quiero, no quiero sentirlo más a mi lado, lo parto y me pongo de píe.

-No quiero más esto – le digo

-Toda esta semana me he controlado, pero tú te la pasas pegada a Rogelio

-¿Qué te está pasando? – le grito

-NO LO SE – me siento temerosa

-Ya no puedo

-Te amo – dijo mirándome a los ojos

-Tu amor es un veneno, no puedo seguir es mejor que dejemos las cosas así

Ya no podía más, la relación ya no me hace feliz, sé que todo ha sido mi culpa, me merecía esa cachetada la semana pasada y me merezco esta por no quedarme con él, pero simplemente algo me dice que esto no está bien por donde lo veo sé que no es normal y es mejor terminar ahora, antes de terminar perdiéndome mas

Tome mis cosas y salí al aeropuerto.

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⏰ Última actualización: Jun 25, 2017 ⏰

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