24/06/2017 22:55pm
a veces podemos pensar en una de las cosas más cobardes del mundo: el suicidio, ya sea como la única solución que podemos encontrar a la mano o como la última a todos nuestros problemas.
pero, ¿qué pasa cuándo uno aún no ha pensado ni se ha hecho la idea de morir?
imaginemos, nunca habíamos pensado más allá de esa realidad que tanto nos asquea sólo por el simple hecho que puede resumirse en un mal día, una pelea con tu pareja, etc.
cuando estamos de mal humor y empezamos a tratar mal a las personas que nos rodean y nos aprecian, cuando en lugar de agradecerles por su existencia pensamos que estamos solos y nunca nadie podrá encontrarnos.
¿qué será de tí si descubres que te queda poco tiempo de vida? en especial si no habías tomado en cuenta esa posibilidad.
en cuestión de segundos, puedo asegurarte, tu mundo se vendrá abajo, junto con el de las personas que te aman. las personas que se suicidan llegan a entender las cosas que los molestan, enfadan o entristecen, más nunca se fijan en aquello que las hacen felices, es por eso que toman la decisión de morir, pensando que de esta manera arreglan problemas, solucionan las cosas o benefician a la gente cuando lo único que logran es crear más desastre donde ya existía.
en cambio, otras que piensan en vivir, por muchos años, mucho tiempo, lo tienen dentro de su cabeza como la única utopía que deberían cumplir (la única que no amerita tanto esfuerzo). pero algo sale mal y descubren que su vida depende de unos cuantos años o meses.
todo empieza a tornarse negro, para todos.
y empieza el dolor,
días tristes,
oscuridad.
personas alegres
llorando e implorando
por una oportunidad más.y todo depende de la forma en la que lo tomes, la forma en la que le digas hola a esta nueva situación.
pero nunca dolerá lo suficiente, tampoco podrás llorar lo suficiente; resulta que es mucho más fácil bajar que subir, así que si de alguna manera decides bajar, asegúrate de no ir más allá de la mitad.
m. i. l. y